Que el Levante quería quedarse en Primera era una evidencia; que pudiera hacerlo despertaba muchas dudas, pero el conjunto de Alessio Lisci se ha encargado de demostrar en la última semana que quieren ser uno de los veinte equipos que comiencen la temporada que viene jugando en LaLiga Santander.
Sabía el Levante todo lo que se jugaba, era el turno de abrir una Jornada 26 donde la dinámica por fin empezaba a ser positiva, con la victoria en el Wanda frente al Atlético y el punto conseguido contra el Celta en su última jornada. Tocaba el derbi de Valencia, tocaba recibir a uno de los equipos más en forma, un Elche que ya empezaba a mirar más arriba que abajo.
Jorge de Frutos
No se la quiso jugar el entrenador del Levante, que tenía disponibles y enchufados a los tres mejores delanteros de la plantilla, que partieron como titulares: Roger, Morales y De Frutos. Tardaron treinta y siete minutos en asociarse de la mejor manera, con un robo en el centro del campo de Roger, la carrera imparable de De Frutos, y la asistencia para un Morales que remataba de primeras y convertía su séptimo gol de la temporada.
Estuvo especialmente activo el extremo segoviano, que aprovechó todo el espacio que dejaba la defensa ilicitana para salir al contraataque y ganar constantemente la espalda de un Pedro Bigas que no sabía como frenarle. Generó a lo largo de todo el encuentro, buscando a sus compañeros y volviendo loco a todo el equipo contrario.
Un gol encajado en tres partidos
Que el ataque del Levante funciona es algo que siempre ha estado meridianamente claro, pero que lo hiciera la defensa es algo que solo se le puede aplaudir a Alessio Lisci. Ya consiguieron secar al Atlético de Madrid en su casa, y lo han vuelto a hacer frente a un Elche cuyos delanteros estaban más que entonados. Contra el Celta únicamente encajó un gol, más merito del propio equipo celeste que desmérito del conjunto granota como se ha visto a lo largo de la temporada.
Tocaba medirse a todo un delantero centro como Lucas Boyé, pero tanto Róber Pier, como Duarte y Cáceres lograron secar al argentino, que no pudo recibir con comodidad ni activar al resto de sus compañeros. No solo los centrales hicieron un trabajo de sobresaliente, sino que tanto Son como Miramón consiguieron ser sólidos en defensa y peligrosos en ataque. Un poco más arriba Pepelu se encargaba de cortar todo lo que pasaba por su lado, acompañando al equipo en su dinámica y siendo uno de los más destacados.
Ha ganado tres puntos el Levante, pero sobre todo, ha ganado licencia para soñar, licencia para empezar a imaginar como podría ser permanecer en la Primera División. Parece dispuesto el conjunto granota a romper récords, que firmó una de las peores primeras vueltas de la historia, pero que pretender conseguir una salvación que podría ser histórica. Son seis puntos ya los que les separan de la línea roja, a expensas de lo que haga el Mallorca frente al Valencia, el Alavés contra el Getafe y de lo que suceda en el trascendental duelo del lunes entre Cádiz y Granada, donde alguno tiene que perder puntos.
Por su parte, el Elche experimenta una derrota contundente, donde no solo no han conseguido imponerse en ningún momento, sino que han sido bastante peores que su rival. Ya podían haber perdido frente al Rayo Vallecano la jornada pasada, pero lo que el fútbol decidió que fuera una victoria, frente al Levante se ha convertido en una remontada que no llegó. No hay motivos para preocuparse todavía, pues con Boyé recién salido de una lesión todavía pueden ir a mucho más, aunque tendrán que recibir al Barcelona sin Gumbau, expulsado por una dura entrada sobre Pepelu.