Tres semanas después de su destitución, Óscar García Junyent apareció de nuevo en la escena pública, para hablar sobre su precipitado despido del RC Celta de Vigo, en la jornada 9 del campeonato liguero. 

Agradecido y orgulloso de haber podido dirigir al conjunto celtiña, se mostró algo contrariado por la decisión de su cese, que según su versión fue premeditada: "Mi cuerpo técnico y yo estábamos convencidos de que nos íbamos a salvar, como estoy convencido de que va a acabar siendo. Teníamos fuerza y confianza para seguir. No me lo habían dicho antes, pero después del partido de Elche supe que la decisión ya estaba tomada. [...] Todo lo que tenía que decir ya se lo hice saber a Chaves. [...] Estoy muy orgulloso de haber entrenado al Celta y le auguro un futuro brillante". 

Con un tono de nostalgia y tristeza por no haber podido tener la oportunidad de revertir la situación, no tuvo sino buenas palabras para la afición, el club y la ciudad: "La afición y la gente de Vigo me acogió con los brazos abiertos. Me quedo con los mensajes privados que recibí en la despedida. Me hubiera gustado estar más tiempo aquí".

  • Un caballero de principio a fin

Óscar García y su cuerpo técnico llegaron a Vigo en un momento delicado para la entidad, en noviembre de 2019. El mal inicio de campaña celtista había propiciado la destitución de Fran Escribá. En posiciones de descenso y tan sólo 9 puntos en 12 jornadas, las urgencias de un conjunto sin rumbo ni identidad fueron subsanadas con la llegada del entrenador de Sabadell. 

La salvación a final de año y la mejora en el juego del equipo sirvieron para que la dirección deportiva apostara por su liderazgo a largo plazo, extendiendo su contrato por dos años más. Sin embargo, un nuevo inicio irregular de temporada y, en especial, las discordancias entre el 'staff' y algunos jugadores de la plantilla, supondrían su cese en tan sólo 9 jornadas de liga. 

En un año natural al frente del banquillo celeste, Óscar destacó especialmente por ser una persona entregada a los suyos, trabajadora y dialogante. Fiel a su manera de entender el fútbol, desde la propuesta 'cruyffista' en la que se formó (en el FC Barcelona), demostró además una gran capacidad de integración al entorno del club. El sabadellense exhibió, desde su llegada, el orgullo de formar parte de la ciudad y la entidad. Se entiende así el cariño que la gente de Vigo le tiene, tanto a él como a todo su cuerpo técnico.

Pese a que el proyecto no fraguó, García Junyent y los suyos se van de la entidad tal y como vinieron: sin hacer ruido y dejando nada más que buenas palabras hacia afición y entidad. Ni siquiera las formas en que, según él, se fraguó su despido, han sido motivo de exteriorizar queja alguna. En la entrevista que ofreció a Radio Marca, este prefirió mirar hacia adelante y dejar el pasado atrás.

Se cierra, así, la etapa del técnico catalán en las filas viguesas, haciendo honor a su estilo: caballeroso y gentil de principio a fin. Óscar reconoció que buscará fuera de España su siguiente aventura en los banquillos. El futuro le deparará, con alta probabilidad, un nuevo equipo en breve.