"C'est simple comme bonjour". Esa frase tan típica de los franceses se traduce a "es tan simple como decir hola" y no refleja otra cosa más que la sencillez de algunas cuestiones. Roger Federer dijo presente en la capital francesa luego de 4 años y no tuvo mayores sobresaltos para superar en sets corridos a Lorenzo Sonego

El suizo regresó a París luego de varias temporadas y su simple presencia por las inmediaciones de Roland Garros enloqueció a los aficionados. Ya sus entrenamientos estuvieron repletos en las gradas y en su debut inicial en este segundo Grand Slam de la temporada la asistencia no fue menor. El campeón en 2009 enfrentaba al italiano por primera vez en su carrera y se esperaba un partido duro para una primer ronda. A pesar de ello, Federer lo resolvió con altura.

Tanto en el primer como en el segundo set Roger empezó con el pie derecho, quebrando por partida doble el saque del rival. Esto le dio un plus de tranquilidad que lo dejó siempre arriba en el marcador. Luego de estar 3-0 en ambas mangas, el número tres del mundo no tuvo que hacer otra cosa que mantener su servicio para encaminar el cierre de cada una de ellas. 

En el tercer set el italiano comenzó más suelto y pudo irse al primer descanso por primera vez arriba en el score. Más allá de ese comienzo alentador, Federer fue implacable con su saque y no dio nunca chances al italiano. Todo fue muy parejo hasta el noveno game, donde el de Basilea aceleró lo justo y necesario para generarse una doble posibilidad de quiebre y adelantarse 5-4 y servicio. Después de eso, lo de todo el encuentro. Sólido con su servicio Roger selló el tercer parcial por 6-4 y se instaló en la segunda ronda de Roland Garros 2019.

Su Majestad se fue de la Philippe Chatrier con muy buenas sensaciones. Más allá de los resultados obtenidos en esta temporada en polvo de ladrillo, su juego parece no haberse oxidado en los últimos años producto de su ausencia. La gente ovacionó al suizo trasmitiéndole sus ganas de seguir viéndolo en París. En la próxima ronda enfrentará a Oscar Otte, con quien nunca se ha enfrentado. Eso será el próximo miércoles. Hasta ese día, habrá Roger en París. Y, esperemos, sea por muchos más.

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