La Real Sociedad consiguió tres puntos de oro en su visita al Granadilla Tenerife (1-2) en un duelo vibrante entre dos conjuntos que llegaban al duelo como muy parejos en la tabla y buscando una victoria que les permita soñar con visitar los mejores campos de Europa la temporada que viene. La mañana olía a fútbol, tanto por el alto nivel de los dos equipos en liza como por la presencia de público en las gradas de La Palmera. Poder volver a disfrutar de los aficionados y aficionadas en los estadios es sin lugar a dudas una noticia que todos queríamos dar.

  • Franssi desatasca un inicio igualado

El partido arrancó con mucho ritmo pero pocas ocasiones. Ambas escuadras eran conscientes de la relevancia del partido y se mostraron respetuosas con su oponente, batallando cada balón con mucha intensidad y arriesgando lo justo en defensa. Si algún equipo estuvo más cerca de generar peligro fue el Granadilla Tenerife, que de la mano de una muy activa Koko logró crear varias acciones de peligro, principalmente mediante centros laterales y faltas, que la portera hondarribiarra Mariasun Quiñones solventó con seguridad.

Cuando parecía que nada acontecía en la soleada mañana tinerfeña, Nerea Eizagirre detectó, tras dar pausa a una jugada, la incorporación de Lucía Rodríguez por la banda derecha. La joven lateral madrileña sirvió un centro sensacional que Sanni Franssi culminó con un frentazo imparable para Aline Reis, logrando así su noveno tanto en lo que va de curso. Corría el minuto 21 de juego y la Real lograba un tanto muy valioso.

  • Control de la Real

El resto de la primera mitad transcurrió sin mayores incidentes. La Real fue capaz de frenar las acometidas de la costamarfileña Koko y el Granadilla dejó de tener tanto empuje ofensivo. Eizagirre pudo ampliar la ventaja con un zurdazo que salió rozando el larguero. Replicó Kayla poniendo a prueba a Quiñones tras un gran slalom por banda izquierda, pero poco más pudo hacer un Granadilla Tenerife que únicamente generó peligro en el tramo final del primer acto gracias a su efectiva presión alta, que creó ciertas complicaciones a la hora de sacar el balón jugado a la zaga txuriurdin. Con este resultado de 0-1 y todo por decidir se llegaba al descanso en La Palmera.

  • Reanudación loca con dos penaltis

Nada más volver de vestuarios Koko revolucionó el partido con una brillante jugada personal que acabó con un claro derribo de hasta dos zagueras donostiarras dentro del área. Penalti claro. Pisco, con templanza y seguridad, engañó a Quiñones para colocar el 1-1 y trastocar todos los planes que Natalia Arroyo pudiera haber hecho durante el descanso. 

Parecía que las locales tomaban el mando del partido y podían aspirar a culminar la remontada. No obstante, en una acción aislada apenas 10 minutos después, un balón rematado de volea por Franssi impactó en la mano de la propia Pisco, generando así el segundo penalti de la mañana. Bárbara Latorre fue la encargada de batir a Aline y establecer el a la postre definitivo 1-2 en el electrónico.

  • Carrusel de cambios y empuje local

Francis Díaz no tardó en mover el banquillo viendo que la Real volvía a someter a su rival con un dominio incontestable en el juego, que de hecho pudo haber supuesto el 1-3 si un centro envenenado de Bárbara Latorre hubiera cogido dirección a portería tras golpear en el poste, con Aline ya batida. Wilmary y Mari Jose crearon efectivamente bastante peligro y el equipo insular logró, a base de casta y coraje, encerrar a la Real en su mitad de campo a medida que el partido languidecía.

No gozaron las tinerfeñas, sin embargo, de numerosas ocasiones claras. Dos disparos desviados desde la frontal de Kayla y Mari Jose fueron lo único reseñable en un partido cada vez más condicionado por el fuerte viento que golpeaba al estadio. Pudo incluso la Real matar el partido a la contra, pero el punterazo de Nerea Eizagirre, una de las mejores jugadoras del partido, fue desbaratado por Aline Reis.

  • Final de infarto

Con esta situación se llegó a los últimos 5 minutos. La Real se limitaba ya a defender y achicar balones y las locales, a base de centros y juego directo, cargando mucho el área con la entrada de Ana González y las incorporaciones de la central Patri Gaviria al ataque, ponían mucha pimienta a un final de encuentro que se tornó en no apto para cardíacos.

La tensión se notaba en el ambiente, y estalló en el banquillo local tras un posible penalti de Nuria Rábano sobre Wilmary, ya en tiempo añadido. Un miembro del staff local fue expulsado debido a sus airadas protestas. Apenas un minuto después, Cristina Martín-Prieto tuvo la ocasión más clara. Un centro frontal al área con prácticamente las 22 jugadoras luchando por él fue despejado con dudas por Quiñones, de manera que el esférico cayó en botas de la delantera. Con el balón botando, a escasos 5 metros de la portería, la mandó inexplicablemente fuera. Una ocasión de oro que resultó ser la última del partido.

Triunfo de oro para la Real Sociedad, que suma su tercera victoria consecutiva (primera vez que lo logra en la temporada) en un estadio muy duro ante un rival directo. Las de Natalia Arroyo tienen licencia para soñar, y afrontan así una recta final de campeonato muy ilusionante con el objetivo claro de asaltar las primeras posiciones de la tabla y pasear el escudo txuriurdin por Europa.