Señores y señoras, este es Vinícius Júnior. Un jugador difícil de catalogar, que desde su llegada al Real Madrid todavía no había demostrado su capacidad, pero que en esta temporada ha decidido sacarla toda junta. El partido estaba abocado al empate, con el Sevilla conformándose con un punto muy valioso y un Madrid sin ideas para remontar, hasta que el astro brasileño decide darle los tres puntos a su equipo con una genialidad.
El Madrid empezó dormido
No destaca el Real Madrid por sus inicios de partido, y no lo hizo de nuevo en esta ocasión. El partido estaba tranquilo sin que lograran dominarlo los blancos, hasta que un córner en el minuto doce cambia por completo el devenir del encuentro. Nadie defendió a Rafa Mir, que se encontró solo en el punto de penalti y remató a placer, adelantando a una Sevilla que empezaba creyendo en el primer momento.
Especialmente dormido salió Carvajal, que dos minutos después cerca estuvo de convertir en bi goleador a Rafa Mir, con una cesión bastante peligrosa para Courtois que terminó en una salvada bajo palos de Alaba y un paradón posterior del belga.
Precisamente el delantero cartaginés estaba siendo el mejor del conjunto visitante, apareciendo en todas las acciones de peligro de su equipo y mostrando una mordiente digna de un goleador en Primera División. El Madrid poco a poco empezaba a jugar mejor, con la presión incansable de un Bernabéu al que no le gustaba lo que estaba viendo y se lo hacía notar a los jugadores, especialmente con el lateral que no encontraba su sitio.
A punto estuvo de marcar Ocampos con un gran disparo que se estampó contra el travesaño, pero dos minutos después Militão se inventó un disparo desde tres cuartos de campo que Bono fue incapaz de blocar en condiciones, chocando con el palo y dejando el rechace para un Benzema que, una vez más, fue el más listo de la clase y no desaprovechó la oportunidad para poner el empate en el marcador.
Sin cambios en la segunda parte
Pese al empate no mejoró nada el Real Madrid, que salió del túnel de los vestuarios dejándose dominar por un Sevilla que quería más, con Ocampos como máximo referente. El argentino no dejó de correr y de intentarlo, volviendo loco a un Mendy que, pese a mostrarse muy sólido, no podía evitar que el extremo hiciera de las suyas constantemente.
Los de Ancelotti se volcaban a la contra, y de ahí casi viene el gol de Asensio, que de nuevo fue de la partida por delante de Rodrygo, pero que no firmó una buena actuación, sin entrar apenas en contacto con el balón. Ambos entrenadores se mostraron bastante firmes con su idea inicial, y es que hasta pasado el minuto 70 Lopetegui no introdujo ninguna modificación. Instantes después lo haría el italiano, dando entrada a Camavinga y a Valverde, que volvía de lesión.
Lo intentaba el Real Madrid una y otra vez, pero sin crear peligro sobre la portería de Bono. El Bernabéu, que apenas estaba animando a los suyos se vino arriba, mientras la hinchada del Sevilla no se quedó atrás, pues a pesar de ser menos se dejaron escuchar.
Así llegó el encuentro al minuto 87, donde un pase largo de Militão provocó todo. Recibió Vinícius en la derecha, donde ya ha demostrado que es su posición, y dejando atrás a Ocampos y a Montiel se inventó un disparo que perforó la portería de Bono por la escuadra, quien no pudo hacer más que estirarse e intentar frenar el misil del brasileño. El Bernbéu se volvió loco con su estrella, que salió del campo entre ovaciones y aplausos, con todo el estadio en pie.
No se quedaría muy frío el partido, pues aunque el Madrid intentó marcar el tercero rápido, no fue capaz, y se tuvo que encomendar al otro héroe que tiene entre sus filas, un Courtois que en los últimos segundos sacó una mano abajo fundamental para que el Sevilla no empatara en un córner donde todo el equipo, incluido el portero, se volcó para intentar la épica.
Ha nacido una estrella, aunque parezca algo injusto desmerecer el trabajo que ha hecho todos estos meses Vinícius, quien se ha ganado todo el cariño del Bernabéu (el poco que le quedara por ganarse), siendo decisivo, y de qué manera, regalando tres puntos al Real Madrid, que supo tener paciencia con el brasileño y ha formado a una estrella, a un delantero que puede ser de los mejores futbolistas del mundo, y que de momento, regala noche históricas en la capital española.