No es una novedad saber que el Real Betis arrastra problemas económicos en el presente curso. La entidad verdiblanca ha visto como sus ingresos se han visto reducidos en torno al 50% con respecto a lo ingresado el año pasado. Esto ha acabado provocando que La Liga le pusiese el tope salarial en un máximo de 71,3 millones de euros. Esta cifra hace al club retroceder hasta los números marcados en la temporada 17/18, cuando Lorenzo Serra Ferrer se vio obligado a reconstruir el equipo con un límite de 65,46 millones.

Esta no ha sido la cifra más baja de los verdiblancos en los últimos años. En la temporada 16/17 estuvieron en 44,6 millones. Cierto es que esta reducción obliga al Betis ha apretar cuentas. Desde la mencionada campaña 17/18, el club no contaba con un límite tan bajo. El curso 18/19, el límite salarial ascendió hasta 97,11 millones. Pero fue en la temporada pasada cuando alcanzó el máximo, situándose en más de 100 millones.

El problema de los verdiblancos llega cuando cuenta con una plantilla en la que el coste real será muy superior a este límite salarial marcado en 71 millones. Esto no hace más que obligar a la entidad a ajustar estos gastos antes de final de temporada, el próximo 30 de junio. Esta solución es la única que serviría para que la entidad heliopolitana evitase una más que posible sanción de cara a la campaña que viene.

Ya lo explicó Javier Tebas, presidente de La Liga. Y es que para reducir estos gastos, el Real Betis Balompié se verá en la obligación de vender jugadores o pactar con su plantilla una rebaja de la masa salarial. Por ello, en Heliópolis se sigue planteando la idea de dar salida en el mercado invernal a futbolistas que no estén teniendo protagonismo en estos primeros meses de campeonato.

El resultado de esta reducción de ingresos se debe a diferentes causas. A causa de la pandemia, los aficionados no pueden asistir al estadio, por lo que se han visto reducidos los ingresos por cifras de abonos y entradas vendidas. Además, los malos resultados de la campaña pasada, sumado a su decisión de no traspasar jugadores en el último mercado estival, obligarán al Betis a ceder o vender a algunos de sus futbolistas el próximo periodo de traspasos.