Análisis Post: el rey de Europa se corona campeón del mundo

El Real Madrid alzó, en la noche de ayer, su octavo Mundial de Clubes, en una goleada para la historia. 

Análisis Post: el rey de Europa se corona campeón del mundo
Real Madrid, campeón del mundo I Imagen: Getty Images
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Por Sergio Hervás

Era 11 de febrero de 2023 y, mientras algunos pensaban en la Europa League y otros se esforzaban por lograr una clasificación para la Champions League del año que viene, las miradas del mundo del fútbol apuntaban a Rabat porque el Real Madrid iba a disputar la final del Mundial de Clubes. En los próximos días, ustedes no dejarán de oír que se trata de un torneo menor o que lo gana cualquiera, pero a todos ellos habría que recordarles que para poder jugar esta competición hay que ser campeón de Europa y eso no está al alcance de todo el mundo.

Las alineaciones

Comenzando por el conjunto que partió como “local” en el día de ayer, Carlo Ancelotti volvió a optar por la vieja guardia en una gran cita. Así pues, Lunin volvió a ser titular en meta ante la ausencia de Courtois; en defensa, Carvajal fue el lateral derecho, Rüdiger y Alaba ocuparon el eje de la zaga, y Camavinga continuó en el lateral izquierdo; en la sala de máquinas, Tchouaméni escoltó desde el pivote a Kroos y Modric, que fueron los interiores; y, finalmente, el tridente ofensivo lo formaron Valverde, Benzema y Vini Jr.

Por su parte, el conjunto asiático del Al-Hilal, dirigido por Ramón Díaz, salió con todo para dar la sorpresa en la final y completar una hazaña histórica. De este modo, Al Maiouf fue el guardameta; línea de cuatro para Abdulhamid en el lateral diestro, Al Bulayhi y Jang como pareja de centrales, y Aldawsari en el lateral izquierdo; en la sala de máquinas, el doble pivote lo formaron Kanno y Cuéllar; por delante de ellos, una línea de tres compuesta por Aldawsari en banda izquierda, Carrillo por la derecha, y Luciano Vietto de enganche; finalmente, la referencia ofensiva fue Marega.

Así transcurrió la primera parte

Los primeros 20 minutos de juego fueron un auténtico vendaval blanco. Sin duda, los mejores momentos del Real Madrid en lo que llevamos de temporada. Los muchachos de Ancelotti salieron desde el primer momento a por el partido, sabían que estaban jugando una final y sometieron a sus oponentes. La presión tras pérdida, el gran posicionamiento de los futbolistas, el planteamiento inmejorable por parte del técnico italiano y las ganas del equipo de levantar un nuevo título hicieron que, en tan solo 18 minutos, el marcador ya reflejase un contundente 2-0.

Vini Jr no falló en la primera que tuvo y el halcón blanco volvió a volar para anotar y dedicarle el décimo gol de la campaña al entrenador que más ha confiado en él. Así pues, el partido parecía más que encarrilado y decidido a favor de los blancos; sin embargo, un despiste defensivo dejó al ariete francés, ex del Oporto, en un mano a mano ante Lunin, y el galo no erró. El 2-1 hacía volver a entrar en el partido al campeón asiático, pero las sensaciones sobre el verde eran muy distintas. A pesar del error defensivo que había acortado distancias en el marcador, el conjunto blanco seguía dominando con balón y mostrado una superioridad infinita.

Ancelotti y Valverde I Imagen: Getty Images
Ancelotti y Valverde I Imagen: Getty Images

De este modo, con un Real Madrid que apenas sufrió, a excepción del gol, y con un Al-Hilal que se iba contento tras el gol y haber logrado entrar en el partido, los futbolistas enfilaron el túnel de vestuarios a expensas del comienzo de la segunda mitad.

Festín ofensivo en la segunda mitad

Los segundos 45 minutos comenzaron con una tónica ciertamente similar a los últimos compases del primer tiempo. El conjunto merengue dominaba, pero no aplastaba como en los primeros minutos del partido.

No obstante, en una de las primeras acciones de Vini Jr en la segunda parte, el brasileño volvió a demostrar que él es mucho más que desborde, regate, velocidad y gol, que él también es visión de juego y calidad a raudales. Y, con un toque maestro de exterior, emulando a don Luka Modric, asistió a Benzema para que no se fuera sin su golito en el Mundial de Clubs.

El tercer tanto madridista sentenciaba por completo la final, pero si creen que esta estocada sería suficiente para los blancos, es que ustedes desconocen por completo las características de esta entidad. El Madrid olió sangre y, cuando eso sucede, ya se sabe lo que suele ocurrir… Una combinación perfecta por banda derecha entre Carvajal y Fede Valverde supuso el cuarto tanto del partido y el doblete del uruguayo. Con este segundo tanto, Fede dio un golpe encima de la mesa para enunciarle al mundo entero que, tras el golpe anímico del Mundial y una situación extradeportiva, familiar, bastante compleja, el halcón está de vuelta y, esta vez, está dispuesto a volar más alto que nunca.

Este tercer gol provocó una reducción en el ritmo del partido. Los jugadores del Real Madrid comenzaron a pensar más en el Elche que en aquella final que, salvo catástrofe, estaba más que ganada. Esta pequeña relajación fue aprovechada por el cuadro visitante, que recortó distancias por medio de un conocido de nuestra liga, Luciano Vietto. Tras el gol del argentino, podía parecer que hubiese algo de partido, pero nada más lejos de la realidad. Los cambios de Ancelotti no solo mantuvieron el nivel, sino que aumentaron la ambición y el hambre del grupo para ir a por más en el partido. Así pues, otra genialidad de Ceballos y una definición increíble del mejor futbolista del mundo subieron la manita al luminoso y el doblete al casillero personal de Vini Jr.

Finalmente, en los últimos compases del encuentro, Vietto volvería a anotar para reducir el abultado marcador. Así pues, el 5-3 final otorgó el título de campeón del Mundo al Real Madrid y, posteriormente, concedería los reconocimientos de primer y segundo mejores futbolistas del torneo a Vini y Valverde respectivamente.