Sólo unos pocos bienaventurados son los elegidos para inmiscuirse con una índole incontestable en las entrañas de una de las posiciones más sufridas y menos recompensadas en el mundo del fútbol. Y ahí, impregnado con tintes divinos, brota con solemnidad Diego Almeida, bautizado con tal sólo 16 años como uno de los centrales con más empuje en el cosmos del balompié. Pese a la juventud que acompañan sus botas, el zaguero de La Masía atestigua las características esenciales para convertirse en un futuro no muy lejano en uno de los astros que alumbre el verde del Camp Nou.

Diego Almeida este curso. Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Diego Almeida este curso. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Hijo de padres ecuatorianos, Diego Almeida afloraba al mundo en Rubí. Allí, acunado por la magia que impregna la ‘riera roja’ del municipio catalán, con sólo cinco años comenzaba a desvestir la magia del cuero al abrigo del CF Juventud 25 de Septiembre. Descubriendo con inocencia los misterios del balón, dos años más tarde ingresaría en la FCBEscola, dónde apenas tardarían en descubrir el potencial de un tesoro encubierto con mucho potencial por florecer.

Dos zancadas sobre el resto

Sin prisas pero con una ligereza natural fuera de lo común, Diego saltaba al fútbol base azulgrana un año más tarde con el Prebenjamín de Rafa Rodríguez y Juan Antonio Gil (2011/2012). En su primera categoría en La Masía, el zaguero lograba erguirse como campeón del Grupo I de la Tercera División Benjamín F7 con 17 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el CF Sistrells, asentando a tan temprana edad las bases de un diamante a punto de despuntar.

Asimilando conceptos y los principios de un estilo marcado a fuego, el catalán enfundaba una marcha más la temporada 2013/2014 con el FCB Benjamín A de Sergi Milà y Rafa Rodríguez, propagando una evolución ascendente sin límites en el tiempo. De forma innata y sin forzar unas cualidades irradiadas a pasos de gigante, la trayectoria inmaculada de Diego encontraba su recompensa la campaña 2017/2018 bajo las órdenes de Carles Martínez y Álex Urrestarazu. Pulimentando un curso perfecto, el de Rubí clausuraba la temporada con el FCB Infantil A con un balance exitoso de seis títulos (Liga, Copa Catalunya, Memorial Cristina Varane, el Torneo Arnedo, Zender Talent Cup y el Trofeo Lennart Johansson) y convirtiéndose además en una pieza indispensable en el esquema del cuadro infantil. Diego, un puntal en el centro de la zaga, lograba marcar en la final de la Copa Catalunya ante la UE Cornellà y se erguía como MVP del torneo Lennart Johansson en Suecia.

Diego Almeida con el FCB Cadete A. Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Diego Almeida con el FCB Cadete A. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Con sólo 14 años y convertido en capitán y alma del escuadrón, la gran campaña de Almeida le valía el billete directo para el FCB Cadete A la siguiente temporada sin pasar por el FCB Cadete B. Un salto cualitativo significativo que revelaba el auge sin techo de un jugador inusual que germinaba a un ritmo trepidante.

El jefe de la zaga

Seguro en la línea más compleja de la cancha, Diego no se achica ante nada. Consumando etapas a un nivel extraordinario, el de Rubí sellaba este curso en las filas del FCB Cadete A de Sergi Milà y Pere Romeu su formación como cadete. Brillando con luz propia, Diego estrenaba la temporada como campeón del prestigioso torneo juvenil ‘The Cup’ en Sant Pol del Mar tras doblegar al Real Madrid en la final. Jugando como titular y descorchando clase sobre el tapiz, la inclusión del central en la lista del FCB Juvenil B para el certamen no sorprendía a los fieles seguidores de la cantera. Una semana más tarde, el resplandor irradiado a través de sus botas traspasaba fronteras para convertirse de nuevo en protagonista con un golazo en la final de LaLiga Hope Cup frente al Valencia CF en Kunming (China) y alzarse como primer campeón del Torneo.

Diego Almeida disputando con el FCB Juvenil B el torneo 'The Cup'. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Siguiendo un rumbo sin freno, el rubinense se despedía con el sabor agridulce de no poder finiquitar la temporada sobre el verde. Afectados por la grave pandemia que azota el país, el FCB Cadete A bajaba el telón doméstico a falta de once encuentros por disputar como líder indiscutible de la División de Honor con 55 puntos, tres por encima del RCD Espanyol, y con la etiqueta de único equipo invicto de la categoría. Los dos goles de Almeida en la competición (EC Granollers y RCD Espanyol) respaldaban el alma ofensiva del zaguero, siempre tiñendo de calidad el ataque azulgrana.

Almeida celebrando un gol en la CE Joan Gamper. Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Almeida celebrando un gol en la CE Joan Gamper. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

El central, que pasará de forma directa el próximo curso al FCB Juvenil A de Franc Artiga y Alberto Encinas protagonizando una nueva zancada en su progresión, se convertirá en uno de los ‘fichajes’ más ilusionantes del navío juvenil. Abanderando humildad y con los pies pegados al suelo, el liderazgo y la seguridad mostrada en la línea defensiva le consagran como un valor al alza en La Masía. Recubierto con una corpulencia física descomunal y una convicción inconmensurable en el juego aéreo, Diego mira sin complejos al Camp Nou. La hazaña, no exenta de escollos, no le asusta. Conocedor del trayecto recorrido, el devenir abre las puertas a un defensa curtido con un patrón propio que sabe muy bien lo que quiere. Sin fronteras que corten sus alas, el futuro le guarda un lugar entre los escogidos.

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