Vuelven las noches mágicas al Santiago Bernabéu. Tras mucho tiempo en el que el Real Madrid sufría cada vez que se arrimaba a la portería, la situación ha cambiado por completo. Ahora no solo es capaz de marcar con asiduidad, sino que no descansa hasta ver el marcador abultado. Seis goles frente al Mallorca, en una noche reivindicatoria para Asensio y con el siempre mágico Karim Benzema, que dejan claro que este Madrid sí aspira a todo.

Marco Asensio

No estaba contento el balear con los minutos que Carlo Ancelotti le estaba dando, sin contar apenas en la rotación. El entrenador lo sabía y ha decidido darle entrada como titular en el partido frente al Mallorca, donde el extremo reconvertido a interior ha demostrado por qué puede tener importancia en la plantilla.

Primer hack-trick para Marco Asensio, en un partido donde le hemos visto hacer de todo y donde ha vuelto a recordar que tiene una zurda de oro, utilizándola en el tercer tanto para marcar a placer desde fuera del área. Lo ha hecho todo fácil y se ha echado el equipo a la espalda cuando peor lo estaba pasando.

Sin decir nada deja un claro mensaje, que a buen recaudo Carlo Ancelotti captará, y se postula como jugador importante para los siguientes partidos, a ver quién se atreve a sentarlo ahora. Noche mágica que seguro recordará en muchas ocasiones, pues al ser sustituido se ha llevado una sonora ovación por parte del público que ha acudido al Santiago Bernabéu, quien ha reconocido su esfuerzo y ha sido justo con él.

Karim Benzema

Como viene siendo habitual el delantero francés volverá a aparecer en la primera plana, pues no se toma un segundo de respiro. No ha sido un partido brillante de Karim Benzema, pero aun así se va a casa con dos tantos y dos asistencias. Su estado de forma es un auténtico escándalo, y sigue demostrando jornada tras jornada que es uno de los mejores jugadores del mundo.

Son ya ocho goles y siete asistencias para el francés, que no solo se contenta con ser el Pichichi, sino que también quiere el título a máximo asistente, en una carrera donde se ha quedado demasiado solo ya, y que de seguir a este ritmo quién sabe cuántos récords puede batir.

El tema de los minutos puede llegar a ser preocupante, ya que nuevamente ha vuelto a completar casi todo el encuentro, pero no parece acusarlo Karim Benzema, haciendo gala de una frescura increíble y un despliegue físico sin igual. A causa de ello ha venido el primer gol, gracias a su gran presión.

Carlo Ancelotti

Es la gran estrella de la noche, y no porque haya rematado ningún valor al fondo de la red, sino porque ha demostrado una vez más que es un entrenador sin comparación ninguna. Tenía fuegos encendidos en el vestuario con Asensio e Isco, que exigían más minutos. Ha arriesgado alineando a Asensio y ya sabemos como ha terminado el asunto, pero también ha dado minutos al malagueño, quien aparte de anotarse el último tanto, ha levantado varias veces a los espectadores de sus asientos, enseñando parte de la calidad que todavía atesora.

No solo ha rescatado a estos dos jugadores, sino que ha demostrado que confía en los canteranos. Titularidad de nuevo para Miguel Gutiérrez, quien ha jugado bastante bien, alineando a Nacho en el lateral derecho, y los primeros minutos de la temporada para Antonio Blanco y Sergio Santos, a quienes hemos podido ver muy metidos en el encuentro y aprovechando el tiempo.

Continúa también el idilio de Vinícius, y aunque en esta ocasión no haya sido con el gol, ha hecho un gran partido, creando muchísimo peligro en cada balón que tocaba y con una asistencia final a Isco. Está haciendo olvidar a Eden Hazard y su nivel que nunca llega, amén de un Mbappé de quien nadie se acuerda en estos momentos.

Sonríe con fuerza el Real Madrid, y no solo a costa de este maltrecho Mallorca, repleto de bajas y rotaciones, sino porque ha conseguido romper su maleficio con el gol y es el equipo más anotador de la Liga. El club blanco rebosa dinamismo por los cuatro costados, con todo el mundo presionando y armando las contras sin pensárselo dos veces. Partidazo el que hemos vivido en el Santiago Bernabéu, que es solo el preludio de lo que puede ser el Real Madrid esta temporada, una máquina de matar.

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