En el mundo del fútbol, a veces es sorprendente como el rendimiento de un mismo equipo puede ser antitético; como un mismo conjunto puede ofrecer versiones tan distintas según el momento. Es un hecho común y que, pese a ello, nunca deja de asombrarnos a todos los que amamos este deporte.

Un Real Zaragoza sin rumbo

Probablemente, ningún aficionado zaragocista imaginaría a principio de temporada que su equipo estaría jugando así a estas alturas del campeonato y, sin embargo, ha habido una transformación. Y es que, que el elenco aragonés ha evolucionado ya no es una simple especulación, es una evidencia.  

Bermejo con el control del esférico en el Real Zaragoza 1-2 Real Oviedo. Fuente: @RealZaragoza
Bermejo con el control del esférico en el Real Zaragoza 1-2 Real Oviedo. Fuente: @RealZaragoza

Si uno coge y compara, por ejemplo, el encuentro del Real Zaragoza en la jornada 9 con el duelo de la jornada 24, no hay color. Todos los hinchas del cuadro maño recordaran a la perfección esos soporíferos partidos del tramo inicial de liga en los que la jugada más emocionante del encuentro era un centro de Álvaro Tejero o un disparo lejano de Eguaras. Monótono, poco vibrante, sin criterio, aburrido e inofensivo eran los adjetivos que describían mejor el juego de los de la Capital del Ebro. Pese a recolectar buenos resultados en los tres primeros enfrentamientos, Rubén Baraja nunca logró convencer como líder del banquillo de La Romareda. Acto seguido, Iván Martínez tampoco pudo dar con la tecla, pues se encontró a un vestuario moralmente descompuesto.

El efecto "JIM"

Entonces, llegó Juan Ignacio Martínez y algo cambió. A ciencia cierta, nadie sabe que pieza del engranaje zaragocista modificó, pero, fuese cual fuese esta, su método está funcionando. Además, si bien esas balsámicas rachas de varias victorias seguidas todavía no han aterrizado en tierras mañas, tampoco se puede negar que los de la elástica blanquilla no puntúan con regularidad. "JIM" ha dotado al Real Zaragoza de estabilidad. Supongo que la experiencia ha concebido al técnico alicantino la capacidad de afrontar situaciones tan complejas.

Aunque, por desgracia, el club aragonés todavía está lejos de ofrecer el rendimiento de la temporada pasada, la mejoría es palpable en el ambiente. Poco a poco y con el trascurso de las semanas, los blanquillos han ido perfeccionando su estilo de juego hasta día de hoy. Actualmente, podemos observar un equipo que genera ocasiones, que trenza pases a una velocidad de vértigo, que mantiene posesiones largas, que muestra una gran profundidad en el juego y que, sobre todo, compite. Este renovado Real Zaragoza compite y mucho; lucha todos los partidos independientemente del marcador final y desprende hambre de gol y sed de victoria. 

El síntoma más obvio de esta metamorfosis son los jugadores. Su estado de ánimo y su confianza han experimentado un incremento más que notorio. El ejemplo más claro de esta afirmación es Jair Amador. El crecimiento del portugués es un suceso bárbaro. Tampoco podemos olvidarnos de nombres como Carlos Vigaray o de los canteranos; a Alejandro Francés y Francho Serrano este año les está yendo de fábula para curtirse en la élite del fútbol español. La evolución de todos ellos habla por si sola. 

En definitiva, diversos factores han alterado el destino fatal que se le antojaba al Real Zaragoza y parece que la entidad presidida por Lapetra ya no navega a la deriva, sino que rema hacia buen puerto. Veremos como los hombres de "JIM" afrontan las próximas jornadas, las cuales son claves para los intereses del equipo.

La primera gran final es mañana, donde Real Zaragoza y AD Alcorcón se han citado en La Romareda para brindarnos una gran noche de fútbol en LaLiga SmartBankSin duda, el león quiere volver a rugir, y la noche de mañana se presenta como la ocasión idónea para lanzar su grito reivindicativo a los cuatro vientos.

El Real Zaragoza en los instantes previos del partido ante el CE Sabadell. Fuente: @RealZaragoza
El Real Zaragoza en los instantes previos del partido ante el CE Sabadell. Fuente: @RealZaragoza
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