Real Madrid y PSG volvían a verse las caras en una eliminatoria que, sin duda, supo a final de la Champions. El conjunto parisino partía con la ventaja del gol anotado por Mbappé en el descuento del partido de ida y, el Real Madrid buscaba la heroica en su competición fetiche.

Así se planteó el partido desde los banquillos

Comenzando por el conjunto local, Carlo Ancelotti apostó por su once de gala a excepción de las bajas de Casemiro y Mendy. Courtois en meta; Carvajal, en el lateral diestro, Militao y Alaba, como pareja de centrales, y Nacho en el lateral izquierdo; en la medular, Ancelotti apostó por Kroos, que venía de lesión, como pivote, mientras que, Valverde y Modric fueron los interiores; y, por último, en ataque, el tridente lo formaron Asensio, Benzema y Vinicius.

Analizando el once del Real Madrid, llama la atención las posiciones de Nacho y Alaba. Carleto prefirió mantener la solidez y seguridad defensiva que le aportan Militao y Alaba como pareja de centrales, en lugar de mover al austriaco al lateral izquierdo. Asimismo, conforme fueron pasando los minutos, el técnico italiano cambió las posiciones de Nacho y Alaba para dar más profundidad al equipo por banda. Por otro lado, también sorprendió la confianza que depositó Ancelotti en Kroos. El alemán venía de lesión, apuró plazos para llegar a este partido y, finalmente, fue de la partida. Quizás, teniendo en cuenta las cualidades físicas del teutón y valorando que venía tocado, Carlo Ancelotti debería haber optado por Camavinga desde el inicio. El francés habría aportado músculo, físico, ida y vuelta, calidad, último pase y buen golpeo de balón desde el inicio.

En el lado opuesto, Mauricio Pochettino tampoco se dejó nada en la recámara con el fin de sentenciar la eliminatoria. Donnarumma partió bajo palos; línea de 4 para Achraf Hakimi, de lateral derecho, Marquinhos y Kimpembe, como pareja de centrales, y Nuno Mendes, en el lateral zurdo; en la sala de máquinas Verratti y Paredes estuvieron escoltados por Danilo Pereira, que formó como pivote; y, en última instancia, el tridente de ensueño compuesto por Messi, Neymar y Mbappé.

La única variación en la alineación parisina fue la entrada de Neymar Jr en detrimento de Di María. Pochettino planteó un encuentro en el que, a sabiendas de la presión que sufriría por parte del Real Madrid, formarían un bloque defensivo y esperarían matar a la contra con los tres tenores en la punta de ataque.

Más allá de la táctica y el planteamiento

Una vez analizado el planteamiento que propuso cada entrenador, cabe destacar que el partido y la eliminatoria no se decidió por ningún factor táctico. La noche de del miércoles se decantó por historia, por épica, por un equipo al que nunca se puede dar por muerto, por una afición que sabía lo que iba a ocurrir y nunca dejó de confiar… en definitiva, el partido va mucho más allá de lo futbolístico.

Antes de comenzar a narrar lo ocurrido sobre el verde, es necesario hacer mención a lo ocurrido antes del partido. Es decir, al recibimiento que concedieron los madridistas al autobús blanco. El jugador número 12 marcó el primer gol. Entre cánticos, arengas y bengalas hicieron saber al rival dónde estaba llegando, a lo que se iban a enfrentar y, sobre todo, lo que significa esta competición para el Real Madrid, Ici c’est Madrid. Y, a sus futbolistas, a los jugadores merengues les hicieron saber que no estaban solos, que debían dejarse el alma en el campo porque, como bien dice uno de los célebres lemas madridistas: “Vivimos por ti, muere por nosotros”. Así que sus ídolos no podían fallarles y no lo hicieron.

Recibimiento autobús <strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/09/real-madrid/1104561-carlo-ancelotti-si-estamos-bien-se-puede-competir-contra-cualquiera.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/09/real-madrid/1104561-carlo-ancelotti-si-estamos-bien-se-puede-competir-contra-cualquiera.html'>Real Madrid</a></strong> I Foto: Getty Images
Recibimiento autobús Real Madrid I Foto: Getty Images

La exhibición de Kylian

El partido comenzó como se esperaba. El Real Madrid presionando muy arriba para marcar cuanto antes el gol que pusiera las tablas en el luminoso y, el PSG armado en bloque intentando sorprender a la contra. El paso de los minutos hizo que la presión del conjunto blanco fuera retrasándose hasta los tres cuartos y, este hecho permitió al PSG ir creciendo poco a poco en el partido. Para ser honestos, el PSG ni mucho menos realizó una buena primera parte, pero hizo un partido muy serio siendo consciente de lo que debían hacer.

Los primeros 45 minutos tuvieron un claro protagonista, Kylian Mbappé. ¿Quién si no? El astro francés volvía a jugar en el estadio con el que soñó toda su infancia, se enfrentaba a sus ídolos, debía tratar eliminar al equipo de sus sueños y, si alguien pensaba que todos esos factores pesarían en la cabeza de Kylian, estaba muy equivocado. El francés llegó al Santiago Bernabéu con ganas de lucirse ante la que será su nueva afición, una afición que le demostró su admiración con una cerrada ovación cuando sonó su nombre en el video-marcador. 

Alaba diciéndole algo a Mbappé I Foto: Getty Images
Alaba diciéndole algo a Mbappé I Foto: Getty Images

Carvajal, la única nota discordante en el Real Madrid, se vio superado una y otra vez por Kylian que fue el único futbolista que hostigó la meta de Courtois. En la primera ocasión que tuvo hizo un centro-chut raso que detuvo Thibaut, pero en la segunda no se lo pensó dos veces y realizó un golpeo seco imposible de detener. El esférico dio en el palo y entró. El Bernabéu enmudeció y Kylian se cruzó de brazos, como siempre, para celebrar el primero de la noche. Sin embargo, el colegiado, bien asistido por el VAR señaló fuera de juego e invalidó el primer tanto del francés.

No obstante, pocos minutos después, una contra propiciada por un error de Carvajal supondría el 0-1 en el marcador. Neymar fue el encargado de dirigir la contra, levantó la cabeza y vio en carrera al futbolista que marcará una era en el mundo del fútbol, a Mbappé desmarcándose. Ney no lo dudó y metió un pase perfecto al espacio para favorecer la carrera de Kylian, la potencia del francés le permitió dejar atrás a todos sus defensores excepto Alaba. Frente al austriaco, Mbappé encaró, gambeteó y soltó un disparo seco al palo corto de Courtois, al que el belga tampoco pudo llegar. Otra vez, otra vez él, pero esta vez no habría infracción que salvara a los blancos. Esta vez Mbappé sí abrió la lata en el luminoso y se postulaba como mejor jugador de la eliminatoria.

Celebración Mbappé I Foto: Getty Images
Celebración Mbappé I Foto: Getty Images

En ese momento, el Real Madrid estaba más fuera que dentro del choque. Tras el gol, los pocos minutos que restaban antes de enfilar vestuarios fueron de puro trámite. Los blancos hicieron ver en no volverse locos, continuar el partido tal y como estaba transcurriendo y, ya en el descanso verían que cambiar para darle la vuelta al marcador. Así acabó la primera parte.  

Mbappé no fue suficiente

La segunda parte comenzó con la misma tónica que había finalizado la primera. Dos equipos bien posicionados, pocas ocasiones y mucho duelo en el centro del campo. Pero, otra vez apareció en escena Mbappé. El francés recibió otra asistencia medida de Ney y tuvo un mano a mano con Courtois. La sangre fría de Kylian frente al mejor portero del mundo fue escalofriante, Mbappé dejó correr el balón haciendo un regate estratosférico, dejando sentado a Courtois, y marcó su “tercer” gol del partido. Sin embargo, otra vez el fuera de juego desbarató la sentencia de Mbappé. Todo seguía igual, el Real Madrid a dos goles de mandar el partido a la prórroga y a tres de conseguir algo histórico.

Regate Mbappé a Courtois I Foto: Getty Images
Regate de Mbappé a Courtois I Foto: Getty Images

Entonces, tras el gol anulado a Mbappé, los madridistas comenzaron a crecerse. En el campo los futbolistas volvieron a presionar de forma más agresiva y, en las gradas la afición se dejaba la garganta para darles ese último impulso a los suyos… y tanto que se lo dieron. En una circulación de salida de balón sin peligro aparente, Benzema decidió ir a presionar a Donnarumma. Al guardameta italiano se le hizo de noche y despejó a duras penas. El balón fue recogido a Vinicius que tuvo la capacidad de levantar la cabeza, pensar y asistir a Karim para igualar el marcador del partido. Ese momento, ese preciso momento decantó la eliminatoria. En ese instante todos y cada uno de los madridistas eran conscientes de que por muy difícil que pareciera, lo conseguirían.

El 1-1 de Benzema lo revolucionó todo y el PSG no supo reaccionar ante el arreón blanco. El conjunto parisino observaba impotente como el Real Madrid, por primera vez en la eliminatoria, tomaba las riendas del partido y les sometía a quedarse encerrados en su propio campo. Ancelotti supo interpretar a la perfección el partido y la entrada de futbolistas como Rodrygo, Camavinga y Lucas Vázquez dieron una bocanada de aire fresco al equipo. Así pues, en el 76, una contra iniciada y dirigida por un futbolista que parece estar viviendo su segunda juventud, Luka Modric, acabó con el segundo de Benzema previa asistencia del bueno de Luka. El júbilo en las gradas del Bernabéu era indescriptible, en Madrid se estaba viviendo una fiesta, aquella noche pasaría a la historia del fútbol y sus protagonistas eran conscientes.

Abrazo entre Modric y Benzema I Foto: Getty Images
Abrazo entre Modric y Benzema I Foto: Getty Images

La hazaña parecía inmejorable, habían conseguido poner las tablas en una eliminatoria que parecía totalmente perdida, pero quedaba una sorpresa más. Tras el segundo de Karim, el PSG sacó de centro y la presión madridista hizo que los parisinos perdieran el esférico. Vinicius condujo trató de encarar, pero Marquinhos le arrebató el esférico para, a continuación, cometer el error de la eliminatoria, junto al de Donnarumma, despejando al medio. Benzema se encontró el balón, el mismo balón que había besado hacía unos minutos, el balón de la Champions, el balón de su competición, y golpeó con el exterior alejándolo del guardameta para completar una hazaña histórica. Aquel gol dejaba al PSG fuera de los cuartos de final. Aquel gol suponía que el Real Madrid lo había vuelto hacer. La Champions, el Bernabéu, la elástica blanca, un rival aparentemente superior, un contexto totalmente en contra y, esta vez Karim Benzema. Todo sigue igual, nada cambia, los reyes de Europa continúan su legado

Celebración Benzema I Foto: Getty Images
Celebración Benzema I Foto: Getty Images

Nombres a destacar

El partido es historia, sin lugar a dudas, pero también hay algunos nombres propios que siempre quedarán en el recuerdo de los madridistas. En primer lugar, Karim Benzema. El galo se echó el equipo a la espalda y cosechando un hat-trick le dio el pase a la siguiente ronda de Champions al conjunto blanco.

En segundo lugar, el futbolista que lo cambió todo, Luka Modric. Cómo es posible que un futbolista de 36 años, en el minuto 75 monte un contragolpe a la carrera y ninguno de los futbolistas pueda alcanzarle. Cómo es posible que un futbolista al que muchos daban por muerto tenga la capacidad de ver un hueco donde nadie lo ve para filtrar una asistencia de ensueño a Benzema para que empate la eliminatoria. Cómo es posible que no se reconozca de una vez que este “joven” croata está entre los mejores centrocampistas de la historia del fútbol. Una vez más cabe quitarse el sombrero ante Luka, ante Don Luka Modric

Modric besándose el escudo I Foto: Getty Images
Modric besándose el escudo I Foto: Getty Images

Del mismo modo, cabe hacer mención al partido que realizaron Camavinga y Lucas Vázquez. El francés demostró que el futuro del Real Madrid está en buenas manos. Desde que entró al campo dio la frescura que necesitaba el equipo de Ancelotti. Además estuvo muy acertado en la toma de decisión, en los cambios de orientación y en las conducciones. Por su parte, el gallego fue una apuesta de Ancelotti que decidió sustituir a un Carvajal impotente. Lucas fue el único futbolista que pudo con Mbappé. El canterano blanco dio un recital defensivo ante que mejor futbolista del mundo y demostró una solidez defensiva que bien merece su titularidad.

Camavinga golpeando balón I Foto: Getty Images
Camavinga golpeando balón I Foto: Getty Images

La historia europea se escribe en blanco

En este artículo deberían analizarse datos y estadísticas del encuentro, pero como se ha expuesto anteriormente, el partido y la victoria del Real Madrid poco tiene que ver con los datos. Se trata de sentimiento, de fe, de convicción en que lo vas a lograr. Se trata de ver como un futbolista que ha llegado este mismo año, David Alaba, levanta una silla en la celebración de un gol. Se trata de ver a Vinicius llorando con el pitido final, un chaval que sabe que tiene al panorama futbolístico a sus pies y, sin embargo, cada vez que anota un gol se besa ese escudo con el que siempre soñó. Se trata de ver como Valverde lucha y se deja la piel en cada balón aun cuando ya no le quedaban fuerzas. Se trata de ver como Militao pega un grito que ensordece al feudo blanco conforme suenan los tres pitidos del colegiado. Se trata de ver como Karim alza los brazos al cielo de la capital para reafirmar que 'de Madrid al cielo, al cielo de Europa'.

Celebración postpartido I Foto: Getty Images
Celebración postpartido I Foto: Getty Images

En definitiva, se trata de observar la comunión entre afición y jugadores; pero, sobre todo, la comunión entre Real Madrid y Champions League. En conclusión, Europa volvió a teñirse de blanco.