Los peros y el error acabaron cuando Daniele Orsato pitó en La Cartuja la conclusión del encuentro. España se dejó en el camino la victoria, aquella que tocó en el penalti que Gerard Moreno envió al palo, y aunque encontrase el gol, una gota en el desierto sigue siendo insuficiente para un equipo sediento. Suecia y Polonia desnudaron las carencias (dificultad para desarmar bloques bajos, redundancia en el centro lateral y falta de determinación en las áreas), pero ha de ser Eslovaquia quien sufra las virtudes si España no quiere despedirse a las primeras de cambio de la Eurocopa.

Martillo Gerard Moreno

Entre lo previsible y lo preestablecido, Gerard Moreno se erigió como lo diferente. El delantero partió desde la derecha, la zona de influencia que mejor le sienta, para engendrar la figura rompedora adolece la Selección. Su lectura del área llenó al equipo de recursos con los que incidir desde dentro (atacando el punto de penalti o filtrando pases) o por fuera (encarando o dejando a Marcos Llorente la profundidad).

Koke y Gerard Moreno celebran el 1-0 / FOTO: UEFA
Koke y Gerard Moreno celebran el 1-0 / FOTO: UEFA

Con él, España escribió sus mejores minutos contra Polonia y encontró el gol. Encaró, fintó y trazó un pase interior en diagonal medido hacia Morata. El gol nació de su mente, calculadora para descubrir espacios, y de su fútbol, incisivo e inteligente. Gerard Moreno escenificó la amenaza, la creatividad y el regate, tres aspectos que escasean y que él rellena. Fue el elementó díscolo, la claridad entre la oscuridad, aunque su error en el penalti manchase el partido en el que tomó el mando e hizo jugar a la Selección.

España tropieza en la misma piedra

España empezó descolocada por los primeros envites de Polonia, pero la entrada de Gerard Moreno en juego la que le llevó de nuevo el dominio a sus pies. El equipo atacaba en tríos en izquierda (Jordi Alba, Pedri y Dani Olmo) o derecha (Marcos Llorente, Koke y Gerard Moreno) para triangular por fuera y abrir a Polonia. Los hombres de Paulo Sosa sufrieron para defender los movimientos de España en el área, pero el déficit de contundencia, les hizo sobrevivir. 

Jordi Alba y Morata celebrando el 1-0 / FOTO: UEFA
Jordi Alba y Morata celebrando el 1-0 / FOTO: UEFA

El gol de Morata pareció suponer un punto de inflexión para él y para la Selección, pero no fue más que una casualidad, porque ninguno encontró el camino de retorno. El delantero volvió a fallar lo indeseable, siendo el rechace del penalti de Gerard Moreno la imagen que muestra como el bloqueo sigue adherido a su mente.

El paso de los minutos dejó desaciertos en el remate que mermaron la moral y dejaron la convicción aparcada cuando Lewandowski empató el partido. La segunda parte propició la temida y recurrente horizontalidad que atascó a 'La Roja' en el juego y que la alejó del área. Luis Enrique empeoró al equipo con los cambios y sin Gerard en el campo, los desmarques se olvidaron, el ritmo se perdió y la gasolina se consumió. Ante la desesperación, el centro lateral volvió a ser la 'solución' frente a una Polonia frágil en la protección de su retaguardia. 12 remates, 5 de ellos a puerta, fue el bagaje final de un equipo que se pierde en el disparo.

Gerard Moreno mandó el penalti al palo / FOTO: UEFA
Gerard Moreno mandó el penalti al palo / FOTO: UEFA

Los dos empates no se reducen al divorcio de la Selección con el gol, sino también a su falta de autoridad para imponer su creencia y no dejar la puerta abierta.

Lewandowski baila con Laporte y Pau Torres

El delantero del Bayern representaba la amenaza de Polonia y cumplió con la etiqueta agigantándose frente a Laporte y Pau Torres. La falta de contundencia de España en área contraria se trasladó a la propia, donde cada llegada polaca desestabilizaba los cimientos. Lewandowski olió la inseguridad y se dedicó a batirse en duelo en inferioridad numérica, venciendo en ese terreno. Bajó balones, cuerpeó, chocó, rascó espacios, se anticipó y dio aire a Polonia para ir quitándoselo a España. En el gol se deshace de Laporte con un simple empujón. Pura astucia y fortaleza frente a dos centrales sin la osadía que requiere el 9. 

Lewandowski fue una pesadilla para los centrales / FOTO: UEFA
Lewandowski fue una pesadilla para los centrales / FOTO: UEFA