El Atlético llegaba tras dar una mala imagen en Champions ante el Liverpool, cayendo por 2-0, mientras que el Valencia llegaba tras volver a la senda de la victoria ante el Villarreal en LaLiga, con una victoria por 2-0. Como todos los duelos entre estos dos históricos, se preveía como un partido intenso y físico, pues ambos se caracterizan por su agresividad. El conjunto ché buscaría cerrar su defensa y construir el ataque en base a esa solidez defensiva, y los colchoneros buscarían dominar el encuentro y dinamitarlo con su tridente.

João Félix nuevamente en el banco

El recientemente nombrado como Mejor Jugador del mes de octubre en el Atlético de Madrid fue de nuevo suplente en un encuentro liguero, en favor de Ángel Correa, ya que Simeone prefiere el esfuerzo defensivo del rosarino, además de su calidad, antes que la magia del luso y su poca participación en el esquema defensivo del técnico.

Foto: Atlético de Madrid
Foto: Atlético de Madrid     

Inicio disputado y dominio con el paso de los minutos

El partido comenzó como se esperaba, con duelos y choques como si fueran el último a disputar. Esto se ejemplificó en la lesión sufrida por Kieran Trippier, que sufrió una subluxación acromioclavicular izquierda tras una falta del valencianista Hélder Costa, según reza el parte médico redactado por el propio club. El lateral inglés, como es obvio, fue sustituido por Sime Vrsaljko, cambio que no varió el esquema del técnico argentino. Poco a poco, los rojiblancos fueron amansando el partido, con el control de la pelota y un gran Rodrigo De Paul. Y llegó el primer tanto, a 10 minutos del descanso, con una maniobra espectacular de Luis Suárez, que dejó atrás a Diakhaby para definir a la perfección ante Jasper Cillessen.

Varapalo tras el descanso y arreón de equipo campeón

Tras el paso por los vestuarios, el conjunto valencianista se propuso meterse en el partido, con un gran arreón que lo culminó el gol en propia puerta de Stefan Savic, quien introdujo el balón en su portería tras una parada de Oblak a disparo de Gonçalo Guedes.

Cuando todo el mundo creía que el Valencia empujaría hasta conseguir el segundo gol, Antoine Griezmann, tras una rápida carrera con robo de balón incluido en campo propio, conectó un magnífico disparo con su pierna izquierda a la escuadra del equipo local. El francés, dos minutos después, dio un gran pase a Suárez para que asistiese a Vrsaljko, poniendo así el 1-3 en cuestión de dos minutos. Esta ventaja supuso un soplo de aire fresco para los de Simeone, pues reaccionaron de inmediato al contratiempo que supuso el gol ché.

Foto: Atlético de Madrid
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El empuje de Mestalla y las jugadas de estrategia

Cuando el partido parecía dormido por los colchoneros, el Valencia comenzó con sus clásicos fogonazos para intentar meterse en el partido. Fue entonces cuando Simeone introdujo a Geoffrey Kondogbia, que sustituyó a Ángel Correa, reforzando el medio del campo, pero echándose al equipo local encima, ya que le concedió mucho terreno y la posesión del balón. Tras esto, el conjunto visitante intentó lanzar contras sin éxito, y el Valencia fue ganando enteros para engancharse al partido con varios cambios ofensivos como Hugo Duro o Manu Vallejo, y el Atlético perdiendo pólvora con los suyos, saliendo Héctor Herrera por Suárez y João Félix por Rodrigo De Paul.

Fue entonces cuando los locales consiguieron lo que buscaban, un gol, que llegó por medio de Hugo Duro, que culminó un gran centro de Gayà tras una recuperación de Marcos André en el centro del campo, quien cometió una falta sobre Kondogbia que no se señaló. El Atleti entró en un estado de nerviosismo impropio del conjunto de Simeone, que suele manejar con oficio estas situaciones, cometiendo faltas absurdas que desembocaron en el empate definitivo, anotado también por Hugo Duro, en jugada de estrategia, la criptonita de los colchoneros en estos últimos años.

Foto: Atlético de Madrid
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El Atlético de Madrid cometió el mismo error de siempre, pero esta vez acabó con un decepcionante final, pues se echaron al rival encima y compraron todos los boletos para que sucediera ese 3-3 final. Es cierto que se puede sacar muchas cosas positivas de este partido, como la vuelta definitiva del Griezmann de antes, o la gran presencia de De Paul una vez más, sin embargo, también deja en claro la fragilidad defensiva de los colchoneros en las jugadas de estrategia y su fragilidad mental en los últimos minutos.

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