Transcurre el mes de julio y cada equipo comienza a afinar sus instrumentos. Los campos de entrenamiento ya permiten evaluar a las nuevas selecciones del Draft. Es tiempo para que las nuevas incorporaciones se aprendan sus libros de jugadas y cada staff empiece a calibrar novedades y modificaciones en sus sistemas de juego. En breve, el próximo paso será definir el roster definitivo de 53 jugadores que enfrentarán los primeros juegos de pretemporada.

Antes de llegar a esta instancia, la offseason transitó por la agencia libre y el draft. También pasaron los minicamps y las "actividades organizadas por equipo" (OTAs). Ahora cada franquicia debe seguir su camino para armarse y estar lista de cara a una nueva temporada.

En esta ocasión, el análisis recae sobre los dos equipos más complicados de la División Sur de la Conferencia Nacional. Ambos terminaron el 2018 con récord negativo y lejos de clasificarse para los playoffs. Debieron afrontar problemas similares en el puesto de mariscal de campo, aunque el origen de esos mismos problemas haya sido un poco diferente.

Carolina Panthers perdió a Cam Newton en diciembre después de ver cómo se desbarataba su temporada con siete derrotas consecutivas, tras un inicio prometedor en el que llegó a estar con seis juegos ganados y solamente dos perdidos.

Tampa Bay Buccaneers protagonizó una de las novelas más atrapantes de la temporada regular, mostrando constantes vacilaciones a la hora de elegir su quarterback inicial entre Jameis Winston Ryan Fitzpatrick. El resultado final fue nefasto con un récord de 5-11, el último puesto en la división y la quinta selección global del draft.

Llegó el momento de renovar oportunidades. Las expectativas de los fanáticos siempre serán máximas y el deber de cada franquicia será estar a la altura de sus expectativas.

Carolina Panthers

Como nota de color, la temporada baja de Carolina vio en abril el regreso por un día de su ex corredor Jonathan Stewartm, quien tras jugar diez años en la franquicia, se fue a Nueva York para estar un año nada más y volver para retirarse ya definitivamente de la NFL como jugador de los Panthers.

En la ofensiva, la principal incógnita será la recuperación de Cam Newton tras su segunda cirugía de hombro en los últimos tres años. Toda la atención se la llevarán cada uno de sus lanzamientos. Y claro, todo funcionará mejor para los Panthers si su mariscal puede lanzar además de correr. 

Cam Newton. Foto: Carolina Panthers
Cam Newton. Foto: Carolina Panthers

En la temporada baja, el staff se ocupó de renovar armas para la vuelta del mismísimo Super-Cam. De la agencia libre llegaron por contrato de un año los wide receiver, Chris Hogan Aldrick Robinson, y también se renovó por dos años al tight end, Chris Manhertz, que junto a Ian Thomas, venían supliendo las ausencias por lesión de Greg Olsen. Y si bien se fue Devin Funchess tras cumplir sus cuatro años de primer contrato como novato, no logró convertirse en el receptor estrella que se esperaba. Las rutas principales estarán a cargo bien cubiertas por Curtis SamuelDJ Moore, y Olsen, mientras se pueda mantener sano en la temporada.

En cuanto a los corredores, en febrero, apenas terminada la temporada anterior, se firmó contrato con Cameron Artis-Payne Elijah Hood, habituales reemplazos profundos de Christian McCaffrey. Se espera que la ofensiva pueda repartirse más y no quedar pendiente de la extraordinaria producción de su running back titular y mejor jugador indiscutible en 2018.

La línea ofensiva se reforzó con la segunda selección del draft (37 global), Greg Little, un tacle ofensivo proveniente de Mississippi, que llega con la principal misión de proteger el hombre derecho de Cam Newton. También se firmó contrato de tres años al centro Matt Paradis proveniente de los Denver Broncos, y quien se perdió la mitad de la última temporada por una fractura de peroné, pero se espera que pueda reemplazar al centro titular de las últimas tres temporadas Ryan Kalil, quien decidió retirarse de la NFL.

Foto: Carolina Panthers
Foto: Carolina Panthers

Por el lado de la unidad defensiva, se dio quizás el mayor impacto de la temporada baja para la franquicia de Carolina. El defensive end, nueve veces seleccionado al Pro Bowl, Julius Peppers, decidió también retirarse de la actividad. La urgencia primó en la gerencia y los Panthers fueron por un caza mariscales novato con su primera selección. Con el número 16 global, escogieron a Brian Burns de Florida State, quien puede jugar tanto de tacle como de ala defensiva. La presión de resultados para este jugador será inmediata. La defensa de Carolina terminó entre las peores de la liga en el rubro capturas.

Para reforzar la línea de tacles, se incorporó a Gerald McCoy, seis veces Pro Bowl liberado por sus rivales de división, los Tampa Bay Buccaneers, después de nueve años en esa franquicia. Asimismo, se renovó el contrato de Kyle Love y se firmó por un año con el ex Seahawks, Burce Irvin. Todos movimientos que tienden a buscar volver a encontrar el nivel superlativo de una defensa que llegó al Super Bowl en 2015.

Las expectativas para los Panthers este año no son las mejores. Sería inesperado ver a este equipo en los playoffs. Sin embargo, porque su realidad está llena de interrogantes, pero si lograran encontrar las respuestas extraordinarias que necesitan, podrían ser una de las grandes sorpresas del año.

Tampa Bay Buccaneers

La offseason de los Bucs empezó muy temprano recién iniciado este año 2019. En los primeros días de enero se firmó contrato con Bruce Arians como nuevo head coach. Arduo trabajo tiene por delante el ex entrenador en jefe de Arizona Cardinals. Remontar el reciente historial perdedor de una franquicia que en las últimas dos temporadas terminó con más de diez derrotas. Y más, no llegan a playoffs desde el 2007, ni vencen en un partido de postemporada desde 2002. Arians representa una de las versiones técnicas más ofensivas dentro de la liga. Su desafío será potenciar a Jameis Winston, y establecer el liderazgo que se espera de una primera selección global.

Jameis WInston y Bruce Arians. Foto: Tampa Bay Buccaneers
Jameis WInston y Bruce Arians. Foto: Tampa Bay Buccaneers

En el ataque, la línea de golpeo mantiene básicamente los mismos nombres. En marzo se renovó el contrato del tacle ofensivo Donovan Smith por tres años, y también se acordó la firma de Earl Watford.

Sobre su backfield, el mismo HC declaró hace poco que no considera necesario traer refuerzos. Su corredor titular será Peyton Barber y seguramente estará Ronald Jones como primera alternancia.

Tampoco han generado los Bucs grandes novedades en su juego aéreo. Winston deberá ajustar la mira y buscar más veces a Mike Evans como principal objetivo. De hecho involucraron al wide receiver Desean Jackson en un canje de tercera ronda en el draft.

El primer objetivo laboral del nuevo grupo de entrenadores será el armado y la configuración de un sistema defensivo que funcione. La defensa de Tampa Bay ha sido de las peores en todo los rubros en las últimas dos temporadas, siendo incluso la segunda con más puntos permitidos en 2018.

No es casualidad entonces que sus primeras cinco selecciones del draft hayan sido jugadores defensivos. Partiendo de la 5ª selección global, el apoyador Devin White, de quien se espera transmita y contagie su espíritu ganador a toda la unidad. Y luego las selecciones de segunda y tercera ronda llegaron para rejuvenecer toda la secundaria, los esquineros Sean Bunting (39) y Jamel Dean (94), y también el safety Mike Edwards (99).

Foto: Tampa Bay Buccaneers
Foto: Tampa Bay Buccaneers

También como parte final de esta renovación, en mayo se dio la salida del tacle Gerald McCoy, y se firmó en su reemplazo a Ndamukong Suh, proveniente de Los Angeles Rams, y quien llega buscando seguramente el nivel que tuvo en sus primeros años tras ser elegido en el puesto número dos global por Detroit Lions en el draft de 2010.

Seguramente Tampa Bay tiene por delante un año difícil. 2019 tiene todo para ser otro año difícil para sus fanáticos. Quizás la expectativa deberá pasar más por evaluar los progresos a nivel general como equipo, que el mismo resultado final de cada domingo.