Antoine Griezmann vivió el pasado miércoles una de sus mejores veladas -por no decir la mejor- como jugador azulgrana. El francés culminó una soberbia actuación sobre el verde del Nuevo Los Cármenes y fue clave en la remontada de su equipo.

En el minuto 88 el francés cazó un remate que se estrelló contra el poste tras rozar en la pierna del portero y convirtió en gol el primer tanto azulgrana. Durante el añadido asistió a Jordi Alba y en la prórroga marcó de nuevo el gol del empate. El resto se lo dejó a De Jong y de nuevo a Alba que terminaron de culminar una noche de jolgorio en Los Cármenes.

Tras año y medio en Can Barça el ‘principito’ parece estar saboreando sus primeros pasos en el camino de flores que se le prometió. Muchos vaivenes le han golpeado desde que decidió venir en el verano de 2019. El francés se ha visto cuestionado en numerosas ocasiones y esto se ha traducido en un jugador gris sobre el campo. Un Griezmann que mucho distaba de su versión en el Atleti. Ahora el ‘7’ azulgrana ha encontrado su hueco junto con la aprobación de Koeman y el calor del vestuario.

Segundo máximo goleador del equipo

En los últimos nueve encuentros el francés ha conseguido siete goles y seis asistencias. Sin olvidar su participación en defensa. Sus números se han multiplicado desde que juega asociado a la banda izquierda, a pesar de no ser su posición natural. De esta forma, el ‘principito’ se ha convertido en el segundo máximo goleador del equipo -12 goles y ocho asistencias- por detrás de Messi.

Griezmann ya venía advirtiendo que su cascarón se rompería pronto. Rozó la gloria en la final de la Supercopa de España marcando los dos únicos tantos del Barça, pero el empate de Villalibre en el último momento dinamitó lo que hubiera sido otra historia para aquella triste final.