El próximo martes, el Real Madrid recibirá en el Santiago Bernabéu al Chelsea, campeón de la Champions League la pasada campaña. Será el partido de vuelta de la eliminatoria de cuartos de final tras haberse jugado el partido de ida en Inglaterra. En el encuentro anterior, los blancos se impusieron en Stamford Bridge por 1-3 gracias a un inconmensurable Karim Benzema, que sumó su segundo hat-trick seguido en esta campaña de la Liga de Campeones.

Defender el título

Los ‘blues’ son los vigentes campeones de la Liga de Campeones, donde hicieron una gran segunda mitad de campaña el año pasado y vencieron a rivales como el Atlético de Madrid, Oporto, Real Madrid y Manchester City en la final. El nivel mostrado la temporada pasada fue muy alto, con un bloque compacto, un ritmo de juego físicamente infernal para los rivales y con una idea de juego muy clara.

En esta temporada, el nivel ha bajado ligeramente, no es el mismo que el año anterior, en liga van terceros sin opciones para ponerse primeros, algo extraño para haber mantenido el bloque. A pesar de ello, el cuadro londinense tiene la capacidad suficiente para poder reaccionar ante situaciones adversas y levantarse del suelo. Esta vez, con la etiqueta de campeón, tienen la complicada tarea de remontar un duro resultado para poder seguir optando a revalidar el título.

Crisis institucional

En pleno conflicto Ucrania-Rusia con Europa de por medio, las sanciones a oligarcas rusos han sido severas por parte de los altos mandatarios del viejo continente. Un hecho que ha afectado al Chelsea, pues a Roman Abramovich, presidente ruso del equipo, se le han impuesto duras sanciones, algo que ha hecho que se limiten algunos movimientos del club. Para el partido contra el Real Madrid pudo haber aficionados animando a su equipo, pero la intención de las autoridades era en un principio la de jugar a puerta cerrada.

Y esta noticia tiene descentrados a jugadores y entrenador, pues les ha afectado esta situación a la hora de afrontar sus compromisos en liga y en partidos europeos. Esto se traduce a varios malos resultados a lo largo de las semanas anteriores, atravesando por una mala racha que le ha dado de lleno en Champions y que se vio en el encuentro de ida, con un Chelsea que tuvo oportunidades, pero le faltó solvencia y que cayó estrepitosamente al igual que en otros partidos de liga.

Sin Lukaku

No le hace falta al Chelsea tener un delantero ‘killer’ que sea la referencia goleadora, ya que Timo Werner no está terminando de funcionar como delantero centro y jugadores como Mason Mount o Kai Havertz tienen olfato goleador para oler sangre en el área rival. No obstante, con la llegada de Romelu Lukaku se pensó que era la pieza que faltaba por encajar en el puzzle de Tuchel, una esperanza que se disolvió en cuestión de semanas.

El belga está pasando por un mal momento en Londres, sus bajos números y apariciones en encuentros lo corroboran. A pesar de ello, la calidad que tiene el ex del Inter es algo obvio y tenerlo en el equipo siempre suma. Sin él tendrá que viajar Tuchel a Madrid, pues una lesión el pasado fin de semana le impedirá ayudar a su equipo a tratar de remontar para obtener el pase de las semifinales de la Champions League.

Posible once

Mendy, Christensen, Thiago Silva, Rudiger; Azpilicueta, Jorginho, Kanté, Marcos Alonso; Mount, Havertz, Werner.

Tuchel no ha variado demasiado el esquema en los últimos encuentros, salvo algún cambio de posición de un jugador concreto, tiene el once tipo para afrontar el final de temporada. En defensa tiene un cerrojo, en el centro del campo músculo y oxígeno y arriba mucha pólvora. Habrá que ver si la goleada el fin de semana pasado les ha dado la autoestima suficiente o si, por lo contrario, fue solo un espejismo de lo que fue el mejor Chelsea desaparecido.