Real Madrid y FC Barcelona volvían a verse las caras en el tercer y último clásico de la presente temporada. Los blancos llegaban al duelo con el objetivo de derrotar a su máximo rival, y el Barça trataría de recortar distancias y cosechar tres puntos que asegurarían su plaza en Champions.

Así se planteó el partido desde los banquillos

Ante la baja de Benzema, Carlo Ancelotti decidió apostar por los de siempre en vez de dar entrada a otro delantero centro. Courtois partió bajo palos; Carvajal, como lateral derecho, Militao y Alaba, como pareja de centrales, y Nacho, en el lateral izquierdo, formaron la línea defensiva; en la medular, Casemiro escoltó como pivote a Kroos y Valverde que formaron como interiores; y, en ataque Vini y Rodrygo ocuparon las bandas, mientras que Modric ocupó la vacante de Benzema como “falso nueve”.

He aquí los primeros errores del técnico italiano. En primer lugar, sacando a Modric de su posición, el croata perdió todo su potencial y no acabó de encontrar su sitio sobre el verde. Y, en segundo lugar, partir sin una referencia facilitó el trabajo a los zagueros culés.  

Xavi Hernández, por su parte, alineó a su once de gala para asaltar el feudo blanco. Ter Stegen, en meta; Araujo, en el lateral diestro, Piqué y Eric García, en el centro de la zaga, y Jordi Alba, en el lateral izquierdo; en la medular, Busquets, como pivote, acompañado por De Jong y Pedri, que fueron los interiores; y el tridente ofensivo lo formaron Dembelé, Ferrán y Aubameyang.

El planteamiento del técnico catalán fue inmejorable. La posición de Araujo como lateral diestro permitió al conjunto culé anular por completo a Vinicius. El centro del campo consiguió imponerse en la sala de máquinas. Y, en ataque, tanto los nuevos fichajes como Dembelé fueron letales.

Cómo transcurrió el encuentro

El choque comenzó con un Real Madrid bastante dominador durante los primeros 5 minutos de encuentro. Los chicos de Ancelotti lograron hacerse con el control de balón y hostigaron la meta azulgrana con arrancadas de Vinicius, Rodrygo y Valverde. El uruguayo tuvo la primera del partido para poner a los merengues por delante en el marcador, pero el cancerbero alemán detuvo su disparo. Con el paso de los minutos, el Madrid fue perdiendo peso en el partido y el Barça comenzó a tomar las riendas del choque.

Corría el minuto 10 cuando un balón dividido supuso la jugada más polémica del encuentro. Kroos se lanzó al suelo para barrer el esférico y Aubameyang hizo lo propio. El gabonés llegó muy tarde y no quitó la plantilla. Kroos recibió un plantillazo a la altura de la espinilla que, sin lugar a dudas, era merecedor de cartulina roja. El colegiado ni siquiera mostró amarilla al delantero culé, pero desde el VAR nadie le asistió para advertirle de que debía expulsar a Aubameyang. Evidentemente, es un lance que condiciona el partido porque el Barça habría jugado 80 minutos con un futbolista menos, pero dejando el error clamoroso de los árbitros de lado, el Real Madrid no puede excusarse en esa jugada para justificar lo ocurrido.

El Barça fue creciendo en el partido y dominando al Real Madrid, que se mostraba falto de ideas, planteamiento y fútbol. Entonces, como era obvio, llegó el primer gol culé. Auba se anticipó a Militao y Alaba para rematar un centro medido de Dembélé. A pesar del primer gol blaugrana, los madridistas no reaccionaron y Ancelotti no cambió nada desde el banquillo. Así pues, pocos minutos después, en un córner, llegaría el segundo del Barça. Dembelé volvió a centrar, esta vez desde la esquina, y Araujo se impuso por arriba para cabecear el centro y batir a Courtois, que poco pudo hacer. 0-2 y aquello olía a goleada culé. Los rostros de los jugadores del Real Madrid no mostraban ni un ápice de esperanza, parecían bajar los brazos, rendirse ante el recital que el Barça les estaba dando. De este modo se llegó al descanso.

El descanso parecía la mejor noticia para el Real Madrid. Podría servir a los merengues para reponerse, reaccionar y saltar con la ambición de darle la vuelta al partido. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ancelotti sacó del campo a Carvajal y Kroos para introducir a Mariano y Camavinga. Una variante táctica sin mucho sentido que supuso que el Madrid formara con tres centrales. De hecho, ni los propios futbolistas parecieron entender las consignas de su míster por como saltaron a la segunda parte. Acababa de empezar a rodar el esférico cuando Ferrán se plantó absolutamente solo con Courtois. El internacional con España erró su lanzamiento y dejó con vida a un Madrid que agonizaba por momentos. Era cuestión de tiempo, el Real Madrid se estaba mostrando totalmente impotente y el Barça olía sangre y tenía ganas de más.

Ferrán, que no estaba teniendo su noche, no quiso irse sin su gol y en la segunda que tuvo la enchufó por la escuadra. Aubameyang, en estado de gracia, le asistió con un taconazo y el “19” del Barça batió al guardameta belga. El 0-3 ya había sentenciado el partido, pero el hambre del FC Barcelona no se había saciado y, de este modo, llegó el cuarto. Otra vez él, otra vez Pierre-Emerick Aubameyang. En esta ocasión un error del linier multiplicó la pasividad de la zaga madridista y el nuevo fichaje azulgrana definió a la perfección.

Los nombres propios de la goleada

Por parte del Barça, los protagonistas fueron Aubameyang, Dembélé y Pedri y, en el Real Madrid, Carvajal y Ancelotti quedaron retratados.

Comenzando por los culés, cabe hacer mención al partidazo del gabonés y del francés. Qué paradójico el fútbol, ¿no? El primero de ellos, Aubameyang, siempre soñó con jugar en el Real Madrid. De hecho, el gabonés le prometió a su abuelo que algún día se enfundaría la elástica madridista. El propio futbolista reconoció su sueño y su promesa en unas declaraciones públicas. Por tanto, solo un mal hacer en las oficinas merengues, puede explicar que un futbolista de este calibre haya recalado en el máximo rival y, para más inri, te haya marcado dos goles. El segundo, Dembélé, a día de hoy sigue siendo pitado cada vez que pisa el Camp Nou. El mosquito hizo pública su negativa a renovar y la entidad blaugrana intentó obligar al futbolista a abandonar el club. Qué sería del Barça sin él, qué habría pasado si el bueno de Ousmane no hubiera sido de la partida. Ante el tercero, Pedri, lo único que cabe es quitarse el sombrero. España tiene un diamante en bruto con este chico que puede convertirse en uno de los mejores centrocampistas del mundo en no mucho tiempo.

Celebración Aubameyang I Foto: Getty Images
Celebración Aubameyang I Foto: Getty Images

En el lado merengue, Ancelotti queda muy en entredicho por su poca capacidad de reacción. El error inicial puede ocurrir y puede permitirse, pero lo que no puede ser es que al verse superado no introduzca ninguna modificación. Asimismo, Carvajal quedó en evidencia en su duelo con Ferrán. El lateral español no está ni mucho menos en buena forma y se evidenció en cada lance con el extremo culé. Otro de los errores de Ancelotti es que, tras la eliminatoria ante el PSG, Lucas Vázquez no partiera como titular.

Conclusiones

El clásico y la goleada culé no solo deja damnificados, sino también marca un antes y un después  en el devenir de ambos clubes.

El partido del Real Madrid y su devenir en LaLiga puede definirse a la perfección con las declaraciones post-partido de Nacho Fernández. El ayer capitán blanco salió a dar la cara y, quizás, inconscientemente pronunció una frase que refleja la situación del equipo: “Hemos hecho una gran temporada”. Puede parecer una frase al uso o un error en el tiempo verbal, pero, en realidad, esa oración define el clásico del Real Madrid. Los futbolistas merengues salieron con la convicción de que la temporada, al menos en liga, ya había finalizado. Consideran que el trabajo ya está hecho y el partido del día domingo era un puro trámite. Sin embargo, el partido significaba todo lo contrario. Era una oportunidad inigualable de sentenciar al peor Barça de la historia; una victoria madridista implicaba el título de liga que, ahora, no queda ni mucho menos cerrado…, en definitiva, el día domingo el Real Madrid jugaba la final de LaLiga y los futbolistas blancos no supieron interpretarlo.

Courtois en el clásico I Foto: Getty Images
Courtois en el clásico I Foto: Getty Images

Además de las palabras de Nacho, la camiseta del Real Madrid fue otro factor muy significativo. Un clásico, en el Bernabéu y el equipo local vistiendo de negro, nada tenía sentido. Observándolo a posteriori, parecía hecho aposta. Los futbolistas del Real Madrid parecían haberse vestido de luto para aquella masacre blaugrana.

Por otra parte, la victoria le da alas al conjunto blaugrana para lo que queda de temporada. La clasificación ante el Galatasaray y la victoria ante el Real Madrid pone en vuelo a un Barça que, en estos momentos, es el principal favorito para la segunda competición europea.