La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor’, declaraba Winston Churchill. Y así, haciendo gala de una serenidad admirable, Adrià Vilanova lograba planear por la bóveda celeste dueño de un vuelo sin límites. Superando los golpes frente a la adversidad con una espléndida elegancia, el barcelonés emanaba de la FCB Escola como amo y señor de una calidad sin fronteras en el horizonte. Instruido durante cuatro años por la metodología de la academia azulgrana, Adrià Vilanova saltaba al FCB Alevín B de Albert Puig la temporada 2007/2008, iniciando la difícil tarea de desprenderse del peso de un apellido que honra a la perfección.

Hijo del gran Tito Vilanova, la importancia de su nombre nunca arrugó los anhelos de Adrià, decidido a demostrar al mundo que sus pasos en La Masía constataban una naturaleza digna de cincelar. Forjado como un león aguerrido, su liderazgo en la zaga desde temprana edad mostraba las credenciales de un central combativo modelado con una prodigiosa salida del balón. Digno portador del apellido que le viste, la campaña 2012/2013 exaltaría las cualidades de su jerarquía en la retaguardia. En uno de los años más complicados para Tito y su familia, Adrià exhibía con orgullo la fortaleza de su legado para impulsar al FCB Cadete A de Quique Álvarez y Ramón Ros hacia el dulce sabor del campeonato de Liga. Con sólo 16 años, el defensa azulgrana revelaba al mundo una madurez impropia de su edad, empuñando los galones del equipo ‘culé’ en uno de los momentos más enrevesados para los Vilanova.

Adrià entrenando con el juvenil. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

La temporada 2012/2013 realzaba a Adrià futbolísticamente en una de las situaciones más complejas a nivel personal

Orgullo Vilanova

Mermado con multitud de lesiones, la sanción FIFA y las salidas de varios jugadores con destino a la Premier, el FCB Cadete A lograba remontar la dirección capitaneados por Adrià Vilanova, uno de los jugadores que más arrastró del barco catalán. Prosiguiendo de forma escalada su ascensión en La Masía, el curso 2013/2014 colocaría a prueba la entereza del zaguero al mando de García Pimienta con el FCB Juvenil B. Consagrada su hegemonía desde atrás, la vida golpearía de la forma más dolorosa al catalán. Inmerso en pleno dolor tras el fallecimiento de su padre, Adrià desafiaba al atropello asestado por la vida con el lenguaje que aprendió de su padre: el fútbol.

El 2014 se convertía en el año más amargo para Adrià Vilanova con la muerte de su padre

A falta de tres encuentros para el cierre de la competición doméstica y con el escuadrón azulgrana persiguiendo al Lleida Esportiu en la tabla, el joven Vilanova tomaba los mandos de la batalla en el choque directo ante los leridanos iniciando con su tanto la remontada del partido para devolver al FCB Juvenil B al liderato del grupo (jornada 32). El gol, vislumbrando desde el cielo, guardaba un mensaje especial hacia su progenitor: ‘Seny, pit i collons’, el lema que custodiaba la vida de Tito dentro y fuera de la cancha. Una jornada más tarde el navío ‘culé’ conquistaría el cetro liguero tras golear a la UE Cornellà. Sin duda, el título más amargo para Vilanova, que sellaría la temporada como uno de los máximos goleadores del navío de ‘Pimi’.

Vilanova la temporada 2014/2015 con el FCB Juvenil A. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Con el aire en contra

Sumido en uno de los momentos deportivos más fructíferos para Adrià, la promoción al FCB Juvenil A de Jordi Vinyals primero, y García Pimienta después, la temporada 2014/2015 se convertía en un revés de realidad. Formando una dupla encomiable con Rodrigo Tarín como socio de batalla en la trinchera, el equipo claudicaba en los octavos de final de la UEFA Youth League frente al RSC Anderlecht y dejaba escapar su supremacía en Liga, propinando un duro guantazo al vigente campeón de sendas competiciones. Un año en blanco que volvería a repetirse un curso más tarde con Gabri García a la cabeza (2015/2016), cediendo de nuevo el dominio liguero en detrimento del RCD Espanyol.

Adrià dedicándole un gol a su padre, Tito. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

A pesar de los dos años en blanco con el FCB Juvenil A, Adrià conseguía fraguarse como pieza indispensable en la defensa

Urdido con cariño y esmero en la cantera azulgrana, lo que vislumbraba como la lanzadera definitiva hacia el Camp Nou acababa por convertirse en una angustia con fecha de caducidad. Respaldado por más de una década repartiendo cátedra en La Masía, la campaña 2016/2017 en el Barça B de Gerard López propulsaba el desaliento de un guerrillero con hambre de más. Apartado de forma inverosímil de los planes del técnico de Granollers, Adrià sólo lograba disputar un total de cinco minutos durante toda la temporada gracias al partido ante el Atlético Saguntino (jornada 20). Premio inmerecido para un jugador intenso y delicado que no osó nunca a elevar su voz ante el descontento popular.

Sufrir para vencer

Apartado sin razón, pero demostrando un respeto y unos valores elogiables, el central catalán partía con las maletas repletas de ilusión hasta tierras alicantinas dónde le esperaba el Hércules CF. Anunciado como refuerzo de lujo para el curso 2017/2018, el equipo 'blanquiazul' estrechaba con mimo su llegada. Sin embargo, pese a estrenarse con los ‘herculanos’ con un gol, su historia en el Rico Pérez no acabaría de cuajar, zarpando un año más tarde al RCD Mallorca B en Tercera División (2018/2019).

Sin demasiada fortuna en territorio insular y con los fantasmas hostigando lejos de casa, el fútbol le devolvería de nuevo la oportunidad de sonreír. Desnudando con delicadeza el lazo, como el mayor de los regalos, el FC Andorra de Gerard Piqué le brindaba el mejor de los obsequios. A sus 21 años, la temporada 2019/2020 se alzaba en sus pies para volver a descubrir la mejor versión de Adrià Vilanova.

Vilanova con el FC Andorra ante el CF Badalona. Foto: CF Badalona

Adrià vuelve a sentirse futbolista con el FC Andorra, titular indiscutible en el arranque de la competición

Sin poder afinar su asalto al primer equipo azulgrana, el Principat celebra el regreso de uno de los centrales con mayor proyección del panorama. A las órdenes de Gabri, con quién ya coincidiría en La Masía, el central catalán se afianza con clase en el ‘once’ titular de la pizarra del de Sallent. Fijo e indiscutible, Adrià suma cuatro titularidades en los primeros cuatro encuentros del FC Andorra en el Grupo III de la Segunda División B, disputando además la totalidad de los minutos. Además, manteniendo intacto su romance con el gol, Vilanova atesora un tanto en la competición, resguardando con fe y convicción al equipo andorrano en la segunda plaza de la tabla, por delante del Barça B.

Creciendo a pasos agigantados, sabiendo sufrir para vencer. Descubriendo que en medio de la dificultad residía la oportunidad, Adrià conseguía colarse de nuevo en el escaparate del fútbol de la mano del FC Andorra. Huyendo de los focos y descorchando de nuevo su mejor interpretación, el central preserva con nitidez y tesón el legado de su padre. Su nombre, brotando con fuerza, disipa cualquier duda sobre sus botas.