Mirar su éxito implica observar con detenimiento su sacrificio. Refugiado en las paredes de La Masía, el talento de su zurda acapara las miradas de los fieles que le observan. Tranquilo, con los pies pegados al suelo, Nils Mortimer se aleja de los focos sin ninguna prisa por enfundarse la zamarra del primer equipo. Sin embargo, y sin quererlo, la magia subyacente desde sus botas vislumbra la calidad de un humilde delantero convertido en imprescindible para cualquier armada de la cantera azulgrana.
Renunciar primero para triunfar después
Nadie dijo que perseguir la estela de un sueño fuera una meta fácil. De la extraordinaria y prodigiosa generación del 2001, Nils Mortimer cosía sus fantasías a un balón con sólo cuatro años al abrigo de la UD La Mosca, equipo de su Málaga natal. Persistente en su lucha por alcanzar sus objetivos, el ariete malagueño apenas se arrugaba ante el desafío de jugar con compañeros mayores que él, desenvolviéndose con soltura y saliendo del envite con la llamada del Sevilla FC para formar parte de su cantera. Pero no fue fácil. Los más de 200 kilómetros que separaban el trayecto desde Málaga hasta la capital hispalense y la repercusión de recorrer varias veces a la semana el duro itinerario obligaron a Nils a prescindir de su quimera.
Nils abandonaba el fútbol base del Sevilla FC para volver a la UD La Mosca
Dar un paso atrás para acometer dos hacia delante. Y es que, a veces, para avanzar en la vida hay que retroceder. Obligado por las circunstancias a regresar a la UD La Mosca, el Málaga CF fijaba un año más tarde su punto de mira en joven delantero, ascendiendo sin complejos al Infantil A pese a permanecer todavía en edad alevín. Vaticinando la escala de un astro sin bóvedas limitando su planeo, el FC Barcelona incorporaba al jugador la temporada 2013/2014, acicalando de calidad a una generación diseñada para rubricar su propia historia.
Un seguro en el área
Manteniendo una progresión inaudita, las directrices de su juego comenzaron a florecer al amparo del FCB Infantil B de Marcel Sans e Isaac García. Adaptándose con una velocidad de crucero a la doctrina más pura de La Masía, Nils bailaba una melodía especial en su primera campaña como azulgrana. Otorgando profundidad a un equipo sobrado de calidad con Ansu Fati, Konrad de la Fuente o Takefusa Kubo, el malagueño lograba convertirse en el máximo artillero del FCB Infantil B con 18 goles. Pegado al flanco izquierdo o como delantero más puro, los goles del navío de Marcel Sans cantaban sabor andaluz.
Presente en el podio de máximos goleadores del escuadrón temporada tras temporada, el delantero azulgrana suma tres goles en este inicio de curso, uno de ellos convertido en protagonista después de centralizar todas las portadas en la élite del fútbol. El gol olímpico ante el Lleida Esportiu en la quinta jornada del Grupo III de la División de Honor monopolizaba todas las miradas, bautizando como una delicia celestial el elegante zurdazo desde el córner derecho. Matriculado en su séptima temporada en La Masía, Nils apostilla una definición inmaculada en los metros finales. Abanderando los entresijos de una zurda que enloquece a la parroquia ‘culé’, el descaro desde la banda y la polivalencia para adaptarse en cualquier posición de la pizarra le aúpan como el engranaje necesario del navío catalán.
Con su gol olímpico ante el Lleida Esportiu (jornada 5) acaparaba de nuevo los focos mediáticos
Sensato en el camino que todavía le queda por peregrinar, Nils asestaba un paso más en su crecimiento gracias al debut con el Barça B de García Pimienta el 24 de marzo de 2019 ante el CD Ebro. Con sólo 17 años en sus botines, el canterano barcelonista apuntalaba la primera piedra de una trayectoria con mucho camino por enderezar. De momento, en su segundo año con el FCB Juvenil A, infinidad de retos asoman en el horizonte. A las órdenes de Franc Artiga tras la destitución de Víctor Valdés, preparar el asalto a la reconquista del cetro liguero y encauzar el rumbo en la UEFA Youth League se presumen como consignas vitales en las aspiraciones de la tropa azulgrana, osada ante el desafío.
Generoso en tareas defensivas e imparable para el defensa rival, la visión de juego de Nils y su enorme velocidad escorada a la línea de cal le convierten en un constante peligro para la defensa adversaria. Asiste con la misma facilidad que marca, consagrándose como pieza clave de un puzle que no encaja sin él. Escapando de lo mediático y refugiándose en el calor de los suyos, Nils Mortimer aguarda su oportunidad para asaltar el tapete del Camp Nou.