Valencia y Barcelona se medían las caras en el partido correspondiente a la jornada número veinticinco. Los conjuntos de Bordalás y Xavi necesitados de puntos disputaban un encuentro que empezaría a las 16:15 en Mestalla.

El equipo catalán demostraría su efectividad en una primera mitad donde marcaría tres goles y en una segunda donde cerraría el partido ante un Valencia que tuvo más intención que argumentos.

Intensidad, disputas y efectividad

El primer tiempo del Valencia-Barcelona iniciaba con los azulgranas dominando el juego, los de Xavi se hacía rápidamente con la posesión sin recibir una gran oposición por parte del los locales. El conjunto de Bordalás no buscó tener el balón, al menos en los primeros minutos. A medida que pasaban los minutos el encuentro se iba igualando y la tensión aumentaba. El dominio culé ya no era tan evidente y el Valencia empezó a jugar el partido que quería. Los primeros veinte minutos no dejaron ocasiones, el juego estaba siendo interrumpido constantemente. 

Para sorpresa de todos ante un partido sin ocasiones, el Barça haría el primero en prácticamente su primera aproximación. Jordi Alba desde campo propio ponía un gran balón a la espalda de la defensa, el encargado de recibirlo era Aubameyang que como buen atacante controló y definió a la perfección con un disparo potente imposible para el guardameta. Ante el tanto azulgrana, el Valencia no se achicó y reaccionó con carácter. Pocos minutos después, el colegiado anularía un gol a Gaya por fuera de juego.  Estaban siendo los mejores minutos del conjunto local, llegando constantemente al área rival. Desafortunadamente, para ellos, el Barça estaba tocado por una barita y una gran combinación entre Alba, Dembélé y Frenkie llegaría el segundo.

Cada llegada de los azulgranas era sinónimo de peligro y prácticamente de gol, y así iba a ocurrir en la siguiente.  Aubameyang firmaría un doblete tras una nueva gran  jugada de toque de los azulgranas que finalizaba el delantero a pase de Gavi, la acción fue revisada por el VAR y fueron milímetros los que determinaron el gol. Fortuna para unos y. ala suerte para otros, el Valencia no tenía su día y se iba a ver en la siguiente acción después del tercer gol. Gaya descontaba en el minuto cuarenta, pero la jugada quedaba invalidada porque en el inicio de esta el esférico había salido por la línea de banda.

Saber sufrir y cerrar el partido

En la segunda mitad aparecerían los fantasmas del pasado, el Valencia descontaría con un gol de Carlos Soler que remataba un gran centro de Gaya. El tanto local devolvió los ánimos a Mestalla, la afición se conectó al encuentro y creía en la remontada. El partido empezaba a parecerse al de Vigo donde el Celta le remontó un 0-3 en contra. Sin embargo, los de Xavi supieron sufrir y no concedieron demasiadas ocasiones. En una nueva muestra de efectividad el Barça haría el cuarto para acabar ahora sí con la esperanza de los locales. El encargado sería Pedri que sacaría un disparo inesperado y muy potente desde fuera del área. El esférico tocaría ligeramente en Aubameyang y haría imposible detener ese balón.

A pesar de encajar un duro golpe, el equipo de Bordalás demostró actitud y carácter. En ningún momento le perdieron la cara al partido y obligaron a Ter Stegen a realizar varias intervenciones de mérito. Con el partido cerrado, Xavi movería el banquillo consciente del compromiso europeo del próximo jueves. Nico, Mingueza, Adama y Luuk  entrarían durante la segunda parte. Ninguno tuvo una especial actuación, tampoco la requería el partido, todos cumplieron. El segundo tiempo no dejó demasiadas ocasiones azulgranas, tras el cuarto el equipo cogió oxígeno y dejó que el reloj corriera. 

Confianza antes del duelo ante el Nápoles

La victoria ante el Valencia es clave en las aspiraciones ligueras para el Barça, con ella recuperan la cuarta plaza sumando 42 puntos e igualando al Atlético que tiene una jornada más disputada. Pero además este triunfo deja claro que el equipo sí tiene gol, en el partido ante el Nápoles el equipo jugó muy bien, pero pecó de falta de puntería. En Mestalla el juego del equipo no ha sido el más brillante, pero tres de los cuatro goles han llegado tras muy buenas jugadas colectivas que sí han podido convertirse en goles.