Se iluminaba la Avenida de Arcentales para volver a “ganar” el partido hora y media antes del comienzo. Miles de aficionados acudieron a la llamada y sacaron a relucir sus bufandas y banderas al grito de: ¡Atleeeeeti, Atleeeeeti!, mientras el infierno rojo les rodeaba. Tocaba otra noche de ilusión, una noche más en busca de la orejona. Esa que tanto daño les ha hecho, que ha desatado lágrimas de impotencia, la misma que les lleva castigando año tras año, pero que no se pueden quitar de la cabeza. Esa es, otra vez. 

  • Novedades en el once

Simeone alinearía un once con varias sorpresas. Probablemente criticado. Una 5-3-2 con Savic, Giménez y Reinildo en el eje de la zaga. El mozambiqueño cumplió sobresaliente el reto afrontado y más siendo este tipo de partido. Los costados para Vrsaljko, como era de esperar, y Renan Lodi. Mediocampo para Herrera, quien sustituyó a Koke por lesión y le ganó el puesto a De Paul, Llorente y Kondogbia como pivote. Y, para finalizar, Correa junto a Joao serían los encargados de las ofensivas del equipo. El Cholo aún guardaría pólvora en el banquillo; Luís Suárez, Lemar, De Paul y Antoine Griezmann, recién incorporado de lesión.

Parece ser que el once funcionó muy bien, quizá esos cambios de piezas era lo que necesitaba el equipo, pero ciertos nombres destacan respecto al resto. Lodi fue la mejor apuesta del mister; buenas combinaciones, rápido con el balón y eficaz tanto en defensa como en ataque. Por su banda llegaron las ocasiones más peligrosas, de hecho así fue el tanto rojiblanco. Lindelof no disfrutó de su estancia en Madrid. Herrera tuvo su día, y se encargó de manejar a su antojo el centro del campo. Aunque eso es tarea fácil si tienes a un jugador como Kondogbia guardando tu espalda. Menudo partidazo del francés también. El que se llevó todos los halagos fue Joao, nombrado MVP del partido, se echó el equipo a la espalda, marcó el primero y ofreció un espectáculo de magia a todos los asistentes. El joven portugués tuvo una de las mejores actuaciones desde que llegó al Atlético.

Joao Félix celebrando su tanto. Fuente: Atlético de Madrid.
Joao Félix celebrando su tanto. Fuente: Atlético de Madrid.
  • El Atlético mereció más

Los colchoneros se hicieron con el encuentro y anularon por completo a su rival, pero no fue suficiente para sacar ventaja e ir más tranquilo a tierras inglesas. Un empate a Old Trafford no es motivo de celebración, sabiendo que el valor doble de los goles en cancha rival ya es agua pasada y que debes ganar el partido para pasar de ronda. El resultado no hace justicia a lo que vimos sobre el verde. Es cierto que, De Gea no tuvo que esforzarse demasiado, pero el gol, las numerosas ocasiones de peligro y los dos largueros dejaron un sabor amargo en el Metropolitano. Si el arquero español tuvo poco trabajo, Oblak no iba a tener menos. Tan solo se podría destacar la jugada del gol del United. Cristiano estuvo desaparecido y no creó nada más que un tiro libre a las nubes.

  • Impacto de los cambios

De los cambios del Atlético solo podemos mencionar el regreso de Griezmann y su tiro cruzado al travesaño en los minutos finales. El otro fue Thomas Lemar. Por su parte, Rangnick si acertó de pleno. Realizó cinco cambios en tres ventanas diferentes, pero uno de ellos fue el determinante. El joven sueco Anthony Elanga pondría el empate tras un pase medido de Bruno Fernandes cinco minutos después de pisar el césped.

Oportunidad desperdiciada y con la eliminatoria totalmente abierta. El United, frente a su gente, no será el mismo equipo que presenciamos el día miércoles. Con ganar el partido les vale, y se les ha puesto todo de cara. Simeone deberá contener y responder de la misma manera. No sería ninguna tontería repetir el once o, al menos, tocar las menos piezas posibles