El Athletic Club se lleva, en los penaltis, un encuentro muy igualado, que parecía que si se tenía que decantar para un lado, iba a ser a favor de los verdiblancos.

Los minutos iban pasando y ambos equipos tenían muy claro lo que querían hacer. Al Betis se le hacía difícil mantener la posesión por culpa de las fuertes y compactas acciones de la defensa del equipo vasco. Pero tarde o temprano, los buenos se tenían que hacer notar. Y así fue, tanto Canales como Fekir consiguieron leer bien el partido y buscarse su huecos.

El francés se convirtió en una auténtica pesadilla para los de Bilbao. El ex del Olympique de Lyon iba ganando terreno y no solo eso, si no que iba haciendo lo que quería cada vez más cerca del área rival.

Hacía ya tiempo, que se le venía pidiendo a Fekir más regularidad. Que fuera protagonista en los partidos importantes. Y hoy lo ha sido. 

No acabó el encuentro, ya que Pellegrini sustituyó al francés por Sidnei, buscando arañarle los máximos minutos posibles al reloj, cuando todo parecía indicar que el partido terminaría con victoria de los verdiblancos.

Mientras que estuvo en el verde, Fekir no paró en ningún momento. No es  casualidad que fuera el jugador que más faltas provocara la temporada pasada. El francés consta de una calidad increíble que hace que superar a cualquier rival parezca terriblemente fácil. Pero no lo es, y eso lo saben bien sus rivales que se ven obligados a frenarlo de la única manera que pueden: a través de faltas.

La calidad de Fekir hizo que el Athletic se fuera cargando de tarjetas, llegando a recibir hasta seis amonestaciones. Aunque pudieron llegar a ser más de no ser por la pasividad de un Hernández Hernández, que ni él mismo sabe dónde estaba el listón para mostrarlas.

Además de sacar de sus casillas a los rivales y ser, junto a Canales, timón y guía de los verdiblancos, Fekir también participó indirectamente en el gol de Juanmi. La presión del francés generó un mal rechace de la defensa vasca, que hizo que Juanmi pudiera cargar un muy buen tiro que los adelantaría en el marcador.

Nos quedaremos con la duda de lo que habría sido el partido si Nabil hubiera continuado en el terreno de juego tras el gol. Pero eso, nunca lo sabremos.