El Real Madrid cosechó un empate 2-2 frente a un Elche que supo competir en el Santiago Bernabéu aprovechando sus ocasiones y poniendo en jaque al líder de LaLiga. El conjunto ilicitano llegó a ponerse 0-2 en el luminoso, pero finalmente, la heroica blanca volvió al templo blanco para sumar un punto insuficiente.

Vinicius disputando un balón ante Palacios I Foto: <strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/01/23/real-madrid/1099376-vazquez-el-equipo-mostro-mucho-coraje.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/01/23/real-madrid/1099376-vazquez-el-equipo-mostro-mucho-coraje.html'>Real Madrid</a></strong>
Vinicius disputando un balón ante Palacios I Foto: Real Madrid

Planteamiento del partido

El Elche saltó al verde del Santiago Bernabéu con su característico 1-4-4-2 para tratar de volver a poner las cosas difíciles al Real Madrid como ya había sucedido en la eliminatoria copera. En este caso, Edgar Badía fue el encargado de defender la meta ilicitana. Por delante suya, la línea de cuatro estaba formada por Helibelton Palacios en el lateral diestro; Gonzalo Verdú y Diego González como pareja de centrales; y Mojica de lateral izquierdo. En la medular, las bandas fueron para Tete Morente, en la derecha, y Pere Milla, en el costado izquierdo; mientras que, en la sala de máquinas, Ramos Hernández alineó a Raúl Guti y Gumbau. Por último, la punta de ataque la formaron Lucas Pérez y Boyé. Un once de garantías, pero también muy diferente del que salió al césped del Martínez Valero el pasado jueves. Werner, Nwanko, Josan Ferrández, Fidel y G. Carrillo se cayeron del once tras la eliminación en la Copa del Rey.

Por su parte, el Real Madrid no sorprendió en la formación, pero sí en la aparición de Hazard en detrimento de Rodrygo. A excepción de esa sustitución, Carlo Ancelotti alineó a su once tipo. Courtois bajo palos; Lucas Vázquez ocupó el lateral derecho por el positivo de Carvajal; la mejor pareja de centrales de LaLiga, Militao y Alaba, se mantuvo intacta; y, en el lateral izquierdo Mendy sigue siendo insustituible.  La medular que ya se sabe de memoria el Santiago Bernabéu, Casemiro, Modric y Kroos, volvió a tomar la batuta del encuentro. Y, en última instancia, a la feroz dupla Vinicius-Benzema se unió Hazard como tercer integrante del tridente ofensivo.

Cómo transcurrieron los primeros 45 minutos

La tónica general quedó patente en los primeros compases del choque. El Elche optó por otorgar la posesión del esférico al Real Madrid. Dejó que el equipo local propusiese a sabiendas que el conjunto madridista disfruta más corriendo a la contra. El planteamiento ilicitano consistía en cerrar un sólido bloque con un repliegue hasta campo propio y, a partir de ahí, esperar pérdidas del Real Madrid o robos para crear contras que pudieran hostigar la meta defendida por Courtois.

Por su parte, el Real Madrid asumió el tipo de partido que le proponía el Elche y no dudó en tomar la iniciativa del encuentro. Además, el conjunto madridista supo imprimirle una gran velocidad al juego y aproximarse al área rival con una gran facilidad. El cuadro de Ramos Hernández focalizó su presión en la medular para intentar que Kroos y Modric no consiguieran entrar en contacto con el balón. De este modo, el técnico madrileño pretendía que no pudieran generar juego como es habitual en la sala de máquinas blanca. Sin embargo, los chicos de Ancelotti supieron interpretar el partido a la perfección. Siendo conscientes de la calidad de sus dos centrales, sobre todo Alaba, decidieron cederles el balón a ellos y que desde ellos se generara el juego. Los balones al espacio de Alaba sobre las caídas al espacio tanto de Benzema como de Vinicius fueron una de las principales fuentes de ocasiones para el Real Madrid en la primera parte.

El gol madridista parecía cuestión de tiempo, Edgar Badía estaba sosteniendo a un Elche que veía impotente cómo el líder de LaLiga hostigaba y acosaba su meta. Además, un polémico robo de Kroos propició un desborde de Vinicius que acabó en penalti cometido sobre el brasileño. Parecía la ocasión idónea para abrir la lata de un partido que incomprensiblemente seguía reflejando tablas en el luminoso. Si Karim hubiera anotado, muy probablemente, el partido se hubiera roto, convirtiéndose, de este modo, en un festín goleador del cuadro dirigido por Carlo Ancelotti, pero el galo erró el lanzamiento. El hombre gol del Real Madrid decidió cambiar el lugar donde suele ejecutarlos y su disparo salió desviado.

A pesar del error, el Bernabéu se volcó ante el 9 blanco y concedió una cerrada ovación al francés tras la fallida ejecución del penalti. La escuadra madridista no cesó en su empeño de hostigar la meta ilicitana, pero su suerte no cambió. De hecho, su suerte se vio más truncada aún cuando apenas restaban 3 minutos para el pitido final de la primera parte. Fidel, que había sustituido a Tete Morente en el 24’, cayó a banda y consiguió sacar un centro medido a la cabeza de Lucas Boyé. El despiste defensivo entre Alaba y Militao y la eficacia del delantero argentino supusieron el 0-1 del partido. De este modo, ambos conjuntos enfilaron el camino a vestuarios.

La mala suerte madridista se topó con la heroica madridista en la segunda mitad

La vuelta de vestuarios nos volvió a mostrar un Real Madrid muy superior que consiguió a encerrar al Elche en su propio campo. La plantilla ilicitana parecía asumir que debía aguantar los arreones blancos y sostener el gol conseguido al final de la primera parte. No obstante, el paso de los minutos y la introducción de los cambios por parte de sendos conjuntos redujo el ritmo de partido. El Real Madrid comenzó a ver que el partido se le podía estancar, que las ocasiones no llegaban con tanta frecuencia ni claridad. Las posesiones empezaban a prolongarse, sin tanta profundidad y, sobre todo, sin imprimirle la misma velocidad al esférico.

El Elche, por su parte, seguía a lo suyo tratando de no conceder ocasiones y haciendo pasar los minutos cuando podía tener la posesión de balón. De hecho, su planteamiento volvió a tener sus frutos y, en el segundo tiro a puerta ilicitano, el Elche consiguió subir el segundo al marcador, obra de Pere Milla. Lucas Boyé, dejando patente su gran calidad con un excelente recurso técnico, consiguió deshacerse de dos defensores madridistas y habilitar a Pere Milla para que este batiera al guardameta blanco.

Los rostros de los futbolistas madridistas reflejaban la incomprensión e incredulidad ante la situación que estaba viviéndose. El Elche se había aproximado en dos ocasiones a la portería de Courtois y el marcador reflejaba un contundente 0-2 a tan solo 14 minutos del final. Si de por sí la situación resultaba compleja de revertir, al marcador había que añadirle la sustitución de Benzema en el 58’. El galo había tenido que marcharse sustituido a causa de unas molestias, es decir, el Real Madrid no podía contar con su máximo goleador en la presenta campaña para remontar un 0-2 en contra. La situación parecía realmente compleja, casi irreversible, pero entonces emergió una figura para convertirse en revulsivo. En primer lugar, una mano de un jugador del Elche supuso el 1-2 de Modric desde los once metros para recortar distancias.

Modric lanzando un penalti I Foto: <strong><a href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/01/21/real-madrid/1099039-el-gol-que-necesitaba-hazard.html'>Real Madrid</a></strong>
Modric lanzando un penalti I Foto: Real Madrid

Pero, a partir de ahí y casi sin tiempo de reacción, Vinicius Jr decidió con 21 años echarse a todo un Real Madrid a la espalda. El brasileño llevaba todo el encuentro recorriendo incansablemente la banda izquierda y realizando innumerables esfuerzos defensivos para ayudar a Mendy, pero supo sacar fuerzas de donde no las había. El niño maravilla fue capaz de poner el Bernabéu patas arriba y lograr el empate tras una inmejorable asistencia a su compatriota Militao. El ex del Oporto volvió a demostrar su poderío aéreo imponiéndose en el 92’ a la zaga ilicitana para firmar las tablas en el luminoso. El conjunto blanco siguió haciendo honor a su célebre frase “Hasta el final, vamos Real”, pero no hubo tiempo para más y el reparto de puntos se confirmó.

Militao celebrando la igualada ante el Elche I Foto: <strong><a href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/01/21/real-madrid/1099033-athletic-y-real-madrid-se-mediran-en-copa.html'>Real Madrid</a></strong>
Militao celebrando la igualada ante el Elche I Foto: Real Madrid

Las estadísticas reflejan la eficacia ilicitana y la mala fortuna blanca

El cómputo global del partido nos deja datos muy esclarecedores de lo ocurrido en el choque. En primer lugar, la posesión 65 % - 35 % a favor del Real Madrid deja patente la superioridad con el balón del cuadro de Ancelottí. Asimismo, hace ver el planteamiento que se ha comentado y expuesto anteriormente del técnico del Elche concediendo el balón al club blanco para tratar de hostigar a la contra.

Además, el acierto en los pases refleja que el Real Madrid no estuvo, ni mucho menos, fallón en la ejecución de los mismos. De hecho, superaron al Elche con los siguientes porcentajes: 87 % - 78 %, que también pueden verse influidos porque en la primera parte el balón no le duraba al Elche. Más bien, el conjunto ilicitano buscaba deshacerse del esférico para que el Real Madrid propusiera.

Por último, el dato más sorprendente y esclarecedor es el de los tiros. Los madridistas consiguieron tirar en 23 ocasiones frente a los 3 tiros del Elche. Pero, más sorprende aún que de esos 23 tiros, el Real Madrid solo consiguiera dirigir a puerta en 8 ocasiones; mientras que dos de los tres tiros del club ilicitano fueron entre los tres palos. Esto significa que los únicos dos disparos a puerta del Elche se convirtieron en gol. El dato es escalofriante, la eficacia refleja un 100 % de cara a puerta por parte de los chicos de Ramos Hernández.

Además, dos curiosidades estadísticas reflejan que el Elche no era capaz de marcar dos goles en el Santiago Bernabéu desde 1989, y que el Real Madrid continúa invicto en la presente campaña liguera en los partidos como local. Por ende, puede concluirse afirmando que la superioridad blanca resultó insuficiente ante la eficacia ilicitana que condicionó un partido totalmente desigualado en cuanto al juego y estadísticas.