Sevilla y Betis. Betis y Sevilla. La rivalidad por excelencia nos entregó una nueva edición, esta vez en el hogar sevillista. El Ramón Sánchez Pizjuán acogió un precioso duelo al que los verdiblancos llegaban con una dinámica muy positiva: victorias seguidas en el campeonato doméstico.

Diagonalmente opuesta era la situación del Sevilla, que venía de caer en Copa del Rey y Champions League y de perder sus dos últimos duelos ligueros ante Barcelona y Elche. Ambos necesitaban los tres puntos para no quedarse atrás en sus aspiraciones europeas. Los de heliópolis para tratar de volver a la Europa League y los nervionenses para jugar la máxima competición europea por segundo año consecutivo.

Julen Lopetegui innovó alineando al Papu Gómez en una posición más centrada de lo habitual, siendo el argentino el más adelantado de la línea de centrocampistas. En el resto del once ninguna sorpresa: defensa habitual y Suso, Ocampos y En-Nesyri en punta. Pellegrini tampoco quiso experimentar y dio la titularidad a sus futbolistas más habituales. Borja Iglesias, en racha en las últimas jornadas, fue la referencia del equipo.

La primera parte, en contraste con el resto de la jornada, se puede calificar como bastante entretenida. No hubo un aluvión de ocasiones, pero se palpaba el ambiente de derbi por parte de los veintidós protagonistas. Cada jugada, cada balón, cada lucha se vivía de una forma distinta a un partido corriente.

El encuentro arrancó con el Sevilla siendo algo más poseedor de balón, pero sin lograr transportarlo hacia la zona de peligro. En cambio, cuando los de Pellegrini tenían el balón la sensación era de más vértigo. De los pies de Canales, Aitor Ruibal, Borja Iglesias y especialmente Fekir, parecía continuamente que podía salir algún balón filtrado que hiciera daño a la zaga sevillista.

Sin embargo, no tardó en llegar el primer y único tanto del choque, en una jugada que no se entiende sin la calidad extrema de dos grandisimos futbolistas. Desde su propio campo, Jesús Navas trazó un pase de escuadra y cartabón que superó a todo el Real Betis. El receptor no fue otro que Youssef En-nesyri, que quedó habilitado gracias a Víctor Ruíz. Tras controlar con su pierna izquierda, regateó a Joel y definió con su pierna menos hábil (la diestra) cuando parecía que ya se había escorado demasiado.

La primera mitad terminó sin ocasiones claras más allá del gol, y con la sensación de que esperaban cuarenta y cinco minutos muy abiertos en los que podía ocurrir cualquier cosa. De hecho, el segundo tiempo se tiñó claramente de verdiblanco. Los locales, influenciados por el 1-0 a su favor, adoptaron una postura más reactiva. Durante ciertas fases se dedicaron a esperar al rival y tratar de cerrar el encuentro en algún contragolpe. Prueba de ello fueron los 329 pases de la primera mitad por los 181 de la segunda.

Los aficionados béticos no pueden reprochar nada a su equipo, que no dejó de intentarlo hasta el pitido final. Pellegrini trató de agitar el encuentro sustituyendo a los futbolistas de banda. Juanmi relevó a Guardado en la izquierda y Joaquín a Ruibal en la derecha. Lopetegui replicó de inmediato dando entrada a Rakitic por Papu Gómez y a Óliver por Suso. Lo cierto es que ni el bonaerense ni el gaditano completaron una buena intervención.

A pesar del intento de arreón del Betis, los de Lopetegui no llegaron a sentir en ningún momento que el empate estaba cerca. Los ataques béticos acababan antes de llegar a las manos de Bono, que únicamente tuvo que realizar dos paradas en los noventa minutos, tantas como el arquero del Betis, Joel Robles.

Salir victorioso de un derbi supone siempre una gran intección de moral para cualquier equipo, más si cabe para este Sevilla que necesitaba un punto de inflexión tras una racha de malos resultados. Sin desplegar un fútbol demasiado vistoso, suma tres puntos que le afianzan en la cuarta posición. En caso de ganar el partido aplazado contra el Elche dejaría a la Real Sociedad a una distancia de nueve puntos.

Por su parte, el Betis ve interrumpida su racha de victorias, mas abandona el Pizjuán con la sensación de haber competido bien y haber superado a su vecino en muchas fases del encuentro. Se mantiene en la sexta posición, aunque recorta su distancia con el Villarreal, que queda a dos puntos tras su victoria en Ipurúa.