Por todos es sabido que el Papu Gómez es un jugador contrastado de tremenda calidad, ha rallado a un nivel altísimo en Atalanta y ha llegado a ser un jugador codiciado por los grandes de Italia, finalmente el argentino llegó a Sevilla como un fichaje de relumbrón que ilusionó mucho a la afición sevillista.

La temporada pasada fue un periodo de aclimatación al futbol español y a una nueva ciudad. La temporada pasada jugó un total de 18 partidos en liga, con un balance de 3 goles y una asistencia y tres partidos en Copa del Rey, teniendo en cuenta que llegó en Enero, no son unos números demasiado objetivos para analizar. Esta temporada, ya adaptado al fútbol y a la ciudad, se esperaba un rendimiento más alto del jugador argentino, pero en su juego se ha podido observador partidos brillantes como el de ayer en Córdoba y otros en los que apenas ha tenido trascendencia. Esta temporada acumula 9 partidos en liga, 4 en Champions League y el mencionado anteriormente en Copa del Rey con un balance de un gol.

El Papu volvió a destacar ayer con su juego, es un jugador que se siente cómodo por el medio, tiene más contacto con el balón y eso le hace entrar más en juego. Desde su llegada, Lopetegui lo ha acostado a banda y en esa posición su juego quizás luzca menos. En su posición es un jugador que puede marcar diferencias, si las lesiones le respetan podemos esperar este año un Papu como el de Atalanta, toda la afición lo espera. Dentro de la irregularidad del argentino en alguno de sus partidos desde que viste la casaca sevillista, lo de ayer puede suponer el renacer de un nuevo Papu, más regular y más relevante en el juego, el tiempo, las lesiones y su posición en el terreno de juego dictaran sentencia, la afición quiere bailar al ritmo del Papu.