Fueron muchos meses de incertidumbre, de no saber si Keidi Bare iba a acabar fichando por el Espanyol, pues el conjunto blanquiazul no tenía presupuesto salarial para inscribirle. No obstante, el albanés decidió jugársela. Voló el un avión con destino a Barcelona para firmar por el conjunto blanquiazul. En un principio, no pudo jugar, porque todavía se debía liberar una ficha del primer equipo, que acabó siendo la de Marc Roca, que se marchó al flamante campeón de la Bundesliga, el Bayern de Múnich.

Desde que Keidi debutó en el Espanyol, todo han sido alegrías. El 4 de octubre de 2020, cuando se puso por primera vez la indumentaria blanquiazul -Segunda vez, si contamos el día de su presentación-, poca gente se imaginaba que se iba a convertir en un ídolo para la afición periquita. Todo el mundo sabía de sus cualidades, vistas en el Málaga y en la cantera del Atlético de Madrid, pero la realidad acabó superando las expectativas.

Desde aquel partido en la Nova Creu Alta, Keidi ha jugado 24 partidos más en liga, dejando un rendimiento espectacular. Todavía no ha logrado anotar ningún gol, pese a que ganas no han faltado. Sin embargo, lo que si hizo fue dar la asistencia de uno de los goles más importantes de la temporada: el de Nico Melamed frente al Leganés. Además, su rendimiento no se debe medir en cifras goleadoras. No sería justo. Así que lo mediremos en el gran trabajo que realiza en la sombra y el que realiza en el centro del campo, sin olvidarnos de lo bien que juega el equipo cuando él está en el rectángulo de juego.

Además, tampoco nos podemos olvidar de la implicación que tiene en el equipo, que es máxima. Hoy, sin ir más lejos, ha llevado la voz cantante en la celebración del ascenso a primera división, culminado ayer en La Romareda. Un día más tarde, y en un escenario muy distinto, como es el parking del RCDE Stadium, le ha confesado a la afición que había presente, que era el mejor día de su vida. Sin duda, ha nacido una estrella blanquiazul.