Más de una semana después de ver al Barcelona que dirige Xavi Hernández dejarse la piel ante el Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España, donde los blancos se impusieron en la prórroga, los catalanes han vuelto al terreno de juego en el césped de San Mamés, para disputar los octavos de final de Copa del Rey en un encuentro histórico.

Culés y leones avanzaban la típica final de la competición en una ronda clasificatoria, que se jugaba a partido único, y que dejaría a uno de los grandes favoritos al título fuera de la carrera. Los de Marcelino llegaban tras un gran esfuerzo físico el pasado domingo, intentando plantar cara al grupo de Ancelloti, que se hizo con el título en Arabia Saudí.

Los de Xavi Hernández, inmersos en pleno 'caso Dembélé', viajaban hasta Bilbao con la idea de volver a hacer las cosas bien y aferrarse a esta Copa del Rey como gran aliciente de la temporada. El técnico catalán había dejado al delantero francés en casa, mientras que en el once inicial apostaba por Pedri en lugar de Frenkie De Jong y con un tridente de ataque inédito: Jutglà, Ferran Torres y Abde.

Auténticos 'golazos' en San Mamés

La afición en San Mamés, reducida al 70%, ha apretado como nunca para dar ánimos a los rojiblancos, que han saltado al terreno de juego más que conectados. Pocos segundos ha tardado Iker Muniain en poner al público en pie 'colando' una auténtica obra de arte en la portería de Ter Stegen para adelantar a los locales. Al Barça le tocaba volver a remar a contracorriente si quería poder colarse en la siguiente ronda de la competición.

Muniain abre la lata en el primer minuto

El Barcelona ha intentado poner un punto de pausa al partido y abocar el juego en las bandas, pero la presión insistente del Athletic ahogaba la salida de balón desde atrás de los catalanes. Muniain ha estado a punto de hacer el segundo, aunque lo ha evitado bien Piqué en el área. En el otro extremo del césped, Gavi ha buscado la llegada desde línea de fondo, aunque el guardameta local ha actuado a tiempo.

Y cuando más pedía Xavi un golpe de efecto, Ferran Torres se ha sacado de la chistera un auténtico 'golazo' por la escuadra que ha permitido a los culés empatar el partido en el minuto 20, con todo aún por decidir. En ese instante el equipo de Marcelino se ha dado un respiro, aparentando relajar el juego y poner un punto de pausa.

Xavi se desespera en la banda

Sin embargo, la banda izquierda de Jordi Alba estaba siendo un camino plácido para los bilbaínos, que encontraban el hueco para hacer sufrir a los de la Ciudad Condal. Un estelar Ter Stegen bajo palos ha salvado en reiteradas ocasiones a los catalanes, que estaban dejando mucho que desear en tareas defensivas.

Con Piqué y Vesga siendo atendidos por los servicios médicos, fruto de un duro golpe en el área azulgrana, Xavi ha insistido en las correcciones desde el banquillo, viendo que su equipo no respondía a lo trabajado en los días previos. Raúl García ha tenido en sus botas la ventaja para el Athletic, aunque la cobertura de Araujo y Ter Stegen ha mantenido el empate en la electrónica.

Sin tiempo para más, ambos equipos se han marchado a vestuarios con el 1-1 como resultado. En la reanudación, Xavi ha apostado por dar entrada a Nico en sustitución de un desafortunado Abde en ataque. El Barcelona rápidamente lo ha vuelto a intentar, con un rápido cambio de ritmo de Pedri que ha dejado al Athletic desdibujado; el canario ha combinado con Ferran Torres, que no ha podido rematar correctamente, sin ver a Jordi Alba completamente solo por su izquierda.

Pedri se afianza a las prórrogas

El técnico del Barça ha dado entrada a Frenkie De Jong y Ansu Fati en sustitución de Gavi y Jutglà para buscar más control en el centro del campo y desequilibrio en la delantera. Aunque los primeros en volver a pisar el acelerador han sido los jugadores de Marcelino, con una combinación de escándalo entre los hermanos Williams que bien cerca ha ido de la portería de Ter Stegen.

Pedri lleva al Barça a la prórroga

Los minutos pasaban y el marcador seguía sin moverse, pese a las intenciones de ambos equipos de llevarse el gato al agua. La afición no dejaba de apoyar a los rojiblancos, que se creían capaces de ganar el encuentro. Pese a los reiterados contraataques de Ansu Fati con Nico y Ferran Torres, el Barça no conseguía colar la esférica en la portería del Athletic Club y eso empezaba a hacer mella en los futbolistas azulgranas.

En una acción desafortunada en defensa, Íñigo Martínez ha podido hacer el segundo para los bilbaínos en el minuto 86, dejando prácticamente sentenciada la eliminatoria. Pero si el fútbol tiene algo es que siempre es impredecible y, tras una mala 'chilena' de Dani Alves en ataque, Pedri se ha encontrado el balón en la frontal del área para rematar con la izquierda y poner las tablas a escasos segundos del final. Sin tiempo para más, Munuera Montero ha señalado el final del tiempo reglamentario y ambos equipos se han preparado para una prórroga insufrible.

Se lesionan Ansu y Pedri

La prórroga ha empezado con una acción dudosa de Piqué, que podría haber visto la segunda cartulina amarilla y dejar al Barcelona con diez futbolistas. Justo cuando Xavi iba a sustituir a Jordi Alba, para dar entrada a Dest, las lágrimas han vuelto a caer en Ansu Fati, que se resentía de la lesión y dejaba el estadio bastante desolado.

Ambos equipos estaban agotados, dando hasta por buena la tanda de penales que sucedería tras una prórroga sin cambios en el marcador. Pero unas desafortunadas manos dentro del área de Jordi Alba han puesto a Muniain con el balón desde los once metros, que no ha fallado en hacer el tercero de la noche.

Los vascos volvían a adelantarse en la electrónica y el Barça no podía decir nada más. Pedri, con molestias físicas, también se ha sentado en el banquillo para que entrase Braithwaite, que regresaba tras una larga lesión de más de 4 meses. Sin tiempo para más, el Athletic Club se ha llevado la clasificación para los cuartos de final de Copa del Rey y el Barça se marcha a casa sin opciones de título. Un nuevo 'batacazo' para la plantilla de Xavi Hernández, harta de perder una vez más.