Los de Pellegrini mantuvieron la cabeza fría a pesar de verse 0-2 en el luminoso y siguieron creyendo en el plan de Pellegrini. La remontada se fraguó desde el banquillo y es que tanto Borja como Joaquín entraron de refresco y aportaron la energía necesaria al equipo. Al Glorioso en cambio se le hizo muy largo el encuentro y no consiguió rentabilizar la gran efectividad que habían mostrado en la primera mitad y sumó una derrota que le deja muy tocado de cara a la lucha por la salvación.

El Betis empezó dominando de manera clara el encuentro. Los de Abelardo aguardaban en su campo esperando el error de los chicos de Pellegrini. El plan del Glorioso estaba muy claro y no era otro que el de robar el balón y verticalidad. La tímida presión de los atacantes albiazules provocó un error de Sidnei en salida de balón que enmendó con una falta peligrosa al borde del área. Joselu no desaprovechó la oportunidad que le brindó Sidnei y pulverizó con un trallazo la portería de Joel que para cuando quiso darse cuenta, Joselu ya estaba celebrando el tanto. Era el minuto 11 y el Alavés se ponía 0-1 en la primera llegada.

El guion del partido era el mismo. El Betis dominaba el partido y el Alavés más replegado si cabe. Miranda probó suerte con un  potente disparo lejano que repelió Pacheco y en el rechace, Juanmi se topaba con un milagroso Lejeune que evitaba el empate bético. El Betis no merecía ir por detrás en el luminoso, pero el Alavés estaba inspirado en el ataque. Segunda llegada, segundo gol. Esta vez un robo en la sala de máquinas propició una transición rápida de los de Abelardo. Duarte ponía un centro al corazón del área y Edgar sin oposición tras el inoportuno resbalón de Miranda, puso el 0-2. El partido se le ponía cuesta arriba al Betis. 

La efectividad del Alavés castigaba a un Betis que no bajó los brazos. Siguió intentándolo con constantes llegadas, algunas con más y otras con menos peligro. Guido lo probaba desde la frontal con un disparo que salió por la derecha de la meta de Pacheco y Juanmi tuvo una clarísima ocasión que repelió la defensa babazorra. El partido se acercaba al descanso y el Alavés se veía con un botín valiosísimo gracias a su gran defensa y su verticalidad en jugadas de ataque que consiguió quebrantar la defensa verdiblanca. 

Pellegrini metió mano en el equipo y metió al Panda y a Joaquín para la segunda mitad. Un planteamiento muy ofensivo que dejaba opciones al Alavés a enganchar una contra o cualquier transición rápida como las de la primera mitad. Y así fue, el Glorioso metió el miedo a los béticos con tres ocasiones muy claras. Primero, Edgar, segundo Pellistri en un mano a mano con Joel Robles y por último, Joselu con un centro chut envenenado. Tres ocasiones aisladas que sirvieron de aviso a los béticos que seguían dominando el esférico, pero que les costaba generar en esta segunda mitad.

Al final, tanto va el cántaro a la fuente que acaba por romperse. En el minuto 60, Fekir lograba anticiparse a Duarte en el área y provocar un penalti que transformó Borja Iglesias y que metía al equipo en la lucha por los puntos. El asedio comenzaba y los cimientos de la defensa alavesa temblaban. Joaquín con un remate de cabeza en un córner botado por Fekir puso el empate a falta de 10 minutos para el final y la locura se desató en el Villamarín. El Alavés se encerraba para al menos rascar un punto, pero el Betis estaba pletórico y con la confianza por las nubes. El Betis estaba muy agresivo a la hora de recuperar el balón y consiguió robar el esférico en una jugada que acabó con un  precioso centro de Emerson a la testa de un Borja Iglesias que se anticipó a la zaga alavesa y que puso el 3-2 en el marcador culminando una remontada que refleja el magnífico estado de forma y de confianza del Betis