El duelo dio comienzo con Barça y Galatasaray buscando sacar un buen resultado para afrontar el partido de vuelta con garantías. El equipo de Xavi Hernández buscó rápidamente controlar el partido con posesiones de balón largas, mientras el equipo turco dejó clara su intención de no necesitar protagonismo. 

Adama Traoré causa estragos

En los primeros minutos del choque el equipo azulgrana acumuló muchas llegadas de peligro sobre la meta de Iñaki Peña, sobre todo por la banda de Adama Traoré. El extremo español estaba siendo un quebradero de cabeza para Van Aanholt, que sufría mucho con las arrancadas del 11 azulgrana. 

Siguió llegando el combinado culé, aunque se reajustó en defensa de manera muy notable el Galatasaray, que dejó de sentirse incómodo sobre el verde, para empezar a respirar tranquilo. Estaba consiguiendo el equipo que vestía de blanco en el Camp Nou neutralizar las internadas del Barça, que empezó a escasear en ideas y fluidez de juego conforme pasaban los minutos. 

Kerem hace acto de presencia

Despertó en ataque el combinado turco gracias a la aparición de Kerem, que dejó en evidencia a la zaga culé con una internada que a punto estuvo de acabar en gol. Se crecía el Galatasaray, que veía como podía sacar tajada de un partido, hasta el momento, gris del combinado culé. Aparte del habilidoso número 7, En el equipo dirigido por Domènec Torrent destacó también Iñaki Peña, que mantuvo el 0-0 en el marcador con dos intervenciones providenciales ante Memphis Depay. 

Los segundos 45 minutos comenzaron con un equipo azulgrana que quería cambiar la imagen mostrada en la primera mitad, en la que empezó bien, pero se diluyó con el paso de los minutos. Consiguió el equipo de Xavi arrinconar al Galatasaray en su área de nuevo, pero el equipo comandado por el técnico catalán seguía resistiendo las llegadas del Barça. 

El Barça quiere más

En el contexto de partido que se planteaba, con un Barça que tenía el peso del encuentro y un conjunto turco que esperaba su oportunidad a la contra, el jugador más destacable del equipo culé fue Adama Traoré. Como ya hizo en el primer tiempo, el extremo del Barça era el único que ofrecía algo diferente en ataque, ante la pasividad arriba del FC Barcelona.

Pasaban los minutos y el equipo azulgrana no encontraba la fórmula para doblegar la muralla turca. Dembélé entró al terreno de juego para intentar darle un soplo de aire fresco al equipo, pero tampoco parecía ser el jugador determinante que Xavi buscaba para decantar la balanza a su favor. 

Empate que sabe a derrota

Sumó efectivos en ataque el Barça, que poco a poco se instaló en el terreno de juego de un Galatasaray, que en ningún momento le perdió la cara al partido. Aubameyang sería otro de los recursos del técnico egarense para intentar poner en apuros al combinado blanco, pero su presencia en el encuentro fue casi testimonial. 

Finalmente, el Galatasaray sacó un empate muy valioso para el partido de vuelta ante un Barça que mostró una versión muy espesa. El equipo culé, que venía en un fantástico estado de forma, se vio frenado de golpe en su feudo por un equipo turco que mostró la entereza futbolística que caracteriza a un rival de octavos de final de la Europa League. El jueves 17 de marzo tocará vivir el desenlace en el siempre complicado Nef Stadyumu.