Muchas son las dudas que se están generando alrededor de la entidad azulgrana después de que el equipo cayera en el Ciutat de València y no consiguiera pasar del empate ante el Sportovní Klub Slavia Praha en territorio europeo. La principal incógnita se halla en lo que el equipo necesita para salir del atolladero en el que se ha metido. En este debate, las luces y las sombras del elenco de Ernesto Valverde. ¿Tan mal está el equipo?

Sí. Este Barça necesita una reacción inmediata (Elena Martín, @elenals23)

La recaída ha golpeado fuerte y la incertidumbre sigue planeando sobre el Camp Nou. Desde que el equipo cayera en el Ciutat de València ante el Levante Unión Deportiva de Paco López de la forma más sufrida posible y con remontada incluida, las dudas han vuelto a aparecer en escena y las incógnitas no parecen despejarse en lo que a juego y resultados se refiere. Mientras a estas alturas de la temporada, la afición esperaba ansiosa el despegue definitivo para conjurarse de cara a la consecución de todos los títulos, lo cierto es que el ánimo y la situación por la que el elenco de Ernesto Valverde está pasando no invita a pensar con optimismo, teniendo en cuenta lo que se vivió en Praga y lo que este martes volvió a vivirse en territorio barcelonés ante un equipo que con su manera de achicar espacios y mediante una propuesta valiente y arriesgada, consiguió rascar puntaje en la cuarta jornada de la fase de grupos de la máxima competición continental.

En el momento en el que los registros obtenidos parecen ser cruciales de cara a determinar el camino por recorrer, las individualidades parecen no ser suficientes, los fichajes parecen no rendir al máximo y las carencias colectivas se unen a un cúmulo de cosas que deja por los suelos la superioridad técnica de la plantilla ante sus rivales. Las estadísticas asustan y Ernesto Valverde no termina de dar con la tecla para cambiar la dinámica con la amenaza de un desplome más que claro acechando.

Por ello y por más, el club necesita una reacción inmediata para evitar una hecatombe en la que el conformismo y la ley del mínimo esfuerzo están jugando un papel más que importante y a la vez, perjudicial. La plantilla necesita refrescar todas y cada una de sus líneas y quizás, Ernesto Valverde necesita apostar y arriesgar un poco más para hacer funcionar un esquema táctico que ya parece estar obsoleto por no hablar de todo lo que tiene de rutinario. La debilidad defensiva, la desconexión de la medular y la poca propuesta de la delantera parecen haber sido las gotas que han terminado de colmar el vaso.

Respecto a la zaga defensiva, lo que sí está comprobado, visto lo visto, es que equipo que presiona al conjunto azulgrana, equipo que desactiva por completo la estrategia marcada por un Ernesto Valverde que por ahora vence, pero no convence. Se vio en Praga, se vio en Valencia y volvió a verse en Barcelona. La situación fuera de casa preocupa, pero también lo hace la ventaja por la mínima que se consigue en un estadio que espera un cambio radical y una mejor propuesta. Ante el conjunto checo, Gerard Piqué y Clément Lenglet resultaron ser torpedeados por los atacantes que acecharon la portería de Marc-André ter Stegen a base de contragolpes bien armados y una marcha más en su juego. De hecho, si no hubiera sido por las carreras que Nélson Semedo protagonizó por la banda derecha, algún que otro disgusto hubiera sido efectivo.

Ernesto Valverde vence, pero no convence

Lo mismo pasa en la medular. Pese a la interesante propuesta de Frenkie de Jong, que parece ser el único jugador que tiene criterio y que respeta la filosofía de un Barça que parece haber perdido su esencia, nada termina de cuajar. Ante el Sportovní Klub Slavia Praha, Sergio Busquets no pudo recuperar balones como antes lo solía hacer, la lucha de Arturo Vidal fue poco resolutiva y la ausencia de Arthur Melo como pasador fue más que notoria por la ausencia de los balones filtrados.

En lo que respecta al ataque, ni el fichaje de Antoine Griezmann ha podido desencallar una situación a la que se le suma la recaída de Luis Suárez que vio el partido desde la grada y con mate en mano. El delantero galo plantea dudas y divide a la afición azulgrana, que todavía sigue esperando una mejora de su rendimiento mientras es testigo de cómo jóvenes talentos como Ansu Fati están echando su firme candidatura para ocupar una plaza en el once titular de un equipo que pide a gritos revolución y juventud.

En general, hay mucho que replantear. Después de que el Sportovní Klub Slavia Praha sacara a la luz más si cabe todos los problemas tácticos que arrastra el equipo desde hace bastante tiempo, se tendrá que afrontar otro tiempo de autocrítica más para revertir la situación de tal forma que no se renuncie a nada y sabiendo que hay margen, teniendo en cuenta que no se puede dar la máxima responsabilidad a los más jóvenes para salir del gran "marrón".

No. Fe ciega en este equipo (Raúl Espinosa, @Raulespi_)

Pese a la situación tensa que se vive en el entorno azulgrana, no todo son malas noticias. El equipo va líder en LaLiga Santander y ocupa el primer puesto en su grupo de Champions, aunque el cambio generalizado en el conjunto de Ernesto Valverde es algo que tiene que suceder si de verdad quieren aspirar a ganar el ansiado trofeo por el que llevan peleando tanto tiempo.

No se puede negar que muchos jugadores están muy lejos de lo que se esperaba de ellos. Ousmane Dembélé es el claro ejemplo. Con su juventud, aún tiene mucho margen de mejora, pero el tiempo se le acaba mientras es testigo de que cada vez, está más cerca de la rampa de salida al no cuajar desde que llegó en 2017. El que fuera jugador del Borussia Dortmund parece no acabar de aclimatarse en el césped y dentro del vestuario, pese a estarlo más ahora y tras la llegada de su gran amigo Griezmann. El francés empieza a desesperar incluso a los aficionados culés que más le han defendido alegando su juventud y falta de experiencia en la élite.

Hay que seguir confiando y tener un poquito de paciencia

Gerard Piqué es otro nombre propio en este arranque de temporada por la falta de regularidad en su juego con errores impropios de un central de su categoría. El catalán también necesita recuperar el nivel que ha mostrado año tras año siendo siempre una pieza fundamental en el esquema de Ernesto Valverde. Los malos números este año en defensa también se deben a las lesiones que ha sufrido Jordi Alba en el inicio de este curso, que lo han dejado fuera en muchos encuentros. No hay que olvidar que el lateral de Hospitalet es un hombre clave en el equipo culé, que está notando mucho sus ausencias tanto en la rutina liguera como en la máxima competición continental.

En lo que respecta a Antoine Griezmann, hay que tener un poquito de paciencia. El futbolista francés está en el ojo del huracán tras los últimos tropiezos del equipo. Con Antoine, el cuento cambia. El actual campeón del mundo ha demostrado de lo que es capaz. Muchos aficionados barcelonistas no aprobaban su fichaje tras el polémico documental que grabó, en el que rechazaba al elenco de Ernesto Valverde, pero lo cierto es que es uno de los mejores atacantes del mundo teniendo en cuenta que lleva cuatro goles y tres asistencias en este curso. Griezmann acabará siendo un jugador fundamental en este Barça por sus aptitudes y su manera de entender el fútbol y por ello, hay que tener paciencia.

En lo que respecta a Marc-André ter Stegen, cabe destacar que el guardameta se ha propuesto este curso hacerle competencia al astro argentino, Leo Messi, para ser el jugador del año en el conjunto azulgrana. Está siendo el mejor y esto es un indicio inequívoco de que deben cambiarse muchas cosas. Por su parte, Leo Messi, al estar al 100% tras su lesión y posterior recaída,  vuelve a ser el jugador al que nos tiene acostumbrados, dejando destellos, goles y asistencias en cada partido que denotan el hambre con la que sigue temporada tras temporada. Ambos jugadores son los dos pesos pesados que se vislumbran este año en el Barça siendo evidente que necesitarán más refuerzos para lograr ganar el máximo de títulos posibles. Por ello, hay que seguir confiando.