¡Y se logró! El día martes el Atlético de Madrid consiguió, una vez más, demostrar porque es diferente, porque su hinchada está tan orgullosa de ellos y es que, ante todo pronóstico, logró la hazaña de vencer al Oporto en su casa y avanzar a la siguiente ronda de la Champions League tras vivir una noche que quedará grabada en la memoria de todos los rojiblancos, ya que cuando peor se encontraba, sacó esa garra que caracteriza a este equipo y logró la épica, cerrándole la boca a todos los que decían que no se podía.

  • Una noche para la historia

El Atlético de Madrid lo volvió a hacer. Volvió a demostrar que está hecho para noches como la del día martes debido a que sufrió, resistió y conquistó, logrando la hazaña de vencer al conjunto luso aun cuando todo se puso negro, aun cuando solo tenía disponible a un central, aun cuando su delantero tuvo que ser sustituido al inicio del encuentro y es que el Atleti sabe remar contra corriente y así lo hizo, derrochó ese coraje que lleva todo rojiblanco en su ADN y venció, consolidando su pase a los octavos de final por octava vez en nueve años y todo eso gracias a un hombre que no dejó de creer, que insistió que todo era posible, Diego Pablo Simeone.

El entrenador rojiblanco ha sido muy criticado estos últimos meses, ha estado bajo mucha presión, no obstante, él solo tenía en mente ayudar al equipo y ser su soporte y lo consiguió, ya que impregnó a un grupo de hombres con su garra y fortaleza, por ese motivo, cuando el árbitro pitó el final del encuentro, él celebró como un hincha más, no solo eso, ya que cuando pasó por los micrófonos de la prensa, derrochó toda su pasión por el equipo de sus amores, afirmando: "Son 10 años en el club y el equipo me termina siempre emocionando aún más de lo que pasó en estos 10 años" y es que es cierto, lo vivido en Oporto será una de esas noches que quedará grabada en los libros de historia.

No obstante, si bien Simeone ha sido uno de los grandes artífices de esta noche, no podemos olvidar al hombre que salvó a su equipo durante los noventa minutos de juego, aquel que nunca falla en las grandes citas, Jan Oblak.

El meta esloveno se volvió un muro bajo los tres palos y evitó, en varias ocasiones, que el Atleti cayera en desgracia, dándole la oportunidad de despertar y ganar el partido y todo su esfuerzo tuvo su recompensa, por esa razón se mostró tan emocionado ante la prensa, comentando: "Estoy seguro de que no muchos creían en nosotros, por el momento en el que estamos, pero en partidos así se demuestra el equipo, se demuestra el grupo, y hoy se ha demostrado que tenemos un grupo fuerte y que podemos hacer mucho más de lo que estamos haciendo", reafirmando lo que todos los colchoneros saben, que este equipo está para grandes cosas y que todo se puede si se cree y se trabaja.

Una vez más, el Atlético de Madrid hizo posible lo imposible, es cierto que se sufrió, pero valió la pena, ya que la recompensa es muy grande y ahora solo queda pensar en el siguiente partido, sin embargo, antes de eso, debemos mencionar al pilar de este equipo, aquellos locos que viajan a donde sea con tal de dejar la voz y apoyar a su equipo y sí, hablamos de la hinchada rojiblanca, aquella que una vez más estuvo superlativa y llevó de voladas al Atleti, por ellos, es que este equipo está donde está y si ellos creen, todo se puede.