Enmudeció el Villamarín la noche en la que se disputaba el partido copero de la ronda de cuartos de final entre el Betis y el Athletic. Los asientos vacíos del estadio presagiaron el silencio que invadió Heliopolis tras el gol que Raúl García convirtió para alargar media hora más el juego. Cuando ya se estaba celebrando en el salón de casa de los béticos el pase, cuando los jugadores podían ya casi visualizar la bolita saliendo del bombo que anunciaría los cruces de Semifinales, un centro de Iñigo Martínez encontró la testa de Raúl García, que puso el balón lamiendo el poste para hacer inútil la estirada de Joel.

La primera mitad comenzó con el dominio visitante. Los de Marcelino, más atrevidos, imprimieron una presión asfixiante a sus rivales. Le costaba al Betis mantener el cuero en sus botas y se sentía cómodo el Athletic jugando a lo que mejor sabe. Fruto de esa inspiración llegó la primera ocasión del partido para los leones. Un centro al área pequeña que no aciertan a despejar ninguno de los centrales béticos, y que se pasea por el área sin que la encuentren los puntas del Athletic. El Betis supo sufrir esos primeros minutos de asedio y no concedió ni un solo remate entre los tres palos, aunque el partido llevaba acento vasco.

Poco a poco, el encuentro comenzó a tornarse verdiblanco. Canales y Fekir liberaron sus posiciones y comenzaron a buscar el balón a la altura de los centrales. El francés entró en calor e hizo despertar a su equipo con largas conducciones, generando espacios y libres directos para los suyos. Canales se apuntó al ritmo que quería marcar el francés y empezó a aparecer para alegría de los béticos. Con ellos, el equipo metió una marcha más en busca de su ocasión. Ruibal peleaba cada balón como si fuera el último que iba a disputar, y de sus botas salió el centro que Canales acabó rematando al lateral de la red, en la que sería la primera gran ocasión de su equipo.

El segundo tiempo comenzó siendo una prolongación del primero. Dos equipos muy bien plantados y tratando de conceder lo mínimo posible. El Betis haciéndose poco a poco con la batuta del partido y ejecutando sus acciones, tanto defensivas como ofensivas, con suma seriedad. Fekir seguía atrayendo rivales y forzando faltas. Entre la zaga bilbaína se repartieron cuatro amarillas que invitaban al optimismo verdiblanco. Fue más el equipo de Pellegrini cuando dejó de abusar del balón largo y se dedicó a hacer lo que mejor se le da.

Pero la primera ocasión clara de la segunda mitad fue para el conjunto de Marcelino. En el 63’ se encuentra Yuri Berchiche el balón en el área y dispara cruzado. Joel, bien colocado, impide que el balón pase por debajo de sus piernas y se apunta su primer paradón de la noche.

Se alagó el mismo guion varios minutos más. El Betis dejando a Fekir y Canales la responsabilidad de la creación, y el Athletic aprovechando las pocas ocasiones en las que Guido y Carvalho dejaban pasar el balón del centro del campo para hacer sus ocasiones. Los de Marcelino se siguieron cargando de amonestaciones que marcaron las sustituciones que llevaría a cabo el entrenador más adelante. Pudo incluso ver roja Yeray tras su segunda falta sobre Fekir, pero no quiso expulsarlo el colegiado.

La superioridad bética era ya manifiesta en los minutos finales del partido. El marcador quiso reflejarlo y la suerte le sonrió al último de la fila. Un rechace favorece al Betis y el balón le llega manso a Juanmi, que dentro del área arma la volea y logra el tanto para su equipo. Lo celebraron los verdiblancos como un pase. E hicieron méritos para el mismo. Los de Pellegrini tenían diez minutos por delante en los que debían alejar a los leones de su zaga y lo lograron... durante nueve de ellos. Pellegrini, que se veía ya celebrando el pase en los vestuarios, sacó del campo a Fekir, Borja Iglesias y Guido Rodríguez para dar entrada a jugadores de perfil defensivo y terminar de amarrar el resultado. Pero no quiso el destino premiar la superioridad bética y llegó el empate en la última jugada del encuentro, tras la que el Betis solo pudo poner el balón en juego hasta que Hernández Hernández los mandó a disputar treinta minutos más de partido.

El silencio del Villamarín traspasaba la pantalla. El factor anímico se tornaba decisivo. El Athletic enfrentó el tiempo extra con todos sus mejores hombres sobre el verde mientras que el Betis, con el autobús puesto en la puerta del estadio, vio como sus jugadores se colocaban cabizbajos en el círculo central para poner el balón en juego de nuevo.

Empezó la prorroga asustando el león a los verdiblancos y Joel volviendo a ser providencial. El latigazo de Morcillo en el 92’ fue la primera ocasión del tiempo extra, y la única de la que dispondrían los de Marcelino. El resto del encuentro continuó siendo un quiero y no puedo del Betis. Los de Pellegrini no concedieron atrás y tuvieron alguna ocasión de volver a adelantarse en el marcador. Joaquín y Tello, que inexplicablemente no habían comparecido sobre el verde hasta entonces, fueron los elegidos por Pellegrini para levantar el ánimo de los suyos.

El cansancio hizo estragos, y aunque parecía más inspirado y más fresco el Betis, pese a las veinticuatro horas menos de descanso que su rival, no encontró la portería de Simón. Nada del Athletic, y un par de arreones de Tello, que acabaron en desactivados fueron las únicas jugadas destacadas de la segunda parte de la prórroga. La lotería de los once metros no parecía el mejor de los finales para un Betis que había merecido más, pero Hernández Hernández decretó el final del encuentro tras un minuto de añadido y mandó a ambos equipos a preparar la tanda.

  • La agonía de los once metros.

No invitaba la historia reciente al optimismo. El Real Betis acusaba problemas de puntería desde los once metros, en los que solo Canales parecía inspirado. Joel, a su vez, promediaba un bajísimo acierto bajo palos. En el otro lado de campo, un equipo con grandes lanzadores que parecían llevar esperando ese momento desde que comenzó la media hora de tiempo extra. Siendo fiel a la estela que llevaba años dejando, la tanda de penaltis condenó al Betis a la derrota y apeó a los verdiblancos del trofeo del KO.

Le tocó lanzar al Athletic disparar primero.  Un veterano como Raúl García cogió el balón sin dejarse intimidar por Joel y convirtió el primer tanto.

Igualó para los suyos Aissa Mandi, transformando el primero para el Betis. Pero ese empate a uno fue un espejismo. No volverían a ver puerta los lanzadores béticos. Canales primero y Juanmi después enviaron el esférico a las manos de Unai Simón, que se consagró como uno de los héroes de la eliminatoria, mientras que en el otro lado, Iñaki Williams y Yuri lograron engañar a Joel y marcaron sus respectivos lanzamientos.

El destino volvió a castigar al Betis con otra eliminación copera para el olvido. Como ya ocurrió años atrás de la mano de Quique Setién, los béticos regalaron, muy a su pesar, una eliminatoria que parecían estar ya saboreando. El Villamarín enmudeció ante los rugidos de los leones, que demostraron saber sufrir y fueron mejores que los de Pellegrini en una única faceta. En la faceta que decidiría el destino de ambos conjuntos: los once metros.