LaLiga está que arde y qué mejor que echarle más leña al fuego con un partidazo como siempre es un Atleti-Barça, más aún teniendo en cuenta la situación en la que está el equipo culé.

La imagen de unos y de otros

La jornada comienza con el Atlético de Madrid cuarto en liga, detrás de Sevilla, Real Sociedad y Real Madrid, que pone el liderato en diecisiete puntos —tres más que el equipo rojiblanco—, mientras que los blaugranas empiezan en la sexta posición con doce puntos —uno menos que el Rayo Vallecano—. En la jornada pasada el FC Barcelona ganó holgadamente al Levante por tres goles a cero, aunque en la jornada de Champions que hubo entre semana se estrelló contra el Benfica portugués dando una malísima imagen previa al duelo contra el actual campeón de liga, mientras que los rojiblancos volvieron a hacer la heroica para vencer al Milan en San Siro aún habiendo empezado por detrás en el marcador. 

Tata, Luis Enrique, Valverde, Setién y ¿Koeman? 

El club catalán se encuentra en la cuerda floja y su entrenador es el más señalado, por eso durante los últimos días han salido rumores sobre posibles candidatos a sustituir a Ronald Koeman. Pirlo y Conte son los que más fuerza han cogido para asumir el puesto e intentar revivir a este Barça. Se dice que esté partido contra el Atlético de Madrid es la prueba de fuego para el técnico y que según qué resultado saque el Barcelona del Metropolitano el futuro será uno u otro para el entrenador holandés. 

Simeone y Koeman se han enfrentado dos veces en los banquillos y los resultados acompañan al técnico argentino. Una victoria en el Metropolitano con gol de Carrasco y un empate en el Camp Nou dejan al Cholo un escalón por encima del exjugador holandés. El partido del sábado podría aumentar —y probablemente zanjar— su ventaja o igualar los resultados entre ellos.  

Ni están ni se les espera

En cuanto a la situación del equipo, el Barcelona llega al duelo con tres victorias y tres empates —aunque con un partido menos— y once goles a favor y cinco en contra, que le deja con un golaverage positivo de seis goles —tres más que el Atleti—. El equipo culé acumula de media el 68,5% de la posesión de sus partidos y mete 1,8 goles por partidos, aunque la realidad del Barça es que es un equipo muy frágil en todos los aspectos. A Ter Stegen se le ve mucho más inseguro que otras temporadas, la defensa depende totalmente de Araujo y Piqué —si no están ambos cambia mucho el equipo—, en el mediocampo nadie es capaz de dar el nivel que se le espera —excepto Frenkie De Jong— y por último, los goles del equipo dependen de si Memphis está inspirado o no, ya que a los demás jugadores de ataque les cuesta mucho aportar.

Estos problemas se pueden achacar a que han perdido el rumbo y el líder, ya que el entrenador tiene un pie y medio fuera, y que por sus problemas económicos no han podido reforzar la plantilla como deberían haberlo hecho tras la marcha de Messi y han tenido que ocupar esos huecos con canteranos —los cuales no han decepcionado, pero tampoco son suficientes—.

El león tiene hambre

Para este duelo hay que tener un ojo en Suárez y en Griezmann, ambos exjugadores del Barcelona y que acabaron con una mala relación con el  técnico holandés, sobre todo el uruguayo, que se relamía cuando le dijeron que su victoria podía provocar el despido de Ronald Koeman

La marcha de Messi, los problemas económicos y un entrenador incompetente han dejado al FC Barcelona tocado, pero aún no hundido. Todo el mundo conoce de qué es capaz el equipo culé y nadie les debería dar por muertos antes de verlos bajo tierra. Está claro que el partido del sábado tiene mucha importancia, más allá de lo deportivo, porque el equipo blaugrana se juega su futuro y todo depende de una carta.