Muy poco queda o nada de aquel marroquí habilidoso que consiguió la friolera cifra de 24 tantos la temporada pasada. Con 18 de ellos en liga, llevó en volandas al equipo hacia su objetivo y fue la referencia indiscutible en la ofensiva sevillista. No había quién le tosiera. Desgraciadamente para él, este año está siendo un auténtico calvario. Las lesiones y la Copa África le han mantenido gran parte del campeonato liguero apartado de su equipo. 

Y eso que el marroquí arrancó la temporada 21/22 como un tiro, anotando dos tantos en el debut liguero ante el Rayo y asistiendo en otros dos. Conseguiría ver puerta poco después ante Elche y Espanyol, donde comenzó su fatídico declive. A los minutos de anotar su tanto, notó un pinchazo que lo tendría alejado del verde un mes. Pero al poco de volver, cayó nuevamente lesionado, perdiéndose las siguientes diez jornadas ligueras. 

Regresó del nuevo revés justo a tiempo para disputar la Copa África, donde consiguió un tanto y poco más. El Sevilla atravesaba entonces un momento difícil en el aspecto ofensivo. A los de Lopetegui les costaba un mundo hacer gol y necesitaban a su ariete, ya que Rafa Mir no fue capaz de asumir los galones de delantero titular. Ahora, el marroquí parece completamente recuperado de sus molestias, pero aún así no se encuentra en este curso. Cinco son los goles que ha conseguido esta temporada, lo cual dice mucho de su estado físico.

El pasado viernes frente al Cádiz consiguió romper su pésima racha y anotar, ya que no lo hacía desde el 25 de septiembre, justo antes de su lesión. Entre contratiempo y contratiempo, 8 meses ha tardado el delantero en volver a ver puerta, lo que se traduce en una situación insostenible. No obstante, con este gol se espera que En-Nesyri recupere la confianza y el olfato goleador que siempre le han caracterizado en el conjunto rojiblanco.