Victoria, pero descenso. Los goles de Juan Hernández y Stoichkov en la segunda mitad hicieron soñar a los vallesanos con la permanencia, pero depender de otros resultados en una última jornada no es nada bueno, y los malos augurios se convirtieron en realidad. El Sabadell desciende por sus propios errores durante la temporada.

  • Tres puntos estériles

El Sabadell tenía que ganar su partido en Miranda de Ebro y esperar dos resultados positivos de tres rivales directos. Uno de ellos se cumplió, con la derrota en casa del Logroñés frente a Las Palmas, pero tanto Espanyol como Rayo, no cumplieron los pronósticos y perdieron sendos partidos ante Alcorcón y Lugo respectivamente.

Es imposible para un jugador abstraerse de todo lo que rodeaba a esta dramática última jornada, pensar en qué estarán haciendo tus rivales directos, podía despistar al cuadro de Antonio Hidalgo, del que todas sus aspiraciones de salvación pasaban por ganar su partido.

Una primera mitad con demasiadas imprecisiones locales y visitantes acabó con empate a cero, cómo no podía ser de otra manera. La segunda mitad en cambio, el Sabadell salió a intentar marcar pronto, quitarse esa angustia de que por ellos no será que pierdan la categoría, y el premio llegó con el gol de Juan Hernández a centro de Ozkoidi, en el minuto 63. El Mirandés, sin nada que jugarse, aguantó la compostura hasta el gol arlequinado y acabo de bajar los brazos con el gol de Stoichkov cuando faltaban 12 minutos para el final. Un partido sin más, dónde ganó el que se jugaba algo.

A fin de cuentas, el sufrimiento real vino después del silbato final, cuándo se sabía que el Logroñés ya había perdido y el Alcorcón había ganado. Solo quedaba la esperanza del Rayo. Quedaban aun seis minutos de tiempo añadido en Vallecas y los jugadores del Sabadell creían en el milagro. Pero no fue así. El Lugo supo aguantar el resultado y será l Sabadell quién descienda de categoría.

  • Hidalgo: “Ha sido un partido muy disputado y cualquiera ha podido ganar”

Antonio Hidalgo se mostró visiblemente abatido por el descenso de su equipo y no aclaró su futuro, pese a que le queda un año de contrato:

“Hemos trabajado al 100% en todos los entrenamientos y dónde no llegaban las piernas llegaba el corazón, como hoy. Estamos abatidos”.

“La afición es impagable. Sé que han sufrido con nosotros y espero que sigan con este sentimiento tan fuerte. Los hemos dado todo hasta el último momento”.

  • Se acaba el sueño

Lo peor de todo es que el aficionado arlequinado no ha podido disfrutar del retorno de su equipo a la división de plata, las restricciones de aforo en Catalunya han impedido que hubiera público ni en las últimas jornadas. Una pena, pero ahora toca enfocar la próxima temporada con el pensamiento de volver.