Es común que en el desarrollo del Draft, sobre todo en las primeras rondas, los equipos realicen intercambios con el propósito de subir lugares para seleccionar a un determinado jugador.

Los Baltimore Ravens tenían en un principio la selección global número 16, la cual fue intercambiada con los Buffalo Bills. Posteriormente, eligieron en el lugar número 22 al tigh end Hayden Hurst, sin embargo, Baltimore sorprendió a propios y extraños al canjear con los Philadelphia Eagles la selección 32 global y otorgarles la 52 y 125 aunado a una selección en la segunda ronda del Draft del 2019.

A pesar de que el dueño de los Ravens, Steve Bisciotti, mencionó hace unas semanas que había posiciones más importantes por reforzar, como la de receptor, el equipo de la AFC Norte adquirió al quarterback de Louisville Lamar Jackson, el cual se preveía que fuese seleccionado en la primera ronda, aunque no se vislumbraba que fuera hasta la última ronda del primer turno.

El equipo ganador dos veces del Super Bowl durante las últimas tres temporadas no ha podido clasificar a playoffs, primordialmente por la notable baja de juego de Joe Flacco, ya que en el 2015 solamente disputó 10 partidos como titular debido a una lesión, en el 2016 no pudo superar las 3,200 yardas y en la última campaña promedió menos de 200 yardas por partido.

Hace 10 años los Ravens adquirieron a Joe Flacco y ahora piensan el futuro con Lamar Jackson, el cual no será titular a inicios de temporada, pero podrá aprender mucho de Flacco y de la reciente adquisición, Robert Griffin III, también drafteado en la primera ronda del Draft en el 2012.

Lamar Jackson se caracteriza por su un pasador que lanza bien en zonas cortas y que puede correr perfectamente el ovoide en caso de ser necesario. En el colegial jugó 38 partidos, lanzó para 9,043 yardas con 69 touchdowns y 27 intercepciones. Además, corrió para 4,132 yardas y realizó 50 anotaciones por la vía terrestre.

Jackson tiene uno de los brazos más potentes, aunque tendrá que ir mejorando porque los envíos profundos aunado a la toma de decisiones de lanzar en la bolsa de protección ante la presión, han sido los errores más contantes que ha tenido en la NCAA.

No hay duda de que los Ravens arriesgaron con el intercambio pensando en su futuro con Lamar Jackson, el cual si es bien dirigido por su coaches puede llegar a ser un quarterback élite en la NFL.