El equipo verdiblanco recibía al Athletic de Bilbao ostentando el cartel de favorito. Sin embargo, una desmedida entrada sobre Unai Vencedor del ocho del conjunto heliopolitano obligó a los de Manuel Pellegrini a afrontar el resto del encuentro, aproximadamente 85 minutos teniendo en cuenta los descuentos, en inferioridad numérica.

Este incidente se presentó como una auténtica fatalidad para el instructor chileno, y una importante oportunidad para el técnico de los bilbaínos. Todo ello, como era de esperar, se reflejó en las pizarras.

Los locales, que apostaban de inicio con una línea de cuatro defensas compuesta por Emerson, Mandi, Bartra, y Miranda; doble pivote al que volvía Canales acompañando a Guido; Fekir en la mediapunta; Tello y Ruibal en las bandas; y Borja Iglesias como ariete. Tras la roja directa, el equipo se reestructuró para mantener la portería de Claudio Bravo a cero en los momentos que más amenazarían Los Leones. Lo más destacado en esta nueva fase del encuentro fue el gran esfuerzo de los extremos en defensa, así como el de Guido en el centro del campo.
El Betis asumiría gran parte de la primera parte ejerciendo labores de defensa, y prácticamente el ataque quedaba olvidando. A pesar de ello, la velocidad de Tello, las internadas que pudiese hacer con el balón jugado desde las bandas, y las jugadas a balón parado presentaban las únicas opciones de llegar a hacer peligro.

El segundo acto, aunque siguiendo la misma tónica, fue donde el equipo andaluz encontró sus mejores momentos. El asedió de los de San Mamés se vio atenuado, y el Betis lograba entrar progresivamente en el encuentro e incluso tener sus ocasiones para adelantarse en el marcador, entre las más destacadas un gol anulado a Mandi por un ajustadísimo fuera de juego, y una volea de Lainez dentro del área al rechace de un mal despeje sobre la bocina.

El Ingeniero se veía condicionado pues a realizar las sustituciones teniendo en mente el desgaste físico que suponía la inferioridad numérica durante tanto tiempo. Por este motivo, Lainez y Loren remplazaban en el minuto 66 a Tello y a Borja Iglesias respectivamente. Doce minutos más tarde, Guardado entraba al verde al tiempo que Ruibal lo abandonaba; pensando en tener más control en el centro del campo y prácticamente dando por bueno el empate. A tres minutos de cumplirse el tiempo reglamentario Paul suplía a un fatigado Canales y añadía más robustez al mediocentro bético.

Paradójicamente, habiendo entrado los refuerzos cargados de energía y teniendo como objetivo mantener el control del encuentro y, sobre todo la portería a cero, llegaron las mejores ocasiones de los visitantes de la mano de Unai López, Raúl García y Asier Villalibre. Un empate que antes del pitido inicial hubiese sabido a poco, pero que con el desarrollo del encuentro refuerza las esperanzas europeas y que, además, coloca al Betis quinto a expensas de lo que ocurra entre Real Sociedad y Celta de Vigo.  

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