En un mundo tan complicado y egoísta cuesta encontrar a directivos a la altura de Mateu Alemany. Llegó a Valencia como bombero, con la intención de apagar un incendio deportivo e institucional. Su primera decisión fue la de nombrar a Marcelino García Toral, con el objetivo de devolver al Valencia a lo más grande del fútbol español e internacional. 

La innegable metamorfosis que Mateu Alemany hizo en el Valencia C.F se puede ver analizando el nivel de la plantilla que el club tenía cuando el ejecutivo balear llegó a la SAD y la que deja como legado. 

Mateu Alemany, de la nada al todo

Mateu Alemany llegó a Valencia con el objetivo de transformar una plantilla que llevaba quedando los últimos dos años el 12º en un proyecto ganador. En su primer año tan sólo gastó 47 millones más de los que ingresó. En estos dos últimos años a Mestalla han llegado jugadores de talla munidal como Kondogbia (25M), Coquelin (10M), Gabriel Paulista (12M), Maxi Gómez (14,5 + Santi Mina) o Neto (6M). 

La función del director general no sólo fue la de comprar barato jugadores caros, sino la de conseguir vender por una cantidad decente futbolistas que llevaban mucho tiempo sin alcanzar un nivel decente. Es el caso de Murillo (14,5M), Zaza (14M), Maksimovic (10,5M), Montoya (6,5 M), Vezo (5M) y sobretodo Joao Cancelo (40,4M). 

Marcelino, el mejor fichaje 

En el Valencia hacía falta un gran entrenador, después de bromas pesadas como Gary Neville, Pako Ayestarán o Prandelli. Era necesaria una estabilidad. Mateu Alemany confió todo esto en un entrenador que ha pasado a la historia, Marcelino García Toral. Comenzó la M&M. 

Juntos hicieron que una SAD vieja, triste y sin rumbo cogiera el AVE hacia la Champions y la ilusión. 

En el primer año todo fue como estaba planeado. Equipo seguro atrás, recuperando el alto nivel de Parejo y de Rodrigo, y lo que posiblemente es más importante: la afición confió en el equipo, y juntos hicieron de Mestalla un fortín indestructible. 

En el segundo año se confirmó de que pasta estaba hecho la M&M. Esta vez el viento vino en contra. Mateu creyó y confió en Marcelino. En cada paso, en cada decisión y en cada instante. Creyó cuando el Valencia todavía no había ganado en las primeras 6 jornadas, y la ansiedad precitaba cada ocasión. Creyó cuando en Mestalla se gritaba el "Marcelino vete ya" y desde Singapur entraban las prisas. Esa confianza sólo desenvocó en una plantilla unida y fuerte, todo lo que pasó después ya lo conocen ustedes. 

La remontada llegó, y la catarsis apareció en Mestalla. Gracias a la fe de un gran directivo se vivieron noches como la del 29 de enero de 2019, día en el cual el Valencia ganó al Getafe 3-1 después de 2 goles en el añadido. Gracias a la fe de Mateu, el Valencia viajó a Sevilla para medirse de tú a tú frente al Barça de Messi. Esa vez no ganó el más grande económicante, ganó el que puso más corazón y resistencia, porque ese partido se empezó a jugar en enero. 

Crónica de un declive anunciado

Los celos del propietario, o quizá la prepotencia de la M&M por desafiar al dueño con el único fin de buscar lo mejor para esta SAD son unos posibles argumentos para tratar de digerir esta dura salida para el valencianismo. Pero jamás serán válidos para decir adiós al Valencia de la Champions y al Valencia de la Copa del Rey. Posiblemente Anil Murthy y Peter Lim tengan la culpa de porqué no podamos explicarlo, ya que a dia de hoy la única explicación pública que han dado ha sido una entrevista pre-fabricada con la radio oficial del club. 

No por esperada deja de ser una pésima noticia. El Valencia C.F ha hecho oficial este 7 de noviembre la salida de Mateu y certifica posiblemente la peor decisión del singapurense como máximo accionista del Valencia C.F. 

No era un simple Director General

La entidad de Mestalla no sólo pierde a un Director General. Pierde al responsable de la confección de las plantillas que consiguieron la clasificación para la Champions y un título de Copa del Rey. Alemany se encarga de la portavocía oficiosa en asuntos tan relevantes como la sanción de Bruselas, la venta de la parcela sobre la que se asienta el actual estadio de Mestalla o la protesta por el cambio de formato en la Supercopa de España. Él era la persona que salía a dar la cara cuando las cosas no iban bien, y también era quien se apartaba de la foto cuando se consiguieron cosas grandes, dando protagonismo a Marcelino, los jugadores e incluso en ocasiones a Anil Murthy. 

Ahora Anil Murthy se queda con la utópica papeleta de encontrar una figura que ocupe el enorme vacío que deja Mateu. Una misión imposible, en la que todo dice que no llegará ningún Tom Cruise a solucionarla. Cualquier club decente cuida a las personas como Mateu y les trasmite toda la confianza posible. Con esta decisión el Valencia se debilita frente a equipos como Sevilla, Atlético, Athletic o Villareal (por no hablar a nivel europeo), que a diferencia del Valencia sí que tienen un rumbo claro. 

El viaje a Singapur 

A pesar de todas las informaciones que emanan del Valencia, Mateu Alemany viajó a Singapur para reunirse con el dueño y buscar una posible solución a este gran conflicto. La única condicion que puso a su continuación fue que saliera Anil Murthy y si fuese posible también Kim Koh. Como cabía esperar, Peter Lim antepuso a sus hombres de confianza. El próximo lunes Mateu Alemany firmará su salida, y se espera que el martes hable para los medios de comunicación como ya lo hizo Marcelino García Toral hace unos meses. 

Con todo esto se marcha un excelente directivo, posiblemente a la altura de personalidades como D. Vicente Peris o D. Luís Casanova. El valencianismo sólo puede dar las gracias a una persona que dio todo lo que tenía por el Valencia, que hizo campeonar al murciélago 11 años después, que devolvió la ilusión y que puso el nombre Valencia en lo más alto. Como suele ser costumbre en esto del fútbol, los grandes se van por la puerta de atrás, pero dejando para la eternidad un legado muy valioso y un espacio enorme en el corazón blanquinegro.