Se la jugaba el Real Madrid; Un pinchazo hubiera puesto contra las cuerdas al conjunto blanco, que si bien consiguió enderezar su posición en la jornada 3, no podía relajarse si quería pasar a los octavos como primero de grupo. Sorprendió Ancelotti en el once inicial, eligiendo a Lucas Vázquez como extremo derecho, en detrimento de un Rodrygo que se perdió el encuentro por culpa de una lesión.

Parecía saber el objetivo que tenían que cumplir los locales, con un ritmo muy vertiginoso que cerca estuvo de propiciar que Modrić marcara el primero, pero al croata se le resistió en gol hasta en dos ocasiones. En la otra portería, los ucranianos amenazaban la portería de Courtois, quien vio como un balón estrellaba en el palo. Apareció Vinícius en el minuto 14, incansable en la presión para provocar el fallo en la defensa del Shakhtar. El brasileño le dejó el balón a Benzema que anotó el primero para los blancos. Un gol sin duda especial, pues supone el número 1.000 para el Real Madrid en Champions.

A partir de ahí poco se puede decir del Real Madrid, pues decidió abandonar el partido mentalmente y dejar de jugar, con muchas imprecisiones y perdiendo cualquier atisbo de peligrosidad. Poco a poco fueron ganando terreno los ucranianos, hasta que Matvienko sacó la magia para poner un balón largo preciso a Alan Patrick, que lejos de bajarla, decidió entregársela con el pecho a su compañero Fernando, quien aprovechó para batir a Courtois. No reaccionó el Madrid, y así se fue al descanso, mientras se escuchaban tímidos silbidos en el Bernabéu que evidenciaban que lo que estaban viendo no le gustaba a los aficionados.

Nada cambió en la segunda parte, y es que en pocas ocasiones se ha visto a los pupilos de Ancelotti con tan poco fútbol como en el día de hoy. Con una defensa que no mostraba seguridad y un centro del campo incapaz de mantener el balón, ni siquiera Vinícius parecía hoy estar enchufado, incapaz de generar peligro por su banda. Todo cambió cuando el equipo decidió empezar a jugar, creando una gran jugada colectiva, que culminó en una pared entre brasileños, con una preciosa devolución de tacón de Casemiro, para que Vinícius le volviera a dejar el balón servido a Benzema, que no dudó en disparar, batiendo así al guardameta y marcando su cuarto tanto en esta edición.

Twitter: Real Madrid oficial
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Como si ya se hubiera llegado al minuto 90 jugó el Madrid, olvidándose de que quedaba partido por delante y dejando campar por sus anchas a un Shakhtar que poco le faltó para empatar. Apareció Courtois, que ya había sacado alguna buena en la primera mitad, y volvió a demostrar que en los días malos, el Madrid se sustenta sobre él.

Sin soluciones en el banquillo

Si algo llama la atención, es los pocos recursos que Ancelotti utilizór. Se había destacado el italiano por la capacidad de encontrar soluciones desde el banquillo cuando no funcionaban los once que había en el campo, pero, a pesar del mal juego que estaba demostrando el equipo, no ha querido hacer ninguna sustitución el técnico.

Únicamente Nacho y Jović han saltado al verde. El primero para suplir a un Carvajal que va poco a poco tras su lesión, y el segundo para dar descanso a un Benzema que físicamente no está al cien por cien. Ni Camavinga tuvo su oportunidad, a pesar de haber demostrado en otras ocasiones la gran capacidad de juego que tiene, ni mucho menos Hazard, a quien Ancelotti parece haber olvidado por completo. Muy llamativo es el caso del belga, pues no está sabiendo el técnico encontrarle la posición idónea, ni mucho menos recuperarlo para la causa.

El Real Madrid sale vivo del Bernabéu, pero debe mejorar muchos aspectos si quiere seguir progresando en esta edición de la Champions. Esta victoria, más que por merecimiento, ha caído de su lado por costumbre, por la grandeza que acostumbra a exigir y que le hace llevarse los tres puntos incluso en partidos tan espesos, sin embargo, hay mucho por trabajar. Este no es el camino.

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