En la NFL no solo los equipos tienen relevancia, la afición toma una vital importancia para conseguir ayudar a los suyos en conseguir una victoria. La influencia de los espectadores especialmente en los ataques rivales es evidente, haciendo el suficiente ruido para impedir que el otro equipo pueda comunicarse, lo cual lleva a infinidad de problemas como salidas falsas o pérdidas de concentración del QB.

En este aspecto hay estadios que tienen una mística especial, ya sea por su historia, por su forma o por sus condiciones que lo transforman en un campo diferente al resto. Tanto en la NFC como en la AFC hay varios campos que tienen estas características, lugares donde nadie quiere jugarse la temporada solo por la dificultad para conseguir aguantar la presión.

En ambas conferencias hay muchos equipos con grandes estadios, pero finalmente catorce (siete de AFC y NFC) son posiblemente donde la afición importa más. Entre estos equipos encontramos campos clásicos de Playoff y algunos (principalmente el caso de los Bills o los Browns) donde los aficionados siguen apoyando al equipo a pesar de cómo ha ido su historia.

Los principales estadios de la AFC son el M&T Bank Stadium (Baltimore Ravens), New Era Field (Buffalo Bills), FirstEnergy Stadium (Cleveland Browns), Sports Authority Field at Mile High (Denver Broncos), Heinz Field (Pittsburgh Steelers), Gillette Stadium (New England Patriots) y el Nissan Stadium (Tennessee Titans).

El M&T Bank Stadium fue inaugurado en 1998 y desde un primer momento destacó por las facilidades para los fans que existen en el estadio. Aunque en un primer momento la hinchada de Baltimore Ravens deseaba jugar en el Memorial Stadium (donde disputó sus primeras dos temporadas) se hizó evidente que el estadio ya estaba muy anticuado para ser la casa de una nueva franquicia.

La transformación de los Browns en los actuales Ravens fue traumática en Cleveland, pero para los aficionados de Baltimore fue la mayor alegría desde 1984, año en el que los Colts se marcharon en dirección a Indianapolis. El equipo era bueno y la afición se volcó en apoyarles, dispuesta a los años de gloria que habían conocido con Unitas al mando de aquellos Colts.

Con una defensa tan sólida como la de los Ravens que llegaron a Baltimore, la aparición del M&T Bank (en aquel momento llamado Ravens Stadium at Camden Yards) sirvió como acicate para la Raven Nation, la cual se volvió una de las más ruidosas de todo la liga, siendo inumerables las veces que sus cánticos han provocado los fallos ofensivos en otros equipos.

Si observamos los Playoff, Baltimore ha disputado 10 veces estos partidos, ganando dos Superbowls en el proceso y perdiendo por tanto ocho encuentros. De esos ocho encuentros solo dos han sido en Baltimore, frente a los Tennessee Titans en la temporada 2003/2004 y frente a los Indianapolis Colts en la 2006/2007. En cambio si miramos victoria en la post season tenemos que hablar de seis, lo cual deja el récord en un espectacular 6-2.

M&T Bank Stadium iluminado antes de un partido. Fuente. Baltimore Ravens
M&T Bank Stadium iluminado antes de un partido. Fuente. Baltimore Ravens

La Bills Mafia es, para muchos, la mejor afición de la liga. Sin entrar en Playoff desde el año 2000 la afición no solo no ha dejado de asistir al estadio, sino que sigue con la misma confianza que el día uno. El New Era Field es uno de los campos más antiguos de la NFL, construido en 1973 el campo sufre vientos de gran potencia y cuenta la leyenda que está situado al lado de un cementerio, lo cual podría haber gafado al equipo.

Pero a pesar de que el campo está a punto de provocar que el equipo se vaya de Buffalo, sigue siendo uno de los mayores problemas para cualquier equipo rival. El público aprieta como un demonio y el ruido sigue siendo infernal a pesar de ser un estadio abierto y eso sigue provocando que no sea bonito tener que ir a Buffalo en las últimas semanas de diciembre, con frío, viento, nieve y un público totalmente entregado a la causa, vaya como vaya la temporada.

Foto del New Era Field desde arriba. Fuente: Buffalo News
Foto del New Era Field desde arriba. Fuente: Buffalo News

Otro equipo con una afición abonada al sufrimiento es Cleveland, desde la vuelta de los Browns a la liga Ben Roethlisberger ha ganado más partidos en la ciudad que cualquier QB del equipo, lo cual es realmente un balance muy pobre. Pero nada de eso impide que año tras año “La factoría de la tristeza” como es conocido siga llenándose de fans de los Browns que creen en que su equipo resurgirá de las cenizas, como volvió a la liga.

El FirstEnergy Stadium fue renovado el año pasado, siendo bonito por fuera y cumpliendo todas las normativas de la liga por dentro. La casa no va a cambiar en mucho tiempo para el equipo de Ohio y a poco que jugadores como Garrett o Kizer destaquen, dejaremos de ver personas con bolsas de cartón para taparse los ojos y volverá la alegría a una ciudad que en cuanto a fútbol jamás ha tenido suerte.

Lo más irónico de todo es que actualmente, después de una temporada de 1-15 desastrosa, sigue siendo un campo realmente complicado, como aprendieron los Pittsburgh Steelers la semana pasada. Pueden pasar muchas cosas en un futuro pero si algo es seguro es que la ciudad de Cleveland jamás dejará a su equipo de fútbol solo, lo cual siempre es motivo de diversión para el resto de la liga.

FirstEnergy Stadium lleno para un Browns vs Ravens. Fuente: NFL
FirstEnergy Stadium lleno para un Browns vs Ravens. Fuente: NFL

Hay un solo estadio en la NFL que aunque estuviese vacío sería imposible jugar en él, y este es el Sports Authority Field at Mile High de Denver. La altura de la ciudad de Colorado provoca que la dificultad para los rivales sea ya de por sí alta, siendo innumerables los casos de kickers que han fallado patadas debido a la diferencia de este campo con los otros treinta y uno de la liga.

Pero por si fuera poco la afición de los Denver Broncos no es precisamente silenciosa, desde 1970 el campo ha colgado en todos sus partidos el cartel de no hay billetes. Incluso se ha mantenido el suelo de metal para que los fans puedan patear el suelo haciendo ruido como en el antiguo Mile High.  

Al igual que los Ravens el resultado en Playoff es espectacular, solo cuenta con tres derrotas en su estadio, frente a los Steelers en la temporada 2005/2006, los Ravens en la 2012/2013 y los Colts en la 2014/2015. Mientras tanto las victorias ascienden a seis, quedándose en un muy buen récord de 6-3, solo una derrota más que el equipo de Baltimore.

Sports Authority Field at Mile High lleno para un partido de los Broncos. Fuente: ESPN
Sports Authority Field at Mile High lleno para un partido de los Broncos. Fuente: ESPN

Una de las mayores rivalidades de la liga en este siglo es la que tiene el equipo de Baltimore con este equipo, conocido por tener una de las aficiones más ruidosas de toda la NFL, con gente muy pasional, y sobre todo muy metida en todos los encuentros. Este equipo no es otro que los Pittsburgh Steelers, cuyo campo construido en 2001, el Heinz Field, es uno de los más reconocibles de toda la liga.

El gran nivel del equipo también ha hecho que el estadio sea uno de los más mencionados durante la época de Playoff, lo cual no han desaprovechado. Con cuatro derrotas (frente a Patriots en la temporada 2001/2002 y la 2004/2005, Jaguars en la 2007/2008 y Ravens en la 2014/2015) el récord es claramente positivo, habiendo conseguido ocho victorias, que dejan el récord en Playoff en 8-4.

Heinz Field visto desde fuera. Fuente: Heinz Field
Heinz Field visto desde fuera. Fuente: Heinz Field

El Gillette Stadium es distinto al resto de campos por una cuestión geográfica. No está situado dentro de una ciudad como sí lo está la mayoría de equipos de los que estamos hablando, es un campo en un pequeño pueblo de Massachusetts, alejado tanto de Boston como de Providence, las localidades importantes que más cercanas se sitúan al lugar donde juegan los New England Patriots.

El estadio fue inaugurado en 2002, sustituyendo al antiguo estadio situado en la misma localidad. La afición de los Patriots, sin ser de las más ruidosas, no ha abandonado a su equipo en la era gloriosa de la franquicia, la cual le ha llevado en este siglo a cinco anillos de campeón y a tener el mejor récord de todos los equipos en su casa.

Tras ganar sus primeros siete partidos la primera derrota en el Gillette Stadium llegó en la temporada 2009/2010 con los Ravens, al año siguiente la historia se repitió con los Jets. Pero desde esas dos derrotas, otras tres victorias llegaron, los Ravens volvieron a sorprender al equipo de Brady, y ahora mismo los Patriots llevan otra racha de seis victorias como local en post-season. Esto deja el récord en un histórico 16-3, algo a lo cual nadie se acerca actualmente, ni parece posible que lo haga en un futuro próximo.

Gillette Stadium durante la presentación de los jugadores. Fuente: NFL
Gillette Stadium durante la presentación de los jugadores. Fuente: NFL

El último equipo de la AFC es uno de los equipos creados a finales de los 90, cuyo estado siempre ha vivido enamorado del fútbol americano aunque fuese el universitario. Tennessee siempre ha sentido pasión por el deporte y la llegada de los Titans a la parte central del estado fue una de las mayores alegrías que se ha llevado el estado sureño en los finales del siglo XX, especialmente debido a las tremendas inundaciones que sufrieron por ejemplo en 1998.

El estadio tiene un aura que viene desde sus primeros días, cuando consiguieron encadenar sus dieciséis primeros partidos con victoria hasta ser derrotados por los Ravens. En todos los partidos, incluido los de pretemporada, el Nissan ha estado sin billetes, siendo uno de los campos con mejor afluencia a pesar de sus malos años.

A pesar de que en Playoff el récord ni se acerca el de Patriots (solo tienen un 2-2) uno de los mayores milagros de la historia de la NFL se produjo en este estadio, el Music City Miracle. Lo especial de esta efeméride es que los Titans retornaron un kickoff de Bills en el último segundo de la ronda divisional para un Touchdown que daba el pase al equipo.

Nissan Stadium durante un partido de los Titans. Fuente. ESPN
Nissan Stadium durante un partido de los Titans. Fuente. ESPN

Por parte de la NFC hay que hablar de muy distintos tipos de campo pero todos con algo en común, una afición totalmente entregada a su equipo y que provoca muchos nervios a sus rivales. Los siete estadios elegidos para representar a la conferencia son Lambeau Field (Green Bay Packers), Soldier Field (Chicago Bears), CenturyLink Field (Seattle Seahawks), Lincoln Financial Field (Philadelphia Eagles), Raymond James Stadium (Tampa Bay Buccaneers), Mercedes-Benz Stadium (Atlanta Falcons) y U.S. Bank Stadium (Minnesota Vikings).

Cuando se habla de NFL y de historia todos los ojos se van a un solo estadio, un lugar emblemático para todos los fans de la liga. Lambeau Field fue creado en 1957 y desde entonces ha aparecido en todas y cada una de las temporadas que ha habido de la NFL, siendo además el campo que más temporadas ha visto en NFL, con ya 61 temporadas en sus espaldas.

La afición de Green Bay disfruta de su equipo a pesar del frío en un estado abierto, animando sin parar a su equipo en uno de los mejores ambientes que existe. Antes de hablar del increíble record que tiene el equipo hay que hablar sobre los tremendos partidos sobre el hielo que se han disfrutado en ese campo, con la Ice Bowl frente a los Cowboys como uno de los momentos más grandes de la liga.

Green Bay por derecho propio es conocido como uno de los equipos legendarios de la Liga y su afición sigue siendo una de las más fieles, los partidos en Lambeau son por sí solos partidos casi imposibles de ganar, lo cual unido a la rivalidad con los Vikings y los Bears ha dado alguno de los partidos más recordados para las aficiones de ambos equipos.

En postemporada los Packers tiene el increíble récord de 46 años sin ser derrotado, desde la inauguración del estadio hasta el 2001, aunque hay que reconocer que la cifra de victorias es “solo” de once. Desde la derrota en 2001 con los Falcons es sorprendente ver como en los diez partidos disputados desde esa fecha solo han ganado cinco victorias, teniendo actualmente un récord muy respetable de 16-5.

Lambeau Field en un enfrentamiento entre Packers y Seahawks. Fuente. NFL
Lambeau Field en un enfrentamiento entre Packers y Seahawks. Fuente. NFL

Chicago también tiene un campo emblemático como es Soldier Field, pero “solo” desde 1971 a pesar de que el campo lleva existiendo desde 1921. Debido al tiempo que lleva el campo existiendo ha necesitado en 2002 una remodelación prácticamente completa, la cual cambio la mística que tenía el campo, especialmente cuando nos referimos a como la defensa de Chicago se comía rivales.

Afortunadamente la temporada 2006 consiguió que la defensa de los Bears volviese a destacar y la afición de Chicago sigue aferrada a ese recuerdo para mantener la presión dentro del estadio. En cuanto a los playoffs, el record no es excesivamente espectacular con dos victorias y dos derrotas en la final de conferencia, mientras que en divisionales y wild cards el récord también está igualado con cinco victorias y cinco derrotas.

Soldier Field durante un partido de los Chicago Bears. Fuente: ESPN
Soldier Field durante un partido de los Chicago Bears. Fuente: ESPN

Si hay un campo que durante este siglo ha sido indomable y ha presionado tanto a rivales como árbitros, la respuesta es sin lugar a dudas la casa de los Seattle Seahawks, el CenturyLink Field. Además de ser el estadio más ruidoso del mundo la proporción de salidas falsas solo ha sido superada por los Minnesota Vikings de los que hablaremos posteriormente.

A pesar de que la franquicia no siempre ha estado en la élite desde la llegada al campo en 2002, su récord es un espectacular 59-29, batiendo en tres ocasiones el record de ruido en un partido, lo cual lo ha convertido en una verdadera pesadilla para los ataques rivales. Pero además de la presión para los QB, la colocación del estadio provoca que haya vientos fluctuantes húmedos, los cuales provocan quebraderos de cabeza en los kickers rivales, los cuales suelen fallar casi tanto como ocurre en Denver.

CenturyLink Field durante un partido. Fuente: Seattle Seahawks
CenturyLink Field durante un partido. Fuente: Seattle Seahawks

El Lincoln Financial Field por si solo no sería nada espectacular. Es un estadio construido en 2002 y muy similar al antiguo Veterans Stadium, pero la diferencia la provoca la propia ciudad. La afición de los Eagles es posiblemente el ejemplo más claro de locura por un equipo que existe. Totalmente incrustado dentro del sentimiento de la ciudad Philadelphia es en parte los Eagles, y esto se puede ver en momentos como el Draft de este año.

A pesar de ello el record no es excesivamente positivo en playoff, pero se hace evidente que jugar es realmente incomodo, con un público muy metido y un sonido potente que provoca la tensión en sus rivales. Al igual que la historia de su equipo, no son la afición más respetada o valorada y precisamente por ello se merecen un puesto en esta lista. Nadie desearía ir a Philly para jugarse una final de conferencia, por mucho que el equipo tenga un historial de derrotas en ellas digno de muy pocos.

Lincoln Financial Field lleno para un partido de los Eagles. Fuente: Philadelphia Eagles
Lincoln Financial Field lleno para un partido de los Eagles. Fuente: Philadelphia Eagles

El Raymond James Stadium lleva dos Superbowls en 20 años de historia y está prevista otra en 2021. ¿Por qué el campo de los Tampa Bay Buccaneers es tan valorado por la NFL? Sencillamente porque es precioso y usa a la perfección las bellezas del estado de Florida. Su barco pirata y su afición, siempre fiel al equipo a pesar de que no consiga llenar el campo debido a la gran cantidad de asientos que hay para una ciudad pequeña.

A pesar de solo haber visto cuatro partidos de playoff (dos victorias y dos derrotas) el estadio siempre presiona a sus rivales, lo cual unido a la gran humedad y el calor provoca que siempre sea complicado jugar allí, otro de los escenarios donde nadie querría encontrarse en diciembre/enero jugándoselo todo, porque es muy probable acabar teniendo que pasar un infierno para lograr la ansiada victoria.

Raymond James Stadium con su emblemático barco pirata. Fuente: Tampa Bay Buccaneers
Raymond James Stadium con su emblemático barco pirata. Fuente: Tampa Bay Buccaneers

Los fans de Atlanta siempre han sido uno de los más enérgicos de la liga, como se demostró en el antiguo Georgia Dome el cual siempre tenía una sensación de dificultad que muchas veces ni siquiera contrastaba con el nivel del equipo. Ahora con su nuevo, flamante estadio, la sensación se ha acrecentado aún más, añadiendo más presión a un equipo que el año pasado se quedó a un drive de ser campeón.

El Mercedes-Benz Stadium es uno de los campos más espectaculares que se han visto en la liga, con un techo retráctil precioso parece claro que la afición del equipo de Georgia va a dejarse la voz dentro del estadio, consiguiendo incomodar de verdad al rival. La nueva generación de estadios parece haberse centrado en que además de cómodo empiece a ser terrible para aquellos que lo tienen que visitar como contrincantes.

Simulación de como quedará el Mercedes-Benz Stadium. Fuente: Atlanta Falcons
Simulación de como quedará el Mercedes-Benz Stadium. Fuente: Atlanta Falcons

Si alguien ha aprendido esta lección son los Minnesota Vikings, los cuales con el U.S Bank Stadium han honrado la leyenda del majestuoso Metrodome. El campo de Minnesota tuvo que ser demolido debido a que ya no estaba para la liga, con caída del techo incluida durante una de las clásicas tormentas de nieve que afectó a las ciudades gemelas.

Tras unos meses donde se llegó a especular con la marcha del equipo de Minneapolis-Saint Paul, se confirmó que un nuevo estadio sería construido. Considerando que la afición de Minnesota ha provocado más false start que nadie, era la única idea lógica. Aunque otros equipos de la liga tienen más aura, la triste historia del equipo ha convertido a sus aficionados en un ejemplo de resistencia, con siempre confianza en el año siguiente y en el futuro.

Pero si el antiguo Metrodome y por dos años la Universidad de Minnesota habían sido infiernos cuando se construyó el U.S Bank la sensación fue aún más salvaje. Con un lateral espectacular hecho de cristal que se abre en una majestuosa puerta también del mismo material, el mítico cuerno vikingo y el apoyo de la afición, el año pasado se convirtió en una verdadera jauría de gritos, como se pudo ver en el estreno frente a los Green Bay Packers.​

Imagen de la cristalera más puerta del US Bank Stadium. Fuente: Minnesota Vikings
Imagen de la cristalera más puerta del US Bank Stadium. Fuente: Minnesota Vikings

El campo ha sido elegido para ser la sede de la próxima Superbowl y sin duda alguna se espera que juegue quien juegue el campo será uno de los escenarios más increíbles que puede tener una final de este nivel.

En definitiva hemos pasado por casi la mitad de campos de la liga para ver que jugar fuera de casa en la NFL es infernal, pero en algunos sitios jugar es una experiencia digna de narrar, lo cual hace mucho más relevante el factor cancha en los Playoff y nos enseña que aunque la afición no esté sobre el campo, su influencia en un encuentro es mucho más relevante de lo que se puede pensar.