El Atlético llegaba tras rescatar un punto ante una gran Real Sociedad en el Metropolitano con una actuación heroica de Suárez, mientras que el Levante llegaba tras encajar una dolorosa derrota en Nervión por 5-3. Se preveía como un partido en el que los dos buscarían dar por concluida su mala racha aprovechándose cada uno de sus bazas. El conjunto local buscaría formar una defensa férrea y buscar las cosquillas de los colchoneros a la contra, y los visitantes, por su parte, buscarían controlar el partido y exponer la calidad de su tridente atacante.

Héctor Herrera, la grata sorpresa de Simeone

A pesar de sus últimas grandes actuaciones, el técnico argentino decidió dejar a Rodrigo De Paul en el banquillo de inicio ante el Levante, poniendo en liza al mexicano junto a Koke en la medular. Y su plan salió a las mil maravillas pues el 16 se encargó de controlar el partido aportando mucho criterio en cada uno de sus desplazamientos y aportando el ritmo necesario para que el Atlético cuajase una gran media hora en la que se adelantó y no sufrió.

Foto: Atlético de Madrid
Foto: Atlético de Madrid       

0-1 y relajación

Como es tradición en el conjunto colchonero, tras anotar el primer gol, el equipo entró en un estado de relajación y puso unas marchas menos. Y como de costumbre, esto sirvió al rival para quitarse de encima la presión atlética y soltarse en ataque. A partir de este momento, pasados los magníficos 30 primeros minutos, el Levante comenzó a estirarse y aparecer en el área de Jan Oblak.

Y como se suele decir, quien juega con fuego se quema, cosa que le sucedió a los colchoneros, pues tras una jugada de peligro y un córner a favor del equipo local, Bardhi botó un nuevo saque de esquina donde Luis Suárez cometió un claro penalti sobre Rubén Vezo, lo que supuso el 1-1 en el marcador, con el que concluyó la primera parte.

El fondo de armario allana una vez más el camino

Tras el descanso, el Levante salió espoleado por el gol anotado por Bardhi, viviendo unos minutos de descontrol por parte de los dos equipos. Ante esto, Simeone decidió mover ficha, introduciendo dos cambios claves en el desarrollo del partido: Rodrigo De Paul entró por Héctor Herrera y Ángel Correa entró por Luis Suárez.

A pesar de que el juego no fue muy brillante debido a las numerosas interrupciones en forma de faltas, el ex de Udinese fue poco a poco demostrando su estado de gracia con sus pases y sus carreras, siendo una de ellas la que provocó el segundo gol de los colchoneros, obra de un Matheus Cunha que anotó su primer gol con la rojiblanca y que entró por Antoine Griezmann a 20 minutos del final. Una vez más, el técnico argentino demostró su intervencionismo y los numerosos perfiles de los que goza en su amplia plantilla.

Foto: LaLiga
Foto: LaLiga      

Mucho control y poca creatividad

Tras el gol de Cunha, todo parecía ir en orden para los de Simeone, que controlaban el juego y el marcador. Sin embargo, el árbitro de la contienda resultó tremendamente influyente en el devenir atlético, decretando un penalti muy polémico y que supuso el 2-2 final en el marcador. A partir de ahí se jugó más bien poco al fútbol, siendo inútiles los intentos de João, frenado constantemente a base de faltas, y de Ángel Correa, que no paró de intentar sus características diabluras sin éxito.

El Atlético de Madrid dependió una vez más de sus individualidades y no termina de cuajar un partido redondo del todo, a pesar de los brotes verdes que se han visto, con tramos de gran juego y combinaciones. Tendrá que trabajar también en minimizar sus errores, pues los que comete son frecuentemente castigados por el rival en forma de goles, costándole así varios puntos que le tendrían en lo alto de la tabla clasificatoria tanto en LaLiga como en la Champions League.