Cuando el próximo 1 de febrero el Super Bowl XLIX haya llegado a su fin, no importa cuál sea el resultado, Tom Brady habrá escrito una página más en una de las historias más increíbles del deporte; la suya.

El hijo más pequeño de la familia Brady, nació en San Mateo California a finales de la década los 70. Siendo el único hijo varón, heredó el gusto por el futbol americano de su padre, a quien constantemente acompañaba al Candlestick Park para ver jugar a los 49ers y conocer al que sería su máximo ídolo y referente; Joe Montana.

Uno de esos tantos partidos a los que acudió, fue la Final de la Conferencia Nacional disputada el 10 de enero de 1982, cuando los 49ers derrotaron a los Cowboys con la memorable jugada “The Catch”. Una acción que inmortalizó a Joe Montana y que sin saberlo era presenciado desde la tribuna por futuro salón de fama de cuatro años de edad.

A la edad de tres años su padre le enseño a jugar al golf. Solían apostar; un dólar si Tom ganaba, un lavado al auto si ganaba su padre. Alguno de esos tanto duelos terminó con el pequeño Brady de 9 años, frustrado en el auto y tratando comprender que el aventar un palo de golf, no era la respuesta a una nueva derrota. Desde ahí empezó a repudiarla.

Estudiando en una escuela católica para varones, Tom destacó tanto en el futbol americano como en el basquetbol y el béisbol donde brillaba en la posición de cátcher. Al terminar la secundaria en 1995, fue reclutado en el draft de la MLB para jugar por  los Expos de Montreal. Sin embargo Tom desechó la oportunidad, porque todas aquellas tardes de su infancia jugando football con sus amigos y las glorias de los 49ers de las cuales fue testigo, fortalecieron su idea de tratar ser como su ídolo Joe Montana.

Consiguió una beca para estudiar y jugar en la Universidad de Michigan. En un inicio fue el séptimo mariscal de los Wolverines, situación que lo llevo a tomar terapia psicológica, por ver como el sueño de su vida se iba frustrando. Incluso se planteó dejar Michigan y regresar a California. Se sabe que entró sin autorización a la oficina de Lloyd Carr, coach de los Wolverines y le grito: “Me voy de esta escuela y sólo lo hago para demostrarle que soy el mejor mariscal que esta universidad ha tenido”.

Sin embargo pensó mejor las cosas y decidió redoblar esfuerzos. Solía levantarse a las 6 de la mañana para poder ir a correr a las escaleras del estadio. Trabajaba por cuenta propia sin que nadie lo supiera y horas más tarde igualmente se presentaba a entrenar con el equipo.

Una situación más que forjaría y definiría su carácter dentro del emparrillado fue la lucha constante con Drew Henson por la posición titular de mariscal. Aun así logro hacerse del puesto en la temporada de 1998 y logró ganar 20 de 25 aperturas, la más importante ante Arkansas en el Citrus Bowl.

Para la temporada 1999 volvió la competencia con Henson. En cada partido Tom jugaba el primer cuarto, Drew el segundo y finalmente el coach Carr se decidía por alguno para la segunda mitad. En un duelo ante Michigan State, Brady no fue considerado para jugar la segunda mitad, pero al verse abajo por 17 puntos, el coach lo hizo ingresar y estuvo muy cerca de lograr la remontada aunque al final terminaron perdiendo 34-31. A la siguiente semana lanzó para 300 yardas y el coach decidió asignarle las segunda mitades, logrando varios regresos durante el último cuarto de los partidos. Lo que lo llevó a ser conocido como “Comeback Kid”.

Brady terminó la temporada con dos victorias memorables, la primera ante Ohio State con un boleto al Orange Bowl de por medio. Con el marcador empatado a 17 a cinco minutos del final, Tom llevo a su equipo al touchdown que significaría la victoria. Finalmente derrotaría a Alabama en el Orange Bowl viniendo de atrás en un par de ocasiones de una desventaja de 14 puntos.

Con esos triunfos  como carta de presentación para el Draft del 2000 de la NFL, el padre de Tom fue informado que lo más probable era que su hijo fuera reclutado en la segunda o tercera ronda. Lamentablemente en pruebas de calidad física, el liderazgo es muy difícil de ser cuantificado.

Los resultados del cumbine de Brady fueron bastante pobres. Algunas anotaciones eran contundentes: “Carece de estatura y fuerza física”, “carece de movilidad”, “carece de brazo fuerte”, “puede verse expuesto si se le obliga a improvisar”.

Esos resultados sumado a que Tom estuvo en constante rotación durante su última temporada en Michigan, sembró varías dudas a los reclutadores. Por eso los nombres empezaron a pasar y Tom Brady nuevamente se empezaba a frustrar.

Una gran decepción fue cuando los 49ers seleccionaron a Giovanni Carmazzi al inicio de la tercera ronda. El sueño de jugar con el equipo que apoyaba desde niño se había esfumado, pero la ilusión de jugar en la NFL aún se mantenía viva. Pasaron 4 mariscales más y Tom no era llamado, salió varias veces a caminar empezando a idear una vida fuera del football. Justo cuando se había resignado, los New England Patriots lo seleccionaron en el pick 199 correspondiente a la sexta ronda.

Curiosamente los Patriots enfrentaron a los 49ers en el juego de pretemporada del Salón de la Fama del 2000. New England terminó ganando 20-0 y si algo destaco, fueron las contrastantes actitudes de los novatos recién seleccionados en su discreta participación. Un Carmazzi bastante nervioso y un Brady que estaba acostumbrado desde entonces a momentos de presión.

Spergon Wynn, quien fuera seleccionado por los Browns en el mismo draft que Brady, destacó justamente la actitud del egresado de Michigan: "Recién salido de la universidad y yo realmente no entendía lo enorme que era ser un mariscal de campo de la NFL. Yo era joven e ingenuo, pero pones a Tom en esa situación y él tenía 'éso'. Tomó esa presión, la canalizó, y ni siquiera parpadeó. En ese tiempo, era muy sencillo ponerme nervioso, y eso es lo que miro de él y quedo muy impresionado. Puedo decir que estuvimos en la misma posición y él lo manejó mucho mejor que yo".

Tom  inició la temporada del 2000 como el cuarto mariscal en el orden. No se quejó, simplemente calló y aprendió. Su debut llego en la visita de los Patriots a Detroit donde completo uno de tres pases para sus primeras seis yardas en la NFL.

Si algo demostró Brady en su arduo camino a la profesionalidad, era que sabía estar listo para aprovechar las oportunidades que se le presentaran. En la temporada baja del 2001 logro sorprender a sus entrenadores y ellos lo nombraron el remplazo inmediato del mariscal titular; Drew Bledsoe.

En la segunda semana de la temporada, los Patriots se presentaron en casa ante los New York Jets. Una tackleada del linebacker Mo Lewis sobre Bledsoe, provocó que este fuera sustituido por Brady quien tomaría la titularidad para no soltarla hasta la fecha.  A la postre los Patriots ganaron 11 de 14 juegos con Brady a los controles, incluida una remontada en San Diego donde lideró dos series para el OT y ya en él, dejar el ovoide a la distancia de un field goal.

Tom se ganó la invitación al Pro Bowl al terminar la temporada con 18 touchdowns y 12 intercepciones. Ya en playoffs logró forzar un nuevo OT ante los Raiders donde ganarían nuevamente por un field goal. Llegó al Super Bowl XXXVI en New Orleans con la posibilidad de ser el mariscal más joven en ganarlo. A sus 24 años logró, obteniendo además el MVP tras liderar una última ofensiva de un minuto sin tiempos fuera, que permitiría a los Patriots ganar por un nuevo field goal.

Logró coronarse nuevamente en el Super Bowl XXXVIII ante los Carolina Panthers, donde sumaría otro MVP y lograría un bicampeonato tras ganar el Super Bowl XXXIX a los Philadelphia Eagles. Una marca perfecta de 9-0 en playoffs que dieron como resultado tres campeonatos en cuatro temporadas para un jugador que supo aprovechar cada oportunidad que la vida le puso.

En el 2007 fue el líder de uno de los mejores equipos en la historia de la NFL. Unos Patriots que llegaron a un nuevo Super Bowl con marca de 18-0 y que terminarían por perder el invicto ante unos New York Giants que les harían ver su suerte nuevamente cuatro años después.

En el 2008 cuando parecía que las adversidades se habían alejado. Una lesión en la rodilla sufrida en el primer partido de la temporada, lo alejo de los campos por el resto de la campaña. Y tardo algún tiempo en volver a recuperar la confianza para moverse en cada jugada.

Será el primer mariscal de campo con 6 apariciones en un Super Bowl. Situación que no es menor al ver las altas y bajas en una carrera de 15 años. Hoy pareciera que a Tom Brady no le falta nada. Tiene tres hijos, una supermodelo como esposa que fácilmente podría mantenerlo. Una carrera deportiva de las más sólidas y exitosas, pero al menos él querrá tener un cuarto anillo. Tal vez así pueda hablarle de tú a su ídolo Joe Montana.