Por todos es sabido que el Athletic Club es uno de los equipos menos dado a los vaivenes del mercado de fichajes. Una de las excepciones a esa tónica de canteranos o jugadores fichados en edades muy tempranas es la Raúl García Escudero. El navarro fichó por el club de San Mamés en 2015, con 29 años.

Por aquel entonces para nadie era desconocido el nombre de este centrocampista procedente del Atlético de Madrid. Al más puro estilo Simeone, el jugador había venido conquistando el amor de propios y la rabia de ajenos a base de goles y, sobre todo, un estilo de juego muy duro -o intenso, según la bufanda del observador-.

Inicios en el Osasuna

El pamplonica despuntó en las categorías inferiores del Osasuna hasta debutar en la temporada 04/05 de la mano del mítico Javier Aguirre. Aunque no fue hasta la siguiente campaña cuando se afianzó en el primer equipo, siendo uno de los principales partícipes de su sorprendente clasificación para la Liga de Campeones.

Otra gran temporada en El Sadar, alcanzando las semifinales de la Copa de la UEFA bajo la dirección del Kuko Ziganda, sirvió para que multitud de clubes españoles se fijasen en él. La apuesta más fuerte la realizó el Atlético de Madrid, que puso 13 millones de euros sobre la mesa para fichar al joven rojillo.

Un gladiador en el Calderón

Fue entonces cuando comenzó una verdadera historia de amor entre una afición y un gladiador del fútbol. 7 temporadas completas, 329 partidos, 44 goles y 7 títulos. Se dicen pronto, pero son cifras que le aúpan a la categoría de leyenda club colchonero, del cual llegó a ser capitán

Durante esa larga etapa, Raúl compaginó diferentes roles en una plantilla muy competitiva, desde una titularidad indiscutible hasta la etiqueta de recambio habitual. Fue titular, por ejemplo, en la final de la Champions de 2014. Y un gol suyo en la Supercopa de ese mismo año hizo que los rojiblancos se proclamaran campeones del trofeo ante el Real Madrid.

Raúl García demostrando su carácter ante Sergio Ramos en la final de la Champions 2014 | Foto: Sergio Ramos
Raúl García demostrando su carácter ante Sergio Ramos en la final de la Champions 2014 | Foto: Sergio Ramos

Siendo segundo capitán del Atlético de Madrid y ostentando el récord de participaciones europeas con dicha camiseta, el navarro abandonó el club en 2015.

Un león con peso en la manada

Lo hizo para fichar por el Athletic Club, reciente campeón de la Supercopa de España, que pagó 9 millones de euros más 1 millón variable. Presumiblemente, la razón por la que "Rulo" dejó la orilla del Manzanares fue la búsqueda de un rol más protagonista que el que le ofrecía Simeone. Y vaya si lo consiguió.

El más que asentado futbolista aterrizó en el Athletic de Valverde, que, a pesar de haberse proclamado Supercampéon de España, todavía echaba en falta en su juego la figura de Ander Herrera. Además, llegaba a un club muy especial, con una afición no acostumbrada a los fichajes de jugadores consolidados y que no guardaba especial cariño al navarro.

No obstante, las reticencias duraron poco. Raúl marcó gol en su debut y estrenó así una gran dupla atacante con Aritz Aduriz, otro perro viejo. Dicha temporada los leones rozaron las semifinales de la UEFA Europa League, y en gran parte se debió a su participación. Y es que el centrocampista goleó y asistió en los octavos de final y volvió a anotar en los cuartos, ante el Sevilla C.F.

Desde entonces, su rol en el club ha continuado siendo de un protagonismo absoluto. Habitualmente en la posición de centrocampista ofensivo, y en alguna ocasión actuando de delantero centro, ha jugado 201 partidos y anotado 57 goles a lo largo de sus 5 campañas (incluyendo la actual) en San Mamés. Unos datos que han encandilado a la parroquia rojiblanca. Sobre todo, teniendo en cuenta que han coincidido con un periodo de incertidumbre en el plano goleador, debido a la progresiva reducción en la aportación de Aritz Aduriz.

Justo esta temporada iba a enfrentarse a su reto más apasionante como jugador del Athletic: una final de Copa, y contra la Real. No obstante, la conocidísima pandemia del Coronavirus no la ha permitido. Al igual que su hinchada, tendrá que esperar y confiar en que ésta pueda jugarse lo antes posible. Lo que sí está claro es que una de las mayores bazas de este Athletic Club para alzarse con el trofeo pasa por su fiero fútbol.