Gareth Bale se ha convertido en uno de los jugadores con menos relevancia e importancia para los planes de Carlo Ancelotti. Actualmente, el entrenador italiano no cuenta con el galés y tampoco parece que la situación del internacional con Gales vaya a revertirse. 

Parece no quedar nada de aquel velocista que decidió la final de copa ante el Barça y marcó el gol decisivo en Lisboa. Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto en la relación Bale-Real Madrid? 

Un recorrido por la carrera de Gareth

El expreso de Cardiff comenzó sus andaduras en el mundo del fútbol en el Southampton inglés. Sin embargo, Gareth despuntó enseguida y le bastó un año en el primer equipo del Southampton para atraer la atención de los grandes clubes de la Premier League.

Bale conduciendo en el Southampton / Imagen: Flickr
Bale conduciendo en el Southampton / Imagen: Flickr

 

El galés terminó decantándose por el Tottenham y militó siete años en el conjunto londinense. Durante su estancia en los Spurs, Bale experimentó su mayor desarrollo y crecimiento futbolístico. Comenzó jugando como lateral izquierdo, pero a causa de sus cualidades físicas, su calidad y, sobre todo, su proyección futbolística fue convirtiéndose en extremo. Sus imparables cabalgadas por banda izquierda y sus inapelables disparos desde el perfil diestro hicieron de Gareth uno de los referentes de la liga inglesa. Tanto es así, que Bale hizo historia al ser galardonado en dos ocasiones con el premio PFA al mejor jugador del año en la Premier League. Este doble reconocimiento individual solo había sido logrado, hasta ese momento, por Alan Shearer, Thierry Henry y Cristiano Ronaldo.

¿Cómo fue su llegada al Real Madrid?

Esta explosión futbolista del galés le colocó en la órbita del Real Madrid. El conjunto blanco cerró con su fichaje una plantilla de ensueño y formó una delantera legendaria. Su primer año en el club merengue es, sin lugar a dudas, su mejor temporada en la entidad madridista.

En esa primera campaña, a nivel individual, Gareth fue de la partida en 44 encuentros, anotando en ellos un total de 22 goles. Por otro lado, a nivel colectivo, el cuadro dirigido por Carlo Ancelotti consiguió hacerse con la Copa del Rey y la Champions.

Además, Bale fue determinante en la consecución de ambas competiciones. En la final de Champions fue el encargado de poner, por primera vez en el partido, por delante en el marcador al Real Madrid. Y, en segundo lugar, la carrera por banda izquierda para sentenciar la final de copa en la prórroga jamás caerá en el olvido de los madridistas.

El galés fue desapareciendo

Sorprendentemente, todo lo expuesto ocurrió en el primer año de Bale vistiendo la camiseta del Real Madrid. Por ello, los madridistas esperaban que el futbolista continuara su proyección aparentemente imparable para darle grandes alegrías a la entidad merengue. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

La temporada siguiente, 2014-2015, realizó un buen año aunque no consiguiera ningún título a nivel individual ni colectivo. Pero, a partir de ahí, el futbolista se estancó, entró en un bucle de lesiones, polémicas, falta de profesionalidad… del que parece no haber conseguido salir.

El fracaso de Bale en el club blanco

Tras seis años insostenibles para el club blanco tanto a nivel deportivo como a nivel económico con respecto al jugador, el Real Madrid decidió cederle al Tottenham. La oportunidad para el galés era óptima, volvía a la que había sido su casa, donde todo había empezado y los aficionados estaban volcados con el regreso de su leyenda. Además, contaba con un técnico inmejorable para reencontrarse con la mejor versión de sí mismo. Pero ni siquiera él, ni siquiera José Mourinho, consiguió recuperar al mejor Bale. Es cierto que no realizó, ni mucho menos, una mala temporada, pero, ciertamente, se esperaba más del galés.

Un año más tarde, Gareth regresó al Real Madrid tras su fugaz vuelta a los Spurs y, francamente, las condiciones eran las idóneas para reivindicarse. El conjunto blanco y sobre todo sus aficionados añoraban la figura de la estrella que, desde la salida de Cristiano Ronaldo, había quedado desierta. El galés, aunque solo fuera por calidad y condiciones físicas, era, a buen seguro, uno de los mejores futbolistas de la plantilla blanca. Así pues, la afición merengue se ilusionaba con volver a disfrutar del mejor Bale. Pero no solo eso, sino que también contaba con Ancelotti como entrenador que fue quien sacó su mayor rendimiento en el Real Madrid. Además, el técnico italiano expuso públicamente que contaba con el galés y lo demostró haciéndole titular en los tres primeros partidos.

Bale lamentándose en el Tottenham / Imagen: Flickr
Bale lamentándose en el Tottenham / Imagen: Flickr

No obstante, Bale volvió a caer en el olvido de su entrenador y de su afición como consecuencia de su bajo rendimiento, sus sucesivas lesiones y su poca implicación con el club. La presente temporada deja un balance del expreso de Cardiff de 197 minutos disputados y 1 gol anotado. Si la situación parecía compleja de remontar; en estos momentos, parece francamente imposible. Al futbolista galés tan solo le quedan 6 meses como jugador del Real Madrid y, visto lo visto, parece muy probable que apenas le volvamos a ver vestir la blanca.

¿Qué ocurrió con Bale?

Tras la salida de Ancelotti en su primer paso por el conjunto de Chamartín, Bale solicitó a Benítez un cambio de posición. Comenzó a jugar más por dentro como enganche o media punta, quizás para entrar más en contacto con el esférico o asumir más galones, pero nada de esto ocurrió. Posteriormente, las lesiones mermaron al futbolista y no le dejaron tener la continuidad  necesaria para recuperar su nivel. Y, por último, entre su agente, Jonathan Barnett, y el propio Gareth han dejado entrever el descontento con la afición madridista.

Existen numerosas hipótesis sobre el porqué del fracaso de Bale en el Real Madrid: el sistema de juego no se ajustaba a sus preferencias, las lesiones han impedido su proyección, el poco entendimiento con la afición desestabilizó al futbolista… Pero la única realidad es que Gareth Bale ha sido incapaz de encajar con ninguno de los seis entrenadores con los que ha coincidido desde su segunda temporada de blanco. Por tanto, se concluye que Bale ha quedado en un anhelo del futbolista que fue, el que maravilló a Europa, pero que jamás volvió.