Uruguay Tenerife se muere. Ese equipo cuyo nombre ha sido manchado por el error de una persona. Ese equipo cuyos méritos conseguidos ya no tienen valor para la gente de a pie. Ese equipo querido en la península pero que en su propia isla no siente el mismo calor por parte de los medios… Cuando nos referimos al Uruguay, gran parte de la población canaria lo define, de manera equivocada, como “ese equipo que se subvencionaba ilegalmente y que por eso logró lo que logró”. Sin embargo, el club celeste ha conseguido sus éxitos sobre el 40x20 donde se practica el maravilloso deporte que es el fútbol sala. Los problemas que vinculan a su ex presidente con Sinpromi, y por los cuales todavía no ha sido juzgado, se iniciaron a finales de 2013, temporada del ascenso a Primera División, con el equipo ya líder de Segunda. Ese año, los Corvo, Iago Barro, Ayose y compañía lograban ese codiciado ascenso.

Pero, ¿y qué es entonces el Uruguay Tenerife? Corría el año 2006 cuando un grupo de amigos del barrio del Uruguay, en Santa Cruz de Tenerife, decidieron formar un equipo de fútbol sala que jugaría esa misma temporada en lo que ahora se denomina Segunda Territorial, la categoría más baja en este deporte. Con dedicación, trabajo e ilusión, el club tuvo un gran crecimiento institucional, económico y deportivo consiguiendo tres ascensos en cuatro años para competir en Segunda B en la temporada 2010/2011.

El Uruguay acabó invicto la 11/12

El primer año en Segunda División B, el 'Uru' acababa en los puestos altos de la tabla demostrando que al año siguiente serían candidatos al ascenso a Segunda. De ese equipo que militaba en el año 2011 en Segunda B se mantienen a día de hoy cinco jugadores: Pablo González, actual capitán del equipo, Jacinto Delgado, Josué Cancio, Kevin Yanes y Felipe Vela. Ese año demostraron su superioridad frente al resto de equipos de la provincia finalizando la temporada sin conocer la derrota en ninguno de los partidos de Liga ni de los playoffs de ascenso frente a Sporting San Vicente, campeón de Valencia, y el Kelme Navalagamella, campeón de Madrid, y romper así ese techo que parecía tener el fútbol sala en Tenerife, que volvía a tener un equipo en la Segunda División de la Liga Nacional de Fútbol Sala.

En la temporada 2012/2013 el Uruguay debutó en Segunda División pagando la “novatada” y quedando colista de una categoría que nada tiene que ver con el nivel que hay en Segunda B en Canarias. La plantilla carecía de experiencia por lo que en el mercado invernal llegaron algunos refuerzos como Carlos Corvo, Luis Jara o Pedro Toro, que no pudieron hacer nada por salvar la categoría. Sin embargo, si había algo en lo que el equipo tinerfeño podía presumir era en saneamiento económico, aunque a día de hoy se ponga en duda la procedencia de ese dinero, y gracias al cual se consiguió mantener la categoría. El que era por entonces el presidente, Andrés Pedreira, aseguraba que el Uruguay Tenerife estaba entre los únicos cuatro equipos de España que no tenían pérdidas y los pagos al día junto con los tres grandes equipos: Inter Movistar, ElPozo Murcia y FC Barcelona.

Al año siguiente todo cambió. El equipo se reforzó y las derrotas se transformaron en victorias. Aquel pabellón en Santa Cruz que apenas acogía 100 personas para ver un partido de fútbol sala, se vio hasta la bandera el día del playoff de ascenso ante el Elche con más de 4.500 espectadores. Y el Uruguay pasó de ser colista a ser el líder durante gran parte de la temporada aunque el Levante le arrebatara el puesto, y por lo tanto el ascenso directo, en las últimas jornadas. Pero ese golpe solo sirvió para unir más al equipo con la afición, que finalmente fue considerada la mejor de la categoría por la LNFS y alcanzar un ascenso con el que nadie, ni el más optimista, soñaba al inicio del curso.

Por último llegó el sueño. Esta agridulce temporada 2014/2015 con la que la isla entera llevaba soñando más de veinte años para ver un equipo tinerfeño en Primera. Ese sueño convertido en pesadilla. El equipo santacrucero se reforzó con tres incorporaciones de lujo: el gomero Javi Rodríguez, junto con Lolo Suazo y Jesús Murga, en calidad de cedidos procedentes de ElPozo e Inter respectivamente. El destino fue caprichoso y quiso que el debut en la máxima categoría del fútbol sala nacional fuera a lo grande, ante todo un histórico como es ElPozo Murcia y en el Palacio. Los canarios dieron buena imagen y estuvieron a punto de obrar el milagro entrando al último minuto con empate a seis en el marcador, que desnivelaban los murcianos a falta de segundos para concluir el encuentro. La afición se ilusionaba con una plantilla que aspiraba a disputar incluso la Copa de España en su primer año. Con el paso de las jornadas, llegaron las primeras victorias ante Azkar Lugo y Levante.

En la temporada más ilusionante, los sueños se convirtieron en pesadillas

Sin embargo, el 26 de octubre de 2014 cambió radicalmente la historia del club. Andrés Hernández Pedreira era detenido por una supuesta malversación de fondos públicos en su puesto de Director Financiero de Sinpromi. Desde entonces, y después de su dimisión como presidente del club, el Uruguay se ha visto con problemas diarios para evitar la desaparición. A pesar de ello, el equipo mostró su garra, su entrega, su amor por unos colores y su profesionalidad a la semana siguiente sobreponiéndose a todos los problemas y sumando tres puntos importantísimos en Jumilla frente a Montesinos. El Uruguay emocionó ese fin de semana a sus seguidores. Les enseñó a creer. A nunca rendirse. Los siete goles de Carlos Corvo en ese encuentro, que finalizó 7-12, daban razones para aquellos que no estaban convencidos de si el fútbol sala en Tenerife valía la pena. La falta de dinero y de un patrocinador ha obligado al club a renunciar a todos sus jugadores, finalizando la temporada con los jóvenes del filial y sin poder realizar ningún gasto. Un equipo coste cero. El carácter unipersonal y presidencialista ha dejado a la entidad tinerfeña al borde del abismo y ha abierto una lucha continua en la que se agotan todas las posibilidades de la más mínima esperanza u oportunidad. El Cabildo de Tenerife, a pesar de subvencionar al CD Tenerife, equipo de fútbol de la isla que milita en la Segunda División nacional, con 1,4 millones de euros en condición de 'Turismo de Tenerife', le ha negado al Uruguay, equipo de Primera División, los 160.000€ necesarios para haber "salvado" al equipo. Esto recuerda, desgraciadamente, otros casos como el del Tenerife Marichal de voleibol, que pasó de ser campeón de Europa a desaparecer porque, tanto instituciones como la prensa, "lo dejaron morir".

El Uruguay y la prensa

"Por interés quiero al equipo de Andrés". Bien sirve el conocido refrán español para definir lo que ha ocurrido en el último año con el Uruguay Tenerife y su relación con la prensa e instituciones públicas. De cómo la entidad santacrucera ha vivido en sus últimos meses en una “montaña rusa” en los que ha pasado de tener un gran respaldo y seguimiento, a ser ese equipo al que han dejado morir. Hace un año, el Uruguay era un equipo desconocido para aquellos que no son seguidores del fútbol sala. Partidos los sábados por la noche en los que apenas se contaban 200 personas en las gradas con uno o dos periodistas solo en 'partidos grandes'. Un equipo de barrio.

El equipo fue cosechando buenos resultados hasta que se consolidó como un serio candidato al ascenso a la Primera División, y, como ocurre en estos casos, la 'fiebre del Uru' llevaba en volandas a un equipo que, deportiva y mediáticamente, subía como la espuma. Unos playoffs de ascenso con el Pabellón Municipal de los Deportes de Santa Cruz abarrotado, con aficionados que se quedaban sin entrada porque se había vendido el aforo completo. Hasta la bandera. Más de 4.500 almas que animaban al Uruguay en un partido que era retransmitido en directo por cuatro emisoras de radio diferentes, además de imágenes en vídeo para la televisión.

La gente 'se subía al carro' del Uru. Querían demostrar ser el mejor aficionado o periodista, el más fiel. Con el equipo en Primera División, había tertulias semanales y se retransmitían por radio los partidos de visitante, algo impensable teniendo en cuenta que se trata de fútbol sala. Los políticos, que disfrutaron del ascenso como el aficionado más leal, eran habituales en los primeros partidos en los que el Uruguay se codeaba con la élite. Todo era perfecto. Todo era un sueño, un camino de rosas, hasta el fatídico 26 de octubre.

Por arte de magia, de un día para otro, los programas de radio desaparecieron, los políticos huyeron y los partidos no eran retransmitidos. Las portadas las ocupaba su ex-presidente, Andrés Pedreira. Desde entonces, la política ha ejercido presión sobre ciertos medios de comunicación que han dejado de mostrar interés por el Uruguay y que, cuando más necesitaban difusión en busca de un sponsor, han dado la espalda. Ruedas de prensa con tan solo cinco periodistas, con cuatro únicos medios, tres de ellos digitales. La gente de a pie se olvidaba del fútbol sala y cuando se hablaba de 'Uruguay Tenerife' era hablar de corrupción. Una sola persona manchó el nombre del club de tal manera que el Secretario de la Federación Tinerfeña de Fútbol añadió de él: "El Uruguay Tenerife no es viable como club ni en el presente, ni en un futuro. El Uruguay ya es pasado", apuntaba Ramón Hernández. "El nombre de Uruguay Tenerife está en entredicho y nadie mete un euro en un club donde han pasado cosas tristes como en este", seguía el Secretario de la Federación.

Un duro revés que ha terminado vaciando un pabellón al que vuelven a ir las doscientas personas del principio. Los fieles. Los de verdad. La gente se ha olvidado del Uruguay. Las instituciones han querido olvidarse del Uruguay. La prensa ha olvidado al Uruguay. Lo han abandonado y lo han dejado morir. Quién sabrá cuándo volverá una oportunidad así para el deporte de Tenerife. Ésta, como muchas otras, se ha desaprovechado. Tendrá que volver alguien de nombre Andrés para que cierta gente vuelva a tener interés.

Vídeo: Entrevistas a Ruymán Cabello y Pablo González

A día de hoy, el Uruguay Tenerife es equipo de Segunda División sin patrocinador para que el club pueda salir a competir la próxima campaña y sin ser viable con ese nombre. Por ese mismo motivo, recientemente se ha refundado el antiguo Tenerife Iberia-Toscal con el fin de rescatar a plantilla, aficionados y al fútbol sala de Tenerife. El CFS Uruguay Tenerife, como tal, se muere. Cada día su corazón late más despacio. Pero no por ello sus aficionados pueden reprochar lo más mínimo a un equipo que, con garra, entrega y corazón, y con una plantilla que en septiembre era de 2ºB, ha competido en Primera, ha sido ovacionado en todos los pabellones a los que ha ido y de los que salió de igual manera que se despide de Primera División: con la cabeza bien alta y con la esperanza de poder regresar. El Uruguay siempre quedará en el recuerdo. Siempre estará presente en los corazones de sus seguidores y de los amantes del fútbol sala, quienes ven como un equipo alegre muere por el desprecio de unos pocos. ¡Hasta siempre 'Uru'!

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Sobre el autor
Javier Alonso
Deporte y música en vena. Violinista, Periodismo y jugador de fútbol sala. Enamorado del ciclismo.