El presente de Ousmane Dembélé en el Fútbol Club Barcelona ya está ligado a lo que tanto ha deseado la afición con respecto a su rendimiento: un buen estado de forma, alejado de las polémicas extradeportivas, con una actitud ganadora y, por el momento, acompañada del respeto por parte de las lesiones que, anteriormente, le han tenido fuera de los terrenos de juego.

El delantero francés ya se ha postulado como una pieza importante en la presente temporada para Ronald Koeman y ya ha superado el reto de convertirse en el tercer máximo goleador de la historia de la entidad azulgrana superando a Ludovic Giuly, con 26 goles marcados en 89 partidos vestido de culé. Ahora, sigue los pasos de Antoine Griezmann, que es el segundo máximo anotador con 27 en 124 encuentros y tiene por delante el desafío de llegar a los 49 que sitúan a Thierry Henry como el primer goleador galo del club azulgrana, los cuales anotó en los 121 partidos que disputó entre 2007 y 2010.

Otro de los retos a los que se enfrenta Ousmane Dembélé es el de dejar atrás los nombres de Ludovic Giuly y Thierry Henry como los francés más exitosos dentro del conjunto azulgrana, teniendo en cuenta que fueron fundamentales en sus plantillas consiguiendo la segunda UEFA Champions League del equipo y el sexteto que alzó Pep Guardiola como entrenador respectivamente.

Con las elecciones a la presidencia a la vuelta de la esquina, Ousmane Dembélé podría convertirse en protagonista de una nueva etapa en la entidad azulgrana, que vela por regresar a la hegemonía de la que, en los últimos años, se ha caído con sus batacazos en territorio europeo. El de Vernon podría ser clave por su juventud y por ser uno de los futbolistas con más capacidad de desequilibrio y regate en el fútbol mundial.