No se hablaría de Willie Lanier, sin mencionar a Hank Stram; el head coach de Kansas City Chiefs formó parte importante para que los jugadores afroamericanos entraran, en ese entonces, a la American Football League, durante la década de los 60; una época en la que Estados Unidos estaba aún estaba sufriendo los estragos de la Segunda Guerra Mundial.

Desde sus inicios en los emparrillados colegiales Lanier, fue víctima de la discriminación racial, motivo que lo llevo a emigrar a Baltimore para entrar a Morgan State. En ese momento el head coach de la universidad, Earl ‘Papa Bear’ Banks le abrió las puertas, pero sin la posibilidad de obtener una beca para sus estudios.

Fue tanto el deseo de Willie Lanier de jugar futbol americano que aceptó las condiciones y posteriormente obtuvo un apoyo económico en sus estudios, gracias a sus altas calificaciones; era un genio fuera y dentro del emparrillado.

En 1967 Willie Lanier, mejor conocido como ‘Honey Bear’, llegó a los Chiefs en la segunda ronda del primer Draft combinado de las dos ligas (AFL y NFL), la llegada del nacido en Clover, Virginia, fue un parteaguas para comenzar a romper los estigmas de los jugadores afroamericanos en el futbol americano y más al ser linebacker.

Durante su temporada como novato Lanier se convirtió en el primer defensor medio titular de los Chiefs y en la historia de la AFL. Durante ese año solo pudo conseguir un fumble que recuperó, sin embargo, como middle linebacker realizaba un trabajo excelso en la línea defensiva, y se convirtió en el líder de una defensiva que estaba integrada por Buck Buchanan, Curley Culp, Bobby Bell y Emmitt Thomas.

El mejor defensivo de los 60-70

Willie Lanier llegó a unos Chiefs dolidos tras perder el primer Super Bowl de la historia ante Green Bay, con el objetivo claro de reforzar una defensiva totalmente superada, Stram decidió que en ese Draft que integraría solo jugadores de esa posición.

Después de tres años tendrían su revancha en el Super Bowl IV contra Minnesota Vikings, partido en el que logró hizo siete tackleadas y una intercepción para darle el único SB en su historia a Kansas City.

Este SB fue el último juego de campeonato entre la AFL y la NFL, previo a su fusión total en lo que hoy conocemos como la National Football League. Asimismo, Lanier logró cosechar grandes números durante sus 11 temporadas con los ‘jefes’, jugó un total de 149 partidos, 27 intercepciones, 440 yardas, 18 fumbles.

Con su inusual casco, que tenía una franja acolchada en la parte externa del cascaron, simulando una mohicana, utilizado tras sus múltiples conmociones, Willie Lanier se convirtió en la pesadilla de los atacantes.

Condecorado como el ‘Hombre del año de la NFL’ en 1972 e integrante del equipo de todos los tiempos en el marco del 75 aniversario de la liga, lo llevó a consagrarse como integrante del ‘Hall of Fame’ en 1986.

Leyenda con letras de oro

Un jugador antaño, con un juego más físico y reglas que dejaban más expuesto la integridad de los jugadores, Lanier tuvo que modificar su estilo de juego tras una conmoción en su temporada de novato cuando recibió un rodillazo en la cara por parte de un corredor de San Diego Chargers, lo dejo fuera por dos horas y hasta perdió el pulso en tres ocasiones en la ambulancia mientras se dirigía al hospital.

A pesar de este obstáculo en el futbol americano profesional, ‘Honey Bear’ siguió mostrando esa hambre de victoria, bravura en su estilo de juego y persistencia, característico de su época colegial, lo posicionó en la historia como uno de los mejores jugadores defensivos de todos los tiempos.

No es de menos que los Chiefs retirarán el mítico dorsal 63 de su franquicia, en honor al primer linebacker afroamericano de la historia y el mejor en su posición durante toda esa década.