El Real Madrid de Zinedine Zidane ha vuelto a las andadas y se ha vuelto a posicionar en las semifinales de la UEFA Champions League contra todo pronóstico. Un equipo plagado de lesiones al que se le dio por muerto en octubre y en noviembre, al igual que en enero y en los primeros días de febrero, el mismo Madrid que “apestaba a Europa League” ya está instalado en semifinales de la Champions, y a un solo punto de completar una estrepitosa remontada por la Liga.

Días atrás Zidane vaticinó que los suyos “merecían más respeto” y en esta eliminatoria de cuartos de final se encargó de demostrarlo ¡Cuánta razón tenía!

Nada brillante el conjunto blanco, que especuló demasiado con el resultado de la ida y por momentos se las vio negras para contener las embestidas del Liverpool. La mayor virtud del Madrid en la noche de Anfield fue no desordenarse atrás y tirar de oficio con un fútbol control; sobre el terreno de juego se vio un Liverpool que quiso y no pudo ante un Madrid decidido a jugar con la ventaja y que el paso del tiempo hiciera lo suyo para desquiciar al rival.

El Madrid cuidó sus dividendos

Contrario a lo que dijo Zidane en la rueda de prensa previa al encuentro, el Madrid nunca estuvo demasiado interesado en ganar el partido; el foco central del conjunto merengue fue siempre el de no perder el control de la eliminatoria, lo que requería, sobre todo, defenderse con la posesión y alejar al Liverpool de su área.

Tres pilares defensivos

El plan de vuelo de Zidane solo pudo ser redondo gracias a la solidez del cuadro bajo; los merengues adolecieron de grandeza en su juego, pero supieron primar el orden y el buen hacer defensivo.

El equipo blanco sobrevivió en muchas fases del partido por las atinadas intervenciones de un Courtois de nivel superlativo y -al igual que en Valdebebas- un partido redondo de su improvisada pareja de centrales: Nacho y Éder Militão, acreedores a una mención honorífica pues con su sobresaliente desempeño tanto en la ida como en la vuelta acallaron cualquier posible duda en el centro de la defensa blanca.

“Pajarito” lateral

EL Real Madrid lleva -obligado por las lesiones- más de media temporada jugando con laterales que no son laterales, y en Anfield Zidane volvió a improvisar; sorprendió con la alineación al colocar a Fede Valverde en el lateral derecho en sustitución del lesionado Lucas Vázquez. Apostando por el uruguayo, que tuvo que infiltrarseel tobillo para ser elegible en este encuentro, por encima de opciones como la de Álvaro Odriozola.

El uruguayo se defendió de las siempre peligrosas incursiones de Mané. Sacrificó la potencia de sus subidas al ataque para defender su puesto de batalla con uñas y dientes pese carecer del conocimiento natural en las labores del oficio.

Juego horizontal

Lo más cuestionable del Real Madrid fue la falta de ambición de cara al ataque, los merengues siempre dieron la sensación de jugar mirando constantemente el reloj. Modric y Kroos, contra natura, tomaban el balón y no se preocuparon de amenazar al contrario con envíos profundos; casi siempre recularon buscando un pase de seguridad hacia atrás haciendo infructuosa la presencia de Asensio y Vinícius por las bandas.

5 artilleros y poca munición

El Madrid, que llegaba a esta eliminatoria lleno de interrogantes en defensa, encontró en aquel supuesto punto débil su más grande fortaleza en Anfield. Klopp terminó el partido con 5 delanteros buscando hacer estragos a la solidez blanca, pero, no siempre más es mejor, y poco o nada del fútbol “heavy metal” del estratega alemán pudo asomarse en la recta final del partido ante la defensa espartana de la entidad blanca.

Datos estadísticos

  • El primer empate en la historia de los enfrentamientos entre Real Madrid y el Liverpool ha servido para sellar el pase blanco a semifinales, donde habrán de enfrentar al Chelsea a doble partido por primera ocasión.   
  • El Real Madrid disputará las semifinales de la UEFA Champions League por 14 ocasión, siendo el equipo con más participaciones en esta instancia. 
  • El Real Madrid ha superado 16 de su 17 eliminatorias de UEFA Champions League tras haber ganado por dos o más goles en el partido de ida; solo perdió los cuartos de final contra el Mónaco en la temporada 2003-2004 (4-2 en la ida, 1-3 en la vuelta).
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