Es inevitable no mirar al banquillo después de cada derrota. Dentro de las funciones que tiene un entrenador a la hora de incorporarse al equipo es ser capaz de absorber las críticas, y en muchas ocasiones la responsabilidad. Todo esto aumenta exponencialmente en el Real Madrid, donde la figura del técnico dista mucho de ser una figura fija, y donde un error te puede cuestionar y mandar al limbo.

No iba a ser diferente en este caso, tras la derrota ante el PSG y la sensación de que el Real Madrid pudo salir goleado del Parque de los Príncipes. Los dedos señalaron a Carlo Ancelotti, el hombre de hierro, que contempló impasible como su equipo era incapaz ni siquiera de rondar el área de Donnarumma después de noventa minutos.

Planteamiento inicial

No lo tenía nada fácil Carlo Ancelotti para trazar un plan de salida ante el PSG, eran muchos los nombres en los que tenía que fijarse y muchas las amenazas que presentaban los de Pochettino. La principal, sin ninguna duda, por todo lo que ha hecho desde el inicio de temporada y por el momento de forma, era Kylian Mbappé. Trató de frenar al atacante francés únicamente con Carvajal, algo que no funcionó y que dejó al lateral diestro muy señalado, pero mucho más a su entrenador.

¿Puede parar algún lateral del mundo a Mbappé? Posiblemente la respuesta sea no, y eso tenía que haberlo adivinado Carlo Ancelotti, que en el duelo contra un Carvajal sin ritmo ni forma, el jugador parisino habría hecho y desecho a su antojo. No planteó ninguna ayuda para él, dejándole solo ante el peligro y con Asensio sin doblar esfuerzos prácticamente en ninguna ocasión.

@realmadrid
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Pese a esto, su mayor error sin lugar a dudas fue confiarle las llaves del partido al trío conformado por las paradas de Courtois, la fortaleza de Militão y la velocidad de Vinícius, que si en LaLiga funciona, en Europa se queda algo corto, sobre todo si apenas permite que Kroos y Modrić puedan entrar en juego, ya que el Madrid únicamente trató de defenderse en el bloque bajo, ni siquiera amagando con dominar la posesión y defender gracias a un juego ofensivo que puede ser muy válido.

Poco intervencionista

No es el primer técnico que se equivoca en el plan inicial, esto es fútbol y puede pasar en cientos de ocasiones, pero sí que sorprendió la actitud de Ancelotti, que no quiso mover el árbol y mantuvo a los suyos a pesar del chaparrón que les estaba cayendo, confiado con un 0-0 que no hacía justicia al encuentro.

El penalti fue el primer aviso, pero no pareció llegar a la zona técnica blanca, pues hasta diez minutos después no introdujo a Fede Valverde, un futbolista cuyas habilidades el partido pedía a voces que hubiesen entrado mucho antes, con Verrati haciendo y deshaciendo a su antojo y dominando todo el centro del campo, con Casemiro más pendiente de los movimientos de Messi.

No sería hasta los últimos tres minutos cuando dio entrada a Gareth Bale, y es que Ancelotti planteó un partido donde su equipo tenía que matar al contraataque con Asensio, que si bien se ha podido ganar el puesto con sus actuaciones, no parece el hombre adecuado para correr y poner en peligro a Marquinhos y Kimpembe, que no dieron opción al mallorquín de sobreponerse en el partido.

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Queda señalado Ancelotti, no hay dudas, pero también queda señalado Florentino Pérez. El italiano podía haber hecho bastante más, pero tampoco podía haber realizado muchos milagros. Que no haya un lateral derecho de plenas garantías no es su culpa, al igual que apenas pueda haber recambio de garantías para Modrić y Kroos, dos jugadores que acusan mucho los esfuerzos e impiden al Real Madrid ser un equipo físico y que puedan presionar tal y como se hace en Europa ahora.

Pese a esto, tendrá que mover la plantilla mucho más Carlo Ancelotti, empezar con las rotaciones y diseñar desde ya una estrategia ganadora, que sepa buscarle las cosquillas al PSG y que pueda poner en jaque a Pochettino, cuyo equipo parecía muchísimo más trabajado que lo que se ha visto a lo largo de la temporada, pues si algo tiene el equipo parisino es debilidades. Tiene menos de un mes para darle la vuelta a una eliminatoria que realmente, no está para nada perdida, pues consiguió escapar vivo del Parque de los Príncipes, y eso, junto con un buen plan y un Santiago Bernabéu hasta la bandera pueden revertir hasta una situación tan crítica.