Los potrillos comandados por Xabi Alonso han hecho historia al meterse en la segunda división, después de 61 años. Lo logrado este sábado ante el Algeciras, es el premio de todo el esfuerzo realizado, para que la institución donostiarra logré el éxito en todas las categorías. El propio entrenador tolosarra alababa en rueda de prensa, el trabajo realizado de los formadores y la buena gestión en las oficinas. 

Cada equipo decide qué camino quiere tomar, hay presidentes que apuestan por fichajes de campanillas y nombres conocidos y hay mandatarios que buscan sacarle el máximo provecho a los jugadores más jóvenes de la entidad. La Real hace tiempo decidió que es un club de cantera, antes que de cartera. Su filosofía se basa en moldear a los jugadores en periodo de formación, para que luego cuando llegue el día, estén listos para saltar al césped de Anoeta. Todo los que pasan por Zubieta sueñan con vestir la casaca txuri urdin del primer equipo, pero solo unos pocos lo consiguen. 

Karrikaburu, Robert Navarro, Alex Sola o Jon Pacheco son algunas de las muchas perlas, que están reluciendo en la cantera donostiarra. Xabi Alonso ha sabido colocar todas las piezas y el parecido al juego con el primer equipo es notable, ya que desde abajo se impulsa el juego asociativo y la salida de balón. Cuando Imanol Alguacil ha necesitado de los servicios de los jugadores del Sanse, estos no han defraudado, ejemplo de ello fue el partido de Jon Pachecho ante el Atlético de Madrid o la participación de Urko Gonzalez de Zarate contra el Valencia.

Tanto el conjunto B como el C han logrado el ascenso a sus respectivas categorías y el primer equipo ha confirmado su presencia en la Europa League por segundo año consecutivo. La entidad txuri urdin está en una nube, la apuesta por la cantera está saliendo a favor y la sensación de que por fin hay un proyecto a largo plazo ilusiona a los aficionados guipuzcoanos.

La Real Sociedad ya puede decir que tiene la mejor fábrica de jugadores de toda la liga. Zubieta es pionera en la formación de los chavales. Ha demostrado que para competir contra los más grandes no hace falta tirar de talonario, sino trabajar y trabajar con lo que tienen en casa. Quién sabe si los jugadores que ayer consiguieron el ascenso en el Francisco de la Hera, serán las futuras estrellas txuri urdin o los responsables de las noches más plácidas en un futuro.